Pocos minutos después de que el mandatario Guillermo Lasso anunció su decisión de disolver la Asamblea Nacional y convocar a elecciones adelantadas, el exlegislador Fernando Villavicencio, quien fue presidente de la Comisión de Fiscalización, anunció que es precandidato a la Presidencia de la República.

¿Qué sectores lo apoyarían?

Algunos sectores. Primero, el impulso de Gente Buena, que es mi movimiento aún no reconocido, pero que está en proceso de construcción. También he conversado con Liliana Febres-Cordero, con el general Patricio Carrillo y con decenas de organizaciones sociales, empresariales y políticas. El objetivo es poder articular un acuerdo grande que privilegie algunos temas: la lucha contra el crimen organizado, el narcotráfico, la necesidad de recuperar la justicia, la seguridad, la economía, el empleo... es lo urgente.

Publicidad

¿El movimiento CREO sería parte de este acuerdo?

No, para nada.

¿No le molestaría ser un presidente de transición? Porque solo gobernaría un año y medio. ¿Qué se puede hacer en ese corto tiempo?

Publicidad

Se puede hacer mucho, depende de la voluntad, las ganas y los apoyos. Este gobierno pecó de una gran cobardía. Su principal error fue haber coexistido con el correísmo. Ellos alimentaron a los cuervos que le estaban sacando los ojos. El Gobierno mantuvo en su círculo cercano a correístas que buscaban un acuerdo con ellos, me refiero a Francisco Jiménez, por ejemplo.

Y de ser elegido, ¿por dónde comenzaría?

Publicidad

Por el combate al crimen organizado. El país necesita seguridad para garantizar inversión, empleo, seguridad.

Usted ha sido partidario de la muerte cruzada. ¿En realidad no había otra manera de que el presidente se salve de la censura y destutución en el juicio político?

De la información que he compartido con el Gobierno, la muerte cruzada, no de ahora sino desde hace dos años, era el único instrumento viable para un régimen que no tenía un respaldo parlamentario, mejo dicho que tenía una mayoría en contra. Y no cualquier mayoría sino una mayoría orientada a conspirar, él debió enfrentar en cuatro ocasiones este intento de destitución tanto en las calles como en el Parlamento. Y la conspiración o el pacto entre Correa, Nebot e Iza estaba más allá de la Asamblea, estaba orientado a tomar el control de la Fiscalía General del Estado para sacar a Diana Salazar, ya tenían el juicio político listo; de la Contraloría General, de las principales comisiones de la Asamblea para bloquear cualquier reforma económica, laboral u otra, y llevar adelante una serie de juicios políticos. Además, tengo información cercana y certera de que parte del acuerdo era la revisión del caso Sobornos para liberar a Rafael Correa... Entonces finalmente el presidente Lasso entendió que no se trataba de salvarse, porque hasta anoche tenían 52 votos para impedir la destitución, sino que lo que se le venía era peor. Era una conspiración que iba a continuar con un bloque constante en la Asamblea, la posibilidad de otro intento de destitución, la activación de la calle y el control de las demás intituciones del Estado por el correísmo y el PSC. En esas condiciones no había otra forma. Ahora el gobierno no tiene excusa para llevar adelante su proyecto de Gobierno.

¿Y cómo debe desarrollar Lasso su gobierno en estos pocos meses?

Publicidad

Primero tiene que cumplir la gran deuda que tiene en el plano económico, impulsar una gran reforma económica; segundo, responder a las necesidades urgentes de los sectores más deprimidos de la sociedad: salud, educación, que han estado abandonados dos años. Impulsar una reforma laboral que ponga a tono al país con el mercado internacional; avanzar en los procesos de acuerdos comerciales a nivel internacional; e impulsar una agenda anticorupción, que no lo ha hecho, sino todo lo contrario, abrió las puertas de las cárceles para que los pocos delincuentes de cuello blanco que estaban presos puedan salir, con su venia... Ya puede desarrollar toda la agenda que la Asamblea le bloqueó: tiene seis, ocho meses o más porque la Constitución no da tiempos para ejecutar las elecciones.

¿Cómo evalúa usted su trabajo como legislador?

Presidiendo una comisión que tenía como única y exclusiva responsabilidad la fiscalización, creo que se ha hecho lo que no se hizo en 20 años. He liderado 24 grandes investigaciones sobre los mayores escándalos de corupción, como el de Petrochina, cuyos impactos en el área internacional son visibles como la captura en Estados Unidos de los principales líderes que ahora son procesados en Ecuador por el caso Coca Codo Sinclair. Hemos realizado quince juicios políticos y en el plano de la legislación fui parte con la colega Marjorie Chávez de la presentación del proyecto de Ley de Comunicación que sirvió de sustento para aprobar una ley muy importante para la defensa de la libertad de expresión.

Algunos exlegisladores ya han anunciado que impugnarán la decisión de Lasso.

La Constitución es clara: según el artículo 148 no hay ninguna posibilidad de que la Corte Constitucional pueda resolver en contra de esa herramienta constitucional. (I)