El venezolano Leopoldo López, uno de los líderes de la oposición que mantiene el presidente Nicolás Maduro, llegó al Ecuador para acompañar al presidente Guillermo Lasso, de quien dice fue muy consecuente con la lucha que mantiene el pueblo venezolano y con el tema de los presos políticos. “Mientras estuve preso siempre estuvo (Guillermo Lasso) en contacto y estamos aquí dando apoyo a lo que es el inicio de una nueva etapa en Ecuador”.

López habló con Diario EL UNIVERSO no solo de la situación que vive Venezuela, de las salidas que está buscando la oposición para que se realicen elecciones libres y democráticas en Venezuela, del mapa político de la región en medio de la tendencia del socialismo del siglo XXI, sino también de los desafíos que le esperan al nuevo mandatario ecuatoriano.

¿Ha hablado o hablará con el presidente Guillermo Lasso de la situación de los miles de venezolanos que han huido de la crisis de su país y han llegado a Ecuador?

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(...) La migración venezolana ha sido masiva y muy rápida a diferencia de otras que se han dado con otros países, y eso ha generado gran impacto. Tenemos una visión muy clara de temas concretos que pueden ayudar a los migrantes venezolanos, principalmente a regularizar su estatus migratorio. En ese sentido, el presidente de Colombia, Iván Duque, ha tomado una decisión muy audaz y yo creo que muy distinta al abordaje migratorio que se tiene en el resto del mundo: en lugar de rechazar ha tomado la decisión de incorporar 2 millones de venezolanos con un estatus legal que les permite tener una estabilidad migratoria y oportunidad de trabajo. Esperamos que esa misma decisión se pueda tomar en Ecuador.

¿Cómo los países de la región pueden ser solidarios en medio de la crisis económica que ya viven internamente?

(...) A la hora de entender lo que ocurre en Venezuela lo primero que hay que entender es que estamos ante una tragedia social, humanitaria y eso tiene consecuencias. (...) Es la crisis más profunda que hay en estos momentos en el planeta Tierra, es el movimiento migratorio más grande que se ha registrado en el continente americano en su historia. Allí hay que buscar de qué manera se puede acoplar esta realidad con la necesidad de estabilidad y progreso de nuestros países vecinos. Yo creo que un abordaje motivado desde la xenofobia, del rechazo, más bien crearía conflicto social. Creo que la manera de abordar este tema tan complejo que genera mucho problema en todas partes del mundo es a través de la integración. (...) Nosotros desde ningún punto de vista pensamos que los venezolanos deben quitarles oportunidades ni a los colombianos ni a los ecuatorianos, sino complementar oportunidades que se puedan abrir para todos.

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La región está trabajando bien el tema de la crisis venezolana. ¿La crisis sigue ahí, pero parecería que la sociedad y los gobernantes se están acostumbrando a vivir con ella?

Hay quizá una sensación de que el tema ya no tiene preeminencia en la noticia, pero la tragedia se profundiza. Es una situación que, por un lado, estamos mucho peor de lo que estábamos hace unos años; pero, por otro lado, la situación en la región se ha venido complicando y quizá esos otros temas pasan a tener mayor preeminencia. Nuestro mayor desafío es que no se olvide la tragedia que estamos viviendo los venezolanos, que tampoco se olvide que para salir de esta tragedia, que afecta a toda la región, hay que tener la solidaridad y el compromiso de los gobiernos, de los parlamentos, de la opinión pública, de los medios de todos los países.

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¿Es un reto el seguir haciendo que esta crisis sea pública, se debata, se analice para generar soluciones?

Ese es nuestro principal desafío y tener claridad de que siempre que nos preguntan sobre la situación de Venezuela, en el primer plano de la respuesta a la situación de Venezuela esté la situación humana, la tragedia humanitaria que se está viviendo. (...) Creo que siempre tenemos que tener presente que estamos viviendo una situación trágica, que tiene un origen político, que la solución de la crisis humanitaria tiene que tener un primer paso significativo, que es la solución de la crisis política, pero no podemos perder de vista que el porqué de la urgencia del tema venezolano no es que existe una dictadura, es que existe una dictadura criminal, que mata gente, que es criminal la manera que aborda la realidad social de nuestro país, que ha convertido el país más próspero de América Latina en el país más pobre de América Latina.

¿A corto plazo se ve alguna posibilidad de que Nicolás Maduro deje el cargo sin destrozar más al país?

Nosotros aspiramos a construir una ruta que permita un cambio político en Venezuela. Por qué un cambio político, porque si no lo hay, no hay cambio social en Venezuela. Eso lo tenemos que tener muy claro. Es imposible que Nicolás Maduro pueda solucionar la tragedia de los venezolanos, cada día que Maduro está en el poder es un día que se profundiza la tragedia humanitaria. Tenemos que buscar una salida que permita estabilidad y en esa dirección el presidente Juan Guaidó ha planteado una propuesta, que es lograr un acuerdo de salvación nacional, una propuesta que ha sido aceptada por todos los sectores democráticos, políticos y de la sociedad civil que fundamentalmente lo que busca es que lleguemos con el acompañamiento de Europa, Estados Unidos, de los países de la región a tener un cronograma electoral que nos permita darle una solución a la crisis política de la mano con la gente, con el pueblo. Que podamos los venezolanos tener la oportunidad que tuvieron los ecuatorianos de votar en unas elecciones o que tuvieron los bolivianos a finales del año pasado de votar en unas elecciones, y decidir ellos cuál era el destino que debía tomar el país.

