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La unidad del PSC es el ‘mérito’ que le reconocen sus excoidearios a Pascual del Cioppo, que se desafilió del partido tras 42 años de militancia

El expresidente del Partido Social Cristiano viajará a España en septiembre próximo para asumir la embajada del Ecuador por delegación de Guillermo Lasso.

Pascual del Cioppo (i) fue diputado en el 2005. Ese año, junto a Sylka Sánchez, Hugo Ruiz, Ricardo Ulcuango y Carlos Kure, integraron el Comité de Excusas del Congreso Nacional.

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Era 1979. El dirigente de los industriales León Febres-Cordero (LFC) buscaba jóvenes que quisieran trabajar con él en su campaña para llegar a la primera Cámara de Representantes (lo que luego fue el Congreso Nacional y ahora es la Asamblea Nacional) del retorno a la democracia en representación del Partido Social Cristiano (PSC). Por eso hizo algunas reuniones con estudiantes de la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil. Reclutó a algunos que le parecieron entusiastas y, sobre todo, coherentes con su línea política de derecha. Entre ellos estaba el veinteañero Pascual del Cioppo Aragundi, que por esa época cursaba la Licenciatura en Ciencias Sociales y Políticas.

Del Cioppo se afilió al PSC ese año. Cuarenta y dos después de una activa militancia en esa agrupación, que en agosto próximo cumple 70 años de vida institucional, dio un paso al costado para asumir la embajada de Ecuador en España, designación realizada por el presidente Guillermo Lasso.

La semana pasada, Pascual del Cioppo recibió el beneplácito del Reino de España como embajador en ese país. El pasado 26 de abril, el presidente Guillermo Lasso lo presentó a la embajadora española en Ecuador, Elena Madrazo. Foto Cortesía Foto: Cortesía

El pasado viernes, a través de una carta dirigida a la presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Diana Atamaint, anunció su desafiliación. Fue la decisión más difícil de su vida. Y la tomó con mucha pena, cuentan sus allegados, pero ya no podía quedarse puesto que la alta dirigencia del partido, encabezada por el ex alcalde de Guayaquil Jaime Nebot, no aprobó que haya aceptado el cargo luego de la ruptura del acuerdo político-electoral con Lasso y el movimiento CREO en medio de negociaciones para armar una mayoría legislativa.

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Hace unas semanas, asimismo, Del Cioppo dejó la presidencia de la agrupación política que ocupó por 22 años. Pero para llegar a esa posición pasó por otros puestos. Primero fue presidente de las juventudes, luego prosecretario y secretario, y hasta vicepresidente.

Y en el gobierno de LFC fue subsecretario de Bienestar Social y secretario personal de Nebot cuando este ejerció la Gobernación del Guayas. A este último lo conoció en la campaña presidencial de Febres-Cordero en 1984 y desde esa época se forjó una fuerte amistad, aunque en las últimas semanas no se han hablado.

También fue diputado en los periodos 1994-1996; 1998-2002; 2002-2006; y se reeligió en el 2007, pero fue parte del grupo de 57 legisladores destituidos por el extinto Tribunal Supremo Electoral (TSE) por oponerse a la convocatoria a consulta popular para instalar una Asamblea Constituyente que hizo el expresidente Rafael Correa.

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Quienes compartieron con él su trabajo en el partido, como los exlegisladores Luis Fernando Torres y Alfonso Harb, destacan de Del Cioppo su habilidad para llegar a consensos tanto internamente como con otras fuerzas políticas. Lo califican como una persona abierta al diálogo, respetuoso, con una fuerte vocación de servicio. Y creen que su decisión de aceptar la embajada es positiva para el país.

Harb comenta, además, que el exdirigente tiene una línea ideológica muy definida. “Es una persona que no va al ritmo de la política sino al de sus ideales, identificados con la economía social de mercado y la Doctrina Social de la Iglesia. Y ahora va a representar al país en un gobierno que tiene los mismos conceptos”, explica.

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Esto lo confirman otros exdirigentes que opinan que Del Cioppo pertenecía a la tendencia más conservadora del partido. Lo describen como un socialcristiano “puro”. Si bien las nuevas generaciones comparten la misma visión en temas económicos o de seguridad pública, toman distancia en lo que se refiere a ciertas libertades.

Sin embargo, algunos allegados a Del Cioppo señalan que su principal mérito como presidente del partido fue mantener la unidad, sobre todo cuando Febres-Cordero y Nebot, sus líderes históricos, se distanciaron por diferencias políticas. Cuentan que él se debatía entre las lealtades hacia su mentor y hacia su amigo, pero nunca se adhirió a ningún bando. Más bien, dicen, procuraba bajar las tensiones. Los escuchaba con paciencia. Y si de un lado u otro se emitían mensajes o recados que podrían resultar ofensivos o hirientes, los atenuaba o, de plano, no los transmitía.

