En las comunidades indígenas de la Sierra habría preocupación por la sospecha de la infiltración de presuntos grupos narcoguerrilleros que estarían reclutando a sus habitantes, después de que dos dirigentes de Guamote (Chimborazo) fueron detenidos y enfrentan una investigación fiscal por presunta trata de personas, relacionada con el Movimiento Guevarista Tierra y Libertad (MGTL).

Fue el 26 de octubre del 2021 que la entonces ministra de Gobierno, Alexandra Vela, reveló la presencia de este Movimiento Guevarista Tierra y Libertad (MGTL) en la movilización que convocó ese día el Frente Unitario de Trabajadores (FUT) en contra del incremento de los precios de los combustibles y que terminó con disturbios.

Vela en ese entonces declaró que era “un grupo de jóvenes del Movimiento Guevarista” que quería recordar las jornadas de protesta de octubre del 2019.

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Siete meses después de ese suceso, la Fiscalía General del Estado informó de un operativo en el que se incautaron armas, municiones y se detuvo a ocho personas que serían parte del MGTL, quienes estarían siendo investigadas por presunta delincuencia organizada, trata de personas y reclutamiento para grupos guerrilleros.

Los primeros indicios señalan que hacían acercamientos en comunidades de Cotopaxi, Chimborazo y el Oriente para captar personas de forma irregular y formarlas militarmente en la frontera entre Colombia y Venezuela.

Aunque no se dijo cuántos ecuatorianos habían sido “reclutados”, la Fiscalía indicó el 19 de mayo que les ofrecían cursos en Argentina y México, pero terminaban en campamentos de grupos armados.

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El organismo informó que, el 20 de mayo, un juez de la Unidad de Flagrancia dispuso prisión preventiva para los ocho detenidos y se los procesó por el presunto delito de trata de personas con “fines de reclutamiento forzoso para conflictos armados”.

Entre los detenidos están dos líderes comunitarios del pueblo quichua Purwa, según la Confederación de los Pueblos y Nacionalidades Kichwa del Ecuador (Ecuarunari).

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Un comunicado oficial de la organización, la más grande de la Sierra, calificó de “arbitraria la detención” de los dos dirigentes, pues “pretenden vincular a nuestros compañeros con la narcoguerrilla colombiana y el Movimiento Guevarista”.

Sobre este último, rechazaron que haya ingresado a sus territorios de forma “inconsulta y arbitraria con ofertas de talleres de formación política y cursos internacionales de liderazgo en países latinoamericanos dirigidos a jóvenes indígenas, que luego de ser reclutados desconocemos de sus paraderos”.

Esta trama habría comenzado en Guamote, en la parroquia de Palmira, en las comunidades de los Tilpines, en donde integrantes del Movimiento Guevarista habrían hecho contacto con los dirigentes ofreciéndoles talleres sobre derecho constitucional, las leyes de comunas, de aguas y tierras, y “terminaron ganándose la confianza de la comunidad”, relató un directivo de la Ecuarunari, Gustavo Tenesaca.

Integrantes del Movimiento Guevarista Tierra y Libertad están siendo investigados por la Fiscalía General. Foto tomada de la cuenta de Facebook de la agrupación. Foto: El Universo

La organización se enteró de lo que había ocurrido cuando sus dos compañeros fueron detenidos, y los familiares empezaron a relatar lo que sucedió.

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Después de los talleres, MGTL habría invitado a “hacer cursos fuera del país a algunos jóvenes en Argentina por 90 días sobre liderazgo y política. Las comunidades, si existe la oportunidad de que los capaciten e intercambien experiencias, decidieron organizarse y que vayan, y hasta ahí saben”, explicó Tenesaca.

Según los relatos de los allegados, algunos regresaron y otros (se conoce de tres o cuatro) no llegaron a Argentina, “sino que habían ido a parar en algún lugar”.

“Nuestros compañeros no se imaginaron que iban a tener una cuestión de esta naturaleza. Fueron engañados y ahora los acusan de estar en trata de personas. Debe haber una investigación objetiva y determinar el grado de participación, porque fueron engañados, utilizados; se aprovecharon; fueron víctimas del engaño y la mentira de ofertarles algo que no les iban a dar”, añadió Tenesaca.

Mientras que la Ecuarunari rechaza la presencia de los “guevaristas”, el presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), Leonidas Iza, acusó al Gobierno de Guillermo Lasso de iniciar una persecución política en contra del MGTL.

A criterio de Iza, este grupo tiene “el derecho de pensar diferente”, y evocó que las “sociedades del mundo” están enfrentando al capitalismo.

Dijo que están investigando si miembros de las comunidades de Chimborazo tendrían vínculos con organizaciones irregulares; pero pidió que, mientras no se demuestre un delito, “no se puede criminalizar”, según dijo en una entrevista en radio Pichincha.

La Fundación Regional de Asesoría en Derechos Humanos (Inredh) pidió respeto al debido proceso de los integrantes del MGTL y que no se “inicie una cacería de brujas”.

“Exhortamos al Gobierno y al sistema judicial para que esta situación no sea utilizada para iniciar una cacería de brujas en contra de los movimientos sociales o para justificar la represión a colectivos que optan por la protesta social pacífica como forma de presión”, se señaló en una misiva, y anunciaron que asumirán la defensa técnica de los detenidos.

Alrededor de estos hechos, la revista Semana, de Colombia, tuvo acceso a información exclusiva sobre los operativos que se realizaron en Ecuador y en los que estarían colaborando autoridades de Colombia. Allí se hace referencia a la narración de una joven ecuatoriana que había sido llevada por estos grupos y huyó.

Se mencionan los “planes” de Iván Márquez, líder de un grupo conocido como la Segunda Marquetalia, con movimientos insurgentes ecuatorianos, en los que supuestamente habrían reclutado a más de 70 personas.

“(…) Se planteó la ejecución de secuestros en territorio ecuatoriano de altos empresarios como método de financiamiento del ‘movimiento revolucionario’ para la adquisición de material bélico”, cita la investigación de Semana.

También “se impartieron instrucciones en ideología subversiva y modelos de guerrilla urbana, que se habrían replicado en Cotopaxi, Chimborazo, Pichincha, Manabí, Los Ríos, el Oro, Carchi e Imbabura de Ecuador”.

Las investigaciones apuntarían a que “Márquez buscaría mantener coordinaciones transnacionales orientadas a reclutar ‘movimientos revolucionarios’, que se habrían desplazado hacia territorio venezolano, donde estarían ubicados los campamentos de la autodenominada Dirección Nacional de la Segunda Marquetalia, para concretar alianzas y recibir instrucciones frente a la conformación de guerrillas con enfoque urbano en territorio ecuatoriano, particularmente en Quito”, detalló la revista colombiana. (I)