Para Héctor Yépez, director de la Escuela de Gobierno de la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UESS), eltriunfo en las urnas de Aquiles Álvarez, candidato de Revolución Ciudadana, se traduce en la permanencia en el tiempo del voto que ha venido consiguiendo el correísmo en las elecciones a la Alcaldía de Guayaquil, pero que en esta ocasión se enfrentó a una figura socialcristiana con menos aceptación y que perdió la elección por votos que es probable que hayan migrado a otros rostros de la papeleta.

Cynthia Viteri ganó en 2019 con más del 52 % de los votos, pero en esta elección solo un poco más del 30 %, ¿qué cree que pasó con este 22 % de votos, a dónde se fueron?

Este análisis hay que hacerlo con herramientas técnicas, habría que preguntarle a la gente que votó por Jimmy Jairala o Pedro Pablo Duart si hubieran votado como segunda opción por Cynthia Viteri, pero si podemos hacer aquí una reflexión y es que Aquiles Álvarez sacó un voto muy similar al que sacó Jairala cuando estuvo con el correísmo en la elección anterior y al que sacó Viviana Bonilla en la penúltima. El voto correísta en Guayaquil se mantiene en más o menos lo mismo que antes, pero lo que cambió es que antes se enfrentó a candidatos que tenían el 50 % o 60 % de votos y ahora ese voto ha caído dramáticamente.

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¿A dónde se fue este voto socialcristiano?

Naturalmente uno puede pensar que quienes votaron por Pedro Pablo Duart (que según el CNE obtuvo el 14,17 % de los votos ) fue gente que votó antes por el Partido Social Cristiano (PSC) y habría que ver si los que votaron por Jairala, ahora sin el correísmo, a lo mejor también eran votos para Viteri.

¿Qué cree que ocurrió para que el voto socialcristiano haya disminuido en esta elección?

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Creo que ya en la gestión de la alcaldesa Viteri hubo elementos distintos a los de las alcaldías de Jaime Nebot y de León Febres-Cordero, incluso creo que en el imaginario, Aquiles Álvarez pretendió encajar más en el estereotipo de Nebot y León de lo que encaja la misma Cynthia sobre todo con el nuevo personaje que fue construyendo en los últimos años y que sin duda molestó a buena parte del electorado y que terminaron optando por Duart o tal vez por Jairala.

¿Cuáles son estos elementos distintos que identificó en la alcaldía de Viteri?

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En esta alcaldía, al igual que le ha pasado al Gobierno Nacional, se ha menospreciado el valor que tiene la obra física para el ciudadano. La gente siempre pide empleo y seguridad, pero vota por las obras al final del día. No ha habido obras emblemáticas en esta administración, pero eso no quiere decir que no se haya hecho nada, hay una obra social importante, que ha hecho que saque el 30 %, que si lo ponemos en el contexto nacional, es una votación alta.

La alcaldesa de Guayaquil Cinthya Viteri, dejará el cargo el próximo 14 de mayo. Foto: API

¿Por qué considera que Aquiles Álvarez encaja más en el estereotipo de las autoridades socialcristianas que ha tenido la ciudad?

Por una cuestión de actitud, por su estilo. No lo conozco, pero en la campaña trataron de mostrarlo con estilo similar, en cambio a Viteri con ese giro que dio la veo con un estereotipo totalmente diferente al que el imaginario guayaquileño tiene en la cabeza y que es algo de 30 años, de tener un perfil de lo que es ser alcalde de Guayaquil. Hay generaciones enteras que solo han conocido al PSC y es difícil romper esos moldes.

¿Es Aquiles Álvarez lo que en política se conoce como un ‘outsider’?

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Sí, el correísmo ha jugado inteligentemente esa carta de mostrar a alguien nuevo y que no está asociado con los negativos que tiene. Álvarez se ha mostrado con un discurso conciliador, leal a las causas de su partido, pero sin entrar en confrontaciones innecesarias y creo que esa será la nueva estrategia del correísmo también con Pabel Muñoz en Quito, Juan Lloret en Azuay. Ellos van a tratar de mostrar un rostro amable, pensando en el 2025 para ganar al electorado.

Aquiles Álvarez recorrió en una caravana el Cristo del Consuelo, suburbio de Guayaquil. Foto: API Foto: API

Si bien, Aquiles Álvarez logró casi el 40 % de votos, el otro 60 % de guayaquileños no respaldó esta opción, ¿esto puede afectar su gestión?

Como toda nueva autoridad tiene que legitimarse en la práctica, no diría que no hay legitimidad ahora mismo, porque ha ganado con más de diez puntos de diferencia. Pero lo que pasa es que en Guayaquil hemos estado treinta años acostumbrados a que quien gana la Alcaldía, lo hace con más de la mitad de los votos, es la primera vez que gana con menos de la mitad. Si tendrá el desafío de convencer a esos seis de cada diez guayaquileños que no votaron por él y ojalá lo haga por el bien de la ciudad.

¿Considera que amerita a futuro tener segundas vueltas en casos de alcaldías y prefecturas?

Sí, es algo que se debe pensar, por ejemplo en casos que sacan menos del 40 %. No lo pienso en el caso de Aquiles Álvarez, pero si en casos como Quito donde se gana con un 20 % y la gobernabilidad se vuelve difícil, esto ya se hace en Francia, no hablamos de inventar el agua tibia. (I)