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¿Por qué creen que va a servir esta vez dialogar?

Yo creo que hay una realidad que se ha impuesto sobre la dictadura, que es el cerco de las sanciones que generan una presión que lleva a que eso sea un incentivo para la dictadura de poder sentarse a ver de qué manera se resuelve esa realidad a estar sometidos a distintos tipos de sanciones y también de buscar garantías. La visión que nosotros tenemos es que a través de un acuerdo se puedan dar garantías políticas para todos los actores, incluyendo la corriente política que representa Nicolás Maduro. No tenemos una visión excluyente de la política hacia el futuro, más bien estamos muy claros que debemos generar una inclusión de todos los sectores en un ejercicio democrático que permita estabilidad. Ahora el origen de esa estabilidad es el derecho de los ciudadanos a poder votar en unas elecciones libres.

El líder opositor venezolano Leopoldo López, quien reside en España, mantuvo una reunión con la alcaldesa de Guayaquil, Cynthia Viteri, con quien conversó sobre la situación en Venezuela y la realidad de sus compatriotas que han emigrado. Foto: EFE

Algunos creen que el diálogo y los recursos políticos se han agotado en Venezuela y que el país camina a una respuesta de otro tipo para resolver la salida de Maduro del poder.

Estamos transitando el camino a una solución que permita estabilidad; lograr, a través del ejercicio de nuestra soberanía en el voto, un cambio, y es allí donde queremos ubicar a todo el mundo. Entendemos que solos no podemos, entendemos que necesitamos el apoyo de Estados Unidos, de Europa, de los países de la región, pero con un objetivo y una estrategia compartida. Hay que entender algo importante, cuando se pregunta por qué Nicolás Maduro está todavía en el poder, la respuesta la podemos dar con múltiples razones, pero hay un elemento que no podemos perder de vista y es el apoyo internacional que tiene Maduro. Él cuenta con un apoyo formidable de potencias como China, Rusia, Irán, Turquía y Cuba, que cada uno de ellos de acuerdo con sus intereses y por distintas vías le da un apoyo muy significativo a Maduro para que se mantenga en el poder. Un apoyo que va mucho más allá del apoyo que recibimos nosotros, que recibimos un apoyo declarativo, diplomático, pero el apoyo que recibe Maduro se traduce en equipamiento y personal militar, en inteligencia, en apoyo diplomático, en blanqueamiento de capitales provenientes de la corrupción, ...

¿La vía armada podría ser la peor solución para resolver el problema de tener a Maduro en el poder?

Creo que eso podría profundizar la crisis. Yo creo que eso podría sacar a la dictadura, pero podría dejar al país en una situación en la que no se genere estabilidad y bienestar para los venezolanos. Tenemos que hacer para lograr que la salida de esta crisis genere lo que todos los venezolanos aspiramos, que es bienestar.

Al gobierno de Nicolás Maduro se le acusa de estar financiera y tácticamente detrás de los levantamientos sociales que se dieron en Ecuador en octubre del 2019 y en lo que está ocurriendo en varias ciudades de Colombia. ¿Si es así, el poder que aún mantiene Maduro es grande?

Ahí hay claramente una posición de Maduro de financiar distintas organizaciones y movimientos que apuntalen la inestabilidad en los países de la región. Lo ha dicho Nicolás Maduro, lo ha dicho Diosdado Cabello, lo han dicho muchos de los voceros de la dictadura. A ellos no les importa que el pueblo se esté muriendo de hambre, siempre tendrán los recursos para invertir en este tipo de iniciativas de desestabilización fuera de Venezuela y de represión dentro de Venezuela.

Quizá es una de las formas para extender la ideología del socialismo en la región. ¿Calentar las calles para hacer que se vuelva a mandatarios de esa tendencia?

Yo creo que eso está en la agenda permanente de la dictadura de Nicolás Maduro, porque ellos plantean su modelo o proyecto político como un proyecto que no tiene frontera, un proyecto de dominación, un proyecto de llegar al poder para quedarse en el poder, es un proyecto que busca enriquecer a un grupo de élites que rodea al poder y es un proyecto que busca socavar la democracia desde la democracia. Nosotros hemos sufrido lo que ha sido la destrucción de la democracia desde adentro. (...) Nos dimos cuenta de que la democracia es frágil y yo creo que todo el continente tiene que saber que la democracia es muy frágil, que la podemos perder y la podemos perder desde adentro como sucedió en Venezuela (...)

¿Cómo interpreta usted la victoria de Guillermo Lasso en el contexto actual que vive América Latina?

