A diferencia de las elecciones del 2017, Guillermo Lasso, presidente de la República electo el domingo 11 de abril de 2021, recibió con mesura los resultados del exit poll que se difundieron tras el cierre de urnas. Esas cifras reflejaron una ventaja de 6,48 puntos porcentuales frente a Andrés Arauz, candidato de UNES.

Eran las 17:03 de ese domingo y en Ecuavisa leían los porcentajes de votos obtenidos por las listas 21-6 (CREO-PSC) y 1 (UNES): 53,24% vs. 46,76%, respectivamente, según los resultados de la encuesta a boca de urna de Cedatos. Los 1.300 colaboradores de esa empresa entrevistaron a 34 mil personas en 772 recintos electorales, en 23 provincias. Hasta las 00:59 de este martes 13 de abril, los resultados oficiales del Consejo Nacional Electoral (CNE) reflejaban un 52,36% a favor de Lasso y un 47,64% para Arauz, con casi todas las actas procesadas.

Estas cifras confirmaron la tendencia que era pública desde el 31 de marzo (diez días después del debate presidencial), según un informe de Cedatos sobre los resultados de su última encuesta para ese entonces: 52% para la carta de CREO-PSC y 48% para el aspirante impulsado por Rafael Correa: una sorpresa luego que Arauz obtuviera en primera vuelta el 32,72% de los votos; y, Lasso, el 19,74%.

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“Cuando estamos en procesos electorales, (encuestas) se llegan a hacer de forma diaria (en hogares). Estas encuestas diarias se llaman las tracking poll, encuestas de seguimiento. Y la última se hace el día anterior a las elecciones. Cómo le parece que la encuesta del 10 de abril tiene un nivel de precisión, comparados con los resultados del CNE, también superior al 99%”, señala al explicar la manera de registrar tendencias Ángel Polibio Córdova, Presidente Ejecutivo de Cedatos.

Córdova destaca los aciertos de Cedatos de más del 98% en los resultados de las encuestas electorales realizadas desde 1978, como se reseña, enfatiza, en su libro La Fuerza de la Opinión Pública, de diciembre 2019.

No obstante, el trabajo de Cedatos se había puesto en duda por actores políticos del correato y sus simpatizantes desde el 2017, cuando Lenín Moreno, actual presidente, disputó la carrera a Carondelet con Guillermo Lasso.

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A diferencia de los resultados del exit poll de la primera vuelta, que dieron la victoria a Moreno, los porcentajes del balotaje no coincidieron con la votación total que mostró el CNE:

Exit poll (Cedatos): Lenín Moreno, 46,98%; Guillermo Lasso, 53,02%

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Votación oficial (CNE): Lenín Moreno, 51,15%; Guillermo Lasso, 48,85%

“Ese resultado (entregado por el CNE) fue motivo de mucha inquietud. El Gobierno nos persiguió, nos demandó. Dijo que habíamos falsificado datos, se llevaron los equipos, (que) hasta ahora no los devuelven. Y a la hora del escrutinio se fue el sistema. En la primera hora coincidían los datos con los nuestros, después se fue el sistema”, dice el directivo de la encuestadora.

La Fiscalía investigó un presunto delito de falsificación y uso doloso de documentos. Sin embargo, el 23 de febrero de 2018, la jueza María Elena Lara dictó el auto de sobreseimiento a favor del representante de Cedatos, único procesado. La magistrada determinó que la Fiscalía no demostró la materialidad de la infracción que se investigaba.

Córdova indica que para obtener resultados apegados a los datos oficiales se capacita al personal, aplican metodología que les ha resultado en el tiempo y usan equipos y sistemas tecnológicos. En el caso de la reciente elección, el investigador detalló que se mejoró la organización e identificación de sus colaboradores de campo.

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Colaboradora de Cedatos en elecciones de segunda vuelta, el domingo 11 de abril. Cortesía.

El 2 de abril, el pleno del CNE conoció el registro de ocho personas naturales y jurídicas que ratificaron la realización de sondeos a boca de urna en la segunda vuelta: Climasocial Estudios y Asesoramiento; Centro de Estudios y Datos (Cedatos); Marco Giovany Sinchi Chuya; Visión Empresarial Viemp; Centro de Investigaciones y Estudios Especializados (Centroinvest); Blasco Peñaherrera y Asociados Estudios de Mercadeo y Opinión; Click Research, y Eureknow.

