Minutos después de que el presidente Guillermo Lasso anunció que la Policía y las Fuerzas Armadas emplearán el uso progresivo de la fuerza, “para defender el orden público y la democracia”, decenas de agentes incursionaron con bombas lacrimógenas, motocicletas y vehículos antimotines para despejar a los manifestantes que se encontraban en el parque El Arbolito, en el centro norte de Quito.

La embestida ocurrió alrededor de las 17:00 de este viernes, 24 de junio, en el día 12 del paro nacional. Los manifestantes no pudieron aguantar la acción de la fuerza pública, así que salieron corriendo por las avenidas 6 de Diciembre y 12 de Octubre, en busca de un lugar donde refugiarse del gas y evitar ser detenidos.

Las personas llegaron hasta la avenida Ignacio de Veintimilla, cerca de las universidades Católica y Salesiana. Una vez que se pusieron a buen recaudo, se reorganizaron y retomaron las protestas en varios puntos.

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La zona del parque El Arbolito quedó reducida a escombros, destruida. Militares y policías desmontaron las improvisadas barricadas que construyeron los manifestantes frente a la Contraloría General del Estado y otros sitios, desde donde combatían a los uniformados con piedras y petardos.

QUITO. 24/06/2022. Así quedó la avenida 12 de Octubre, junto al parque El Arbolito, que fue sitio de batalla entre agentes del orden y maniestantes. Foto: cortesía.

La Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), a través de una trasmisión por redes sociales, denunció que los agentes arrojaron bombas lacrimógenas dentro del ágora de la Casa de la Cultura Ecuatoriana (CCE), donde se encontraban indígenas -hombres, mujeres y niños-, reunidos en actitud pacífica. El humo provocó que el inmueble sea desalojado.

Fuentes militares confirmaron la noche de este viernes a EL UNIVERSO que se desalojó completamente la Casa de la Cultura.

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El ágora fue ocupada por la Conaie desde el jueves. Ahí habló en dos ocasiones Leonidas Iza, máximo dirigente del movimiento indígena, dando instrucciones para mantener la resistencia hasta que el Gobierno acepte todas las demandas de la Conaie. Después de la incursión policial del viernes, el lugar quedó vacío y custodiado nuevamente por los agentes. (I)