Creo que es un apoyo del pueblo ecuatoriano para apostar por un modelo democrático que genere estabilidad, bienestar y prosperidad. Creo que ahí es donde está la clave, el gran desafío que tiene el presidente Lasso es lograr que en el Ecuador se retome una senda de crecimiento económico, que genere oportunidades de empleo, inclusión y bienestar para las grandes mayorías.

¿Qué papel podría o debería jugar en la situación de Venezuela el Ecuador y su nuevo presidente?

Creo que es muy importante que sean como lo han sido hasta ahora: solidarios con la causa de Venezuela, que puedan ser parte de un grupo de países que no dejen a Venezuela a la deriva. Eso es lo que nosotros pediríamos, que no nos dejen a la deriva, que apoyen nuestro sueño que es el de millones de venezolanos, que es el poder tener lo que ustedes tienen en Ecuador, que es la posibilidad de votar en elecciones libres y que sea el pueblo el que decida.

¿Qué opina que el apoyo al socialismo del siglo XXI sigue vigente en la mitad de los ecuatorianos?

Yo creo que cuando se habla del modelo del socialismo del siglo XXI eso ha tenido distintas expresiones en América Latina. Si bien es cierto que esa etiqueta se ha utilizado en Ecuador, en Bolivia, en Nicaragua, en Venezuela, lo que ha sucedido en Venezuela es esa expresión llevada al extremo y creo que mucha gente no entiende lo que significa ese modelo aplicado a profundidad y las implicaciones que tiene para la destrucción de un país. Venezuela fue el país más próspero de América Latina y hoy es el más pobre; fue el país que representó en un momento una isla de democracia en un continente plagado de dictaduras, hoy somos una dictadura rodeada de democracia. (..) Nuestra labor en buena medida es explicar ese modelo llevado al extremo. Yo estoy seguro de que con la comprensión de lo que significa ese modelo llevado al extremo no tendría apoyo.

¿Cómo cree que quedará el mapa político de la región tras las elecciones en Ecuador, Perú, Chile y luego Colombia, en un escenario de gran afectación por la pandemia y que es combustible para las políticas promovidas por el socialismo del siglo XXI?

Lo que yo espero es que independientemente de lo que pueda ser el signo ideológico, todos puedan coincidir en la importancia de la defensa de la democracia. Siempre insisto cuando me preguntan de lo que sucede en Venezuela, que el tema venezolano no es ideológico, que es un error poner el tema venezolano en el tapete ideológico. No es un tema de derecha o de izquierda, es un tema de una tiranía enfrentada a un pueblo que quiere democracia, libertad y bienestar. Lo que espero es que independientemente que en cualquier país de la región haya un gobierno de tendencia de derecha o de izquierda, que todos puedan coincidir en la democracia. (...) No deberíamos tener desencuentros entre países porque haya un gobierno de izquierda o de derecha, creo que el punto de encuentro donde debemos ser muy celosos y tenemos que tener un gran compromiso que es la defensa de la democracia.

Pese al triunfo de Guillermo Lasso el país aún sigue estando polarizado social y políticamente hablando, y eso pesa al momento de gobernar. ¿Por dónde debe empezar a actuar el nuevo presidente para generar puntos de encuentro y no aumentar las diferencias?

Ahí hay una aspiración común que no tiene ideología, que no tiene segmentación social y que no tiene segmentación geográfica y es que se pueda aplicar la vacuna de manera masiva, igualitaria y democrática. Yo creo que ese es el principal desafío que tiene el gobierno del presidente Lasso y espero que pueda cumplir con lo que ofreció y que eso sirva de ejemplo de cómo se puede unir en una aspiración que es común. Ese puede ser un desafío que puede unir a los ecuatorianos, para desafíos que vayan más allá de la aplicación puntual de la vacuna o el manejo de la pandemia.

Usted ha sido perseguido por el gobierno de Nicolás Maduro, es más recibió una sentencia de 14 años de cárcel por protestas contra ese régimen. ¿Qué es lo que usted piensa de la conformación de Comisiones de la Verdad para investigar hechos de persecución política y judicial? En Ecuador integrantes de UNES, relacionado al exmandatario Rafael Correa, piden una comisión de este tipo para que se analicen casos que, incluso, mantienen sentencias judiciales en firme.

No conozco el detalle de lo que se me plantea, pero puedo decir que en Venezuela se ha utilizado la figura de Comisiones de la Verdad durante los últimos 20 años, pero han sido siempre Comisiones de la Mentira, porque han sido manipuladas, dominadas por los intereses y la tendencia política de la dictadura y eso no lleva a nada. Cualquier Comisión de la Verdad para cualquier tema, (...) tiene que ser acordada por todos y debe tener un foco muy claro de qué es lo que se quiere investigar, para qué razón y sobre todo que sirva para cerrar heridas y no para abrirlas. Ahí, creo que hay un gran desafío que muchas veces estos procesos se utilizan para abrir heridas, para profundizar la polarización, para polarizar el conflicto entre unos y otros y quedarse con el retrovisor y ver hacia el pasado y no ver hacia el futuro. (I)