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Luis Alfonso Chango, empresario y dirigente deportivo, cree que todo mandatario electo en las urnas debe gobernar cuatro años; pero, si se le demuestran actos de corrupción, debe salir. Foto de Archivo Foto: @changoalfonso1

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De 54 años, el fundador de la cooperativa Mushuc Runa y dirigente del club de fútbol del mismo nombre, Luis Alfonso Chango, oriundo de la comunidad indígena de Chibuleo, en Tungurahua, ha sido crítico de la dirigencia de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) y de otros movimientos indígenas, porque piensa que, si bien históricamente han defendido causas sociales, en los paros de octubre del 2019 y junio del 2022 caotizaron el país por intereses particulares. Algo que podría repetirse en estos días en que los indígenas presionan al bloque de legisladores de Pachakutik para que vote por la censura y destitución en el juicio político al presidente Guillermo Lasso; y, en el caso de que este se salve, no descartan salir a las calles a protestar.

El nombre de Chango ha empezado a “sonar” en algunos círculos políticos como precandidato a la Presidencia de la República en el caso de que, en virtud de una muerte cruzada lanzada por el Ejecutivo, se adelanten las elecciones. Confirma que varias agrupaciones políticas se han acercado a él para conversar, pero que no está desesperado.

Usted ha sido crítico del movimiento indígena que paralizó el país en octubre del 2019 y junio del 2022. Ahora también anuncia movilizaciones, cuando está en proceso un juicio político al presidente; y advierten que, si este no es censurado, podrían volver a las calles. ¿Qué opina de eso?

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Hay organizaciones sociales, como Conaie, Fenocin y Feine, grupos de trabajadores y otros gremios, que están preocupados por causas sociales y han exigido a los Gobiernos atención en todos los ámbitos; esto ha sido problemático, no de ahora, sino desde hace más de 30 años. Octubre del 2019 y junio del 2022 tenían otros escenarios. Actualmente no se anuncia un levantamiento. Una cosa es amenzar y otra poner en práctica las movilizaciones. Está en marcha un juicio político por posibles corrupciones en las que habría incurrido el presidente; está en análisis de los partidos políticos en la Asamblea. ¿Tendrán o no mayoría? No lo sé, pero el Gobierno tendrá que mostrarnos su inocencia. Ya se dan acuerdos, alianzas y cabildeos; ojalá que no sean a cambio de recursos económicos, de participación política... Hace unos años se hablaba del “hombre del maletín”; ojalá que esto no esté pasando ahora, porque sería vergonzoso para el pueblo ecuatoriano. Ojalá que esto no se trate de una persecusión política por el interés de que regrese el correato. Que el objetivo no sea adelantar las elecciones... Espero que sea todo transparente. Si el Gobierno es culpable, pues habrá que sancionarlo, destituirlo. Y si es una cortina de humo desde la Asamblea, los ciudadanos debemos estar enterados.

De las comparecencias que se han visto en los últimos días, la causal de peculado que se ha planteado en el juicio no tendría mucha fuerza...

Yo lo que veo hasta ahora es que hay un interés político mezquino de cierto partido político con el único objetivo de adelantar las elecciones y tomarse la Presidencia de la República en seis o siete meses. Pero, en caso de que existan pruebas contundentes contra el presidente, debe ser sancionado... Por actos de corrupción, a cualquier presidente hay que botarlo... Creo que el presidente tiene una estrategia de comunicación equivocada. No ha tenido planificación. Él debió socializarle a la gente, a través de la Secretaría de Comunciación, de qué se trata la investigación, en qué supuestamente incurrió... En el levantamiento, ¿qué pasó? Dijo que tenía COVID-19 y no asomó en la prensa; ahora en el juicio político dice que está enfermo y tampoco asoma. Esas cosas no se entienden, al menos yo no, que no me considero político; soy emprendedor de varios tipos de empresas, no como alguien pueda decir que soy banquero, como Lasso, (sino) en el ámbito comercial, turístico, deportivo, expoferias... Todo eso me hace dar coraje. Hasta yo voté por Guillermo Lasso, y no pensé que actuaría de esa manera. Aquí hay que actuar con liderazgo, para eso tiene la Secretaría de Comunicación, que tiene que explicar lo que pasa en la Asamblea en quichua y español... Y mostrar si es que los asambleístas quieren destituirle para traer al nuevo candidato desde fuera, que quiere venir a ordenar como que fuera su propia casa y aún siendo prófugo de la justicia. Eso debe decirlo con transparencia, porque la gente habla de la corrupción de ese Gobierno, y hasta ahora no se ha podido comprobar. Están tratando de dilatar el juicio en la Asamblea. Los asambleístas tienen la potestad de fiscalizar y legislar; pero, si no tienen argumentos suficientes, que se peocupen por crear leyes.

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Si el presidente es destituido, lo que cabe es la sucesión presidencial con el vicepresidente Alfredo Borrero. ¿Cómo ve esa figura?