“Siempre fue leal a ambos”, dice Harb, quien recuerda que para la última rueda de prensa que dio LFC –una vez que se retiró de la política un año antes de su fallecimiento en el 2008- en la que se refirió a la creación de la Comisión de la Verdad por parte de Correa, él invitó a varios dirigentes del partido, pero solo asistió Del Cioppo como presidente nacional.

En tanto, militantes del PSC en provincias, como Clemente Vázquez, exprefecto de Manabí, destacan que Del Cioppo siempre tuvo apertura para atender a los dirigentes que requerían consejo para resolver conflictos internos. Que les dio su espacio para tomar decisiones en sus jurisdicciones, como la definición de candidaturas, las estrategias de campaña o planes de trabajo.

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Vázquez cuenta, por ejemplo, que el ahora embajador en España medió entre la dirigencia nacional y los diputados manabitas que habían votado en contra de una resolución en el Congreso Nacional para que la sede de la Cámara de Pesquería se quede en Guayas, contradiciendo las directrices de Febres-Cordero y Nebot. Ellos querían que estuviera en Manabí. No hubo sanciones en su contra.

Sin embargo, otras voces del partido le reprochan que no haya ejercido una vocería política más fuerte, más enérgica desde que dejó el Congreso en el 2007. No se dedicaba “al día a día” del partido y solo asomaba cuando se acercaban las campañas presidenciales, afirman.

Pese a ello, su teléfono estaba abierto para todos… Salvo los meses de octubre, noviembre y parte de diciembre en los que se desconectaba de la actividad política para dedicarse a organizar la Teletón de Guayaquil, un evento benéfico en el que se recogen fondos para obras sociales.

La Fundación Teletón se creó en 1984 como una iniciativa de Nebot, que era gobernador, y luego se mantuvo pese a que este no ejercía cargos públicos; Del Cioppo fue su presidente hasta hace pocas semanas.

El exasambleísta Henry Cucalón, quien fue secretario municipal en la gestión de Nebot, destaca su labor en la organización de la Teletón. Se encargaba de la coordinación del montaje, estaba siempre al día con los grupos musicales de moda y, luego del evento, “era un gran ejecutor de la labor social de la Teletón”, asegurando una eficiente distribución de los recursos para los proyectos.

Pascual Del Cioppo fue hasta hace pocas semanas presidente de la Fundación Teletón, que organiza ese evento desde 1984 para recoger fondos destinados a obras sociales.

Y fue precisamente en ese ámbito en el que conoció, en el 2000, al ahora presidente Guillermo Lasso y a su esposa, María de Lourdes Alcívar. El Banco Guayaquil, del cual Lasso era accionista y alto directivo, fue siempre uno de los principales donantes del evento. Y con apoyo de la pareja se edificó un centro para atender y reunificar familias en el sector de Samanes, en el norte de la ciudad.

Lasso y Del Cioppo coinciden también en sus creencias religiosas. Ambos son parte del Opus Dei, una prelatura personal fundada por san Josemaría Escrivá de Balaguer, a la que se considera como una de las “alas” más conservadoras de la Iglesia católica.

Fue Del Cioppo uno de los más entusiastas promotores de la alianza entre el PSC y CREO para la campaña del año pasado. De hecho, los diálogos preliminares se realizaron en su casa. Y por eso que resolvió aceptar la invitación de Lasso, aunque eso le haya costado dejar el partido de sus amores.

“Tomé la decisión de quedarme con el presidente y el Gobierno porque es este Gobierno al cual, desde el primer momento en que se inscribió, apoyé. Ideológicamente estoy con el presidente Lasso. Es mi obligación. Si lo apoyé al principio, pues debo seguir colaborando con él en los próximos cuatro años... Todos inscribimos en la papeleta socialcristiana, en alianza con CREO, a Lasso. No es que estoy apoyando a otro candidato...”, expresa en una breve declaración a este Diario.

Su faceta política la ha compartido con la empresarial. A los 21 años, Del Cioppo puso su primer negocio, una fábrica de ropa en la que, entre otras prendas, confeccionaba las camisetas para las campañas electorales; luego, en 1993, creó Balsera Sudamericana, Balsasud, que hoy en día exporta paneles y compuestos de balsa a todo el mundo. En el 2020 vendieron 280 contenedores, según cifras de la compañía.

Del Cioppo, de 62 años, se marchará a España con su esposa e hijos en septiembre próximo, en vísperas de la asamblea nacional del partido en la que se elegirá a su remplazo. (I)

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