El reglamento aprobado por el CNE sobre este tipo de encuesta señala en el artículo 15 que está prohibida la difusión de sus resultados en medio del silencio electoral. Esto rige 48 horas antes del sufragio, es decir, dichas encuestadoras podían difundir sus informes después de las 17:00.

No obstante, antes de esa hora circuló información de ese tipo en servicios de mensajería celular y redes sociales (gastos realizados oficialmente por candidatos y organizaciones políticas en redes sociales serán tomados en cuenta como gasto electoral y deben reportarse): supuestas encuestas sin firma de responsabilidad, crédito del trabajo estadístico o el detalle de la metodología de recolección y procesamiento de datos.

Captura de pantalla de tuit.
Captura de pantalla de tuit.

Sesgos merman credibilidad

Históricamente, las encuestas a boca de urna generaban mayor confianza en el electorado, comenta la analista política Irene Vélez, pero la politización del supuesto trabajo técnico de empresas fantasmas o de ciertas firmas que gozan de legalidad, dice, ha mermado la imagen del sector.

“Había más confianza, ahora ya no tanto, porque sí hay un sesgo muchas veces en las mismas encuestadoras. Entonces, una tiene una que dice algo y, de repente otra, que tal vez la contradiga, ahí viene el signo de interrogación. Eso no quiere decir que la primera no funcionó. Significa que la segunda, que todavía sí tiene cierta credibilidad, probablemente no ha dado sus resultados como tenía que darlos por algún pacto político, entonces se empieza a generar un signo de interrogación sobre cuál tiene la razón”, sostiene la catedrática de Comunicación Política en la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES).

El 7 de abril, el usuario de Twitter, Alex Ron, cuestionó la difusión de encuestas, a las que restó credibilidad: “La realidad no es Twitter ni encuestas, más allá de alboroto 2.0 está una realidad profunda (...). Allí, en el Ecuador sin voz, se acumula una fuerza ciclópea que el día de las elecciones pondrá las cosas en su lugar”.

Pese a esa percepción de una parte de la ciudadanía, Vélez destaca el valor que tienen las encuestadoras que realizan un trabajo técnico.

“Lo bueno es que hay encuestadoras que sí han acertado y al final del día, aunque hay un poco de escepticismo en el aire, la ciudadanía ha podido entender cuál sí hace en serio su trabajo y cuál está sesgada políticamente. Sí, estas encuestas al final del día sí han blindado el voto de la ciudadanía, porque consideran que ya hay una tendencia. Si el resultado oficial es muy diferente a esa tendencia, se puede creer que hubo ahí un proceso turbio”, puntualiza.

Una representatividad confiable es el reto

A Alejandro Galvis, director Académico de la Sociedad Ecuatoriana de Estadística, le preocupa que la ciudadanía consuma información de encuestas que no necesariamente se levanta con la metodología correcta.

“Había empresas que levantaron toda esa información por redes sociales. Eso no tiene ningún tipo de carácter estadístico. En el Facebook ponían: ¿Por quién votarías? Entonces ¿cuántas veces crees que votaría una persona? Las veces que entre a la página”, cuestiona.

El catedrático de la Universidad de las Fuerzas Armadas (antes llamada Escuela Politécnica del Ejercito, ESPE) insiste en la complejidad de muestrear a un grupo de personas, sobre todo, si es heterogéneo, como en el caso de los electores.

“Tengo alta heterogeneidad porque tengo gente a favor de Yaku, tengo gente que quiere votar en blanco, que quiere votar por Arauz o por Lasso, tengo gente que no quiere votar, que tiene miedo al COVID. Eso configura un escenario heterogéneo. Y eso a qué me obliga, a que mi proceso de muestreo me lleve a buscar representatividad, es decir, una gran cantidad de tamaño de muestra”, explica Galvis, quien añade otras variables a ese análisis para alcanzar una representatividad confiable.

“Al mismo tiempo, me obliga a tener una buena confiabilidad. Entonces, se debe buscar el lugar para realizar la boca de urna. Debo de considerar los estratos, ubicaciones. El tema radica en que la empresa encuestadora tiene que tener medido cada uno de los elementos posibles de heterogeneidad que hay en la población”.

Como una medida de regulación, Ángel Polibio Córdova, presidente ejecutivo de Cedatos, recomienda al CNE que en futuras votaciones se exija a las empresas encuestadoras que estén registradas en la Asociación de Agencias de Investigación de Mercado y Opinión Pública del Ecuador (Aimope). (I)