Sí, le correspondería al doctor Borrero. Pero el presidente podría irse con la muerte cruzada y disolver la Asamblea, y en ese caso convocar a nuevas elecciones.

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¿Cómo ve usted la postura del movimiento indígena de apoyar el juicio político?

Es un hecho histórico para el movimiento indígena tener 27 legisladores de Pachakutik; tuvieron presidenta de la Asamblea. ¿Cuántas leyes han hecho aprobar en beneficio de los pueblos indígenas y los sectores sociales para reactivar la economía, para combatir la corrupción? Si no lo han hecho, es una pena. He escuchado a la Conaie que presiona a los asambleístas para votar a favor de la destitución de Lasso; me hubiese gustado que tuviera pruebas, elementos de convicción en el juicio de que exista corrupción en el Gobierno nacional y que, con base en ello, apoye la destitución, pero no presionarlos. Eso no es lo adecuado.

Si se adelantan las elecciones, ¿usted sería candidato presidencial?

Luis Alfonso Chango es un hombre joven. Tengo 54 años. Estoy involucrado en los ámbitos financiero, microempresarial, empresarial, deportivo... No tengo ninguna necesidad de llegar a la Presidencia de la República; pero, en caso de que el Ecuador lo requiera y que tenga aceptación... No digo de aquí a seis meses, sino a dos años o a seis años, ¿por qué no? Todos los ecuatorianos tenemos esa posibilidad. Pero momentáneamente no busco ninguna candidatura. Claro que hay corrientes de movimientos sociales indígenas e hispanos que me observan como potencial candidato, pero no es algo que yo busco ni buscaré, porque soy un hombre muy ocupado...

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¿Y qué sectores lo han tentado?

Hay sectores de las provincias de Cotopaxi, Tungurahua, Bolívar, Chimborazo, del Austro, de la Costa, de Quito. Jimmy Jairala me visitó para conversar de lo general, no de una candidatura; me visitó hace once días con sus dirigentes, pero no es que me ha ofrecido esa candidatura. Imagino que me visitó como uno de los líderes de la Costa, mientras que yo lidero la Sierra y todo el Ecuador con mis servicios financieros. Puede ser que me lo pida, pero no lo ha hecho.

Desde el sector indígena se habla de al menos dos precandidatos por ahora: Leonidas Iza, presidente de la Conaie, y Yaku Pérez, expresidenciable y expresidente de la Ecuarunari que tiene su propio movimiento: Somos Agua. ¿Usted se identifica con esa tendencia?

No he estado en contacto con los líderes de la Conaie, la Feine, la Fenocin o Pachakutik. No tengo acercamientos ni con ellos ni con los partidos políticos. Aunque soy afiliado a la Izquierda Democrática desde 1986, no he puesto mi contingente con ellos para nada. Pero hice campaña por el doctor Rodrigo Borja... Supe que el señor Iza iba a ser candidato con el señor Correa, pero el señor Correa ya no lo quiere poner, porque cree que van a llegar solitos a la Presidencia. El señor Yaku Pérez ya no es de Pachakutik. Yo no estoy desesperado por ser candidato. Esto hay que analizarlo con cabeza fría, analizar las coyunturas y los partidos...

Rafael Correa no puede regresar al país porque está sentenciado...

Yo veo a los señores legisladores de UNES muy preocupados de destituir al presidente, o que haya la muerte cruzada para adelantar las elecciones. ¿Ellos a quiénes representan? A Correa. En caso de que el grupo de Correa gane la Presidencia, le aseguro que en un mes ya estará presente, como que no hubiera pasado nada.

¿Y eso es bueno o es malo?

No puedo decir si eso es bueno o malo. Correa hizo obras, pero acabó con el dinero de los ecuatorianos; se habla de millones de dólares perdidos en corrupción; eso lo dirá la justicia. No le puedo decir que fue un buen presidente, pero tampoco que fue un mal presidente. Pero hay muchas personalidades en este país que pueden hacer una mejor gestión que Correa, que ya gobernó diez años. ¿Cuál es el interés de perennizarse?

Si Lasso se salva del juicio político y continúa en el poder, ¿qué debería rectificar en su mandato?

Lasso ganó la Presidencia con gran aceptación. Desde el inicio debió aplicar técnicas de comunicación y visitas a las provincias, cantones y pueblos indígenas; debió tomar decisiones con liderazgo. Por ejemplo, no debió permitir que la delincuencia aumente. Los delincuentes están más organizados que la sociedad civil; eso no es necesariamente culpa del Gobierno, pero sí debió poner mano dura. Debió tener una mejor comunicación, explicando las políticas de Estado y cómo vamos a terminar los ecuatorianos en cuatro años, no decir: “Soy el mejor presidente de los ecuatorianos...”. Desde el primer día debió haber llamado a una constituyente o haberse puesto de acuedo con la Asamblea en proyectos de ley para endurecer las penas para la delincuencia común y la organizada, sicariato, violadores... Esas cosas son las decisiones que hay que tomar. Son opiniones personales; lo que uno analiza desde afuera, con mucho respeto al presidente Lasso... (I)

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