En el caso Las Torres, los ecuatorianos Raúl De la Torre, familiar del contralor Pablo Celi y exfuncionario de Petroecuador, y el empresario inmobiliario Roberto Barrera, ambos sentenciados en Estados Unidos luego de aceptar haber intermediado en el pago de sobornos en una red de corrupción en Petroecuador, son piezas clave para entender la trama de corrupción que se investiga en Ecuador como una delincuencia organizada que operó con miembros en la Contraloría General del Estado (CGE), de Petroecuador y la Secretaría General de la Presidencia de la República.

El expediente de la causa crece rápidamente en cuanto al volumen, pues día a día la Fiscalía ingresa información que alimenta su teoría de que existió una estructura delictiva que se encargaba de gestionar el pago de planillas en Petroecuador y desvanecer glosas en la CGE a cambio de sobornos que eran manejados por De la Torre y Barrera.

Reuniones para concretar pagos, compra de artículos en Estados Unidos son pormenores del caso Las Torres que se descubren mediante versiones

Por supuestamente ser parte de esta estructura son procesados penalmente el contralor (s) Pablo Celi y su hermano Esteban Celi; el exsecretario general de la Presidencia, José Agusto Briones, y su hermano Luis Agusto Briones; Natalia Cárdenas, exasesora del exgerente de Petroecuador Pablo Flores; Silvia L., Ángelo R., Andrés L. y Elsie Cueva, de 68 años y madre del exgerente Pablo Flores.

Publicidad

Del expediente en Ecuador son parte horas de conversaciones grabadas entre uno de los empresarios relacionados con la empresa Nolimit, a la cual en la CGE le habrían desvanecido cinco glosas por $ 13 millones a cambio de coimas, y uno de los intermediarios que se encargaba de dar seguimiento a las transferencias que se daban como sobornos.

Inicialmente se conoce que las conversaciones serían entre el empresario ecuatoriano estadounidense José Luis De la Paz Román y Raúl De la Torre, quien decía ser sobrino de Pablo y Esteban Celi.

En las conversaciones transcritas, que son parte de un pendrive entregado a la Fiscalía y que fue periciado a inicios de marzo pasado, un interlocutor al que le dicen a lo largo de los diálogos “flaco” o “flaquito” es quien se encarga de coordinar lugares en Ecuador y Estados Unidos, cuentas nacionales y extranjeras y beneficiarios de la entrega de dineros que exigen a la empresa Nolimit.

Publicidad

Dice, por ejemplo, que quiere que se resuelva un depósito porque “necesita arreglar los temas de José Augusto” y busca la confirmación de que el empresario le diga que todo va en orden en lo que tiene que ver con Costa Rica.

En otro diálogo, “flaquito” le cuenta al empresario De la Paz que “Pablo está que se caca en el pantalón”, que quiere hablar a cada rato y que está “asustadísimo”. Según el intermediario, eso es bueno para ellos y tienen “que aprovechar” eso. Otra conversación, el “flaco” le habla al empresario de que el “pana” lo llamó y que al otro día le dará la cuenta que necesitan y que le dijo que no regrese hasta que no esté solucionado el tema y que “Pablo Flores está que bota veneno” contra él, “pero que está totalmente controlado”.

Publicidad

Versiones de funcionarios de la CGE refieren pedidos directos del contralor (s) Pablo Celi para desvanecer glosas en caso Las Torres

José Luis De la Paz es uno de los socios y representante de la compañía NoLimit C. A. que ha confesado haber pagado $ 8,8 millones en sobornos por contratos de Petroecuador. Entre los años 2012 y 2017, NoLimit recibió $ 121 millones en contratos de Petroecuador, principalmente para bombas y asistencia en mantenimiento para las readecuaciones de las refinerías de Esmeraldas y La Libertad.

Justamente en otro diálogo se habla de la facturación ficticia para la compra de bombas. El “flaquito” le dice al empresario de Nolimit que Pablo Flores pregunta si es que pueden facturar $ 200.000 en Quito “como que te ha comprado bombas, alguna pendejada, o como que tú estas comprando bombas”.

El tema de conseguir una factura por la compra de lo que sea, pero pagado por Nolimit, el intermediario le dice al empresario: “hacemos un contrato y ustedes pagan, o sea como que ustedes pagan por ese contrato, porque claro no, no, no vamos a pagar nosotros, si nosotros no tenemos de dónde sacar el billete”. “Ustedes facturen como que nos han dado un servicio, más o menos esa es la idea”, “para que ustedes puedan desembolsar”.

En otro momento, el “flaquito” le dice al empresario de Nolimit que estaba esperando que le diga “cómo vamos a hacer” y qué le dice a “Esteban”. Quien está como P1 en la conversación transcrita, es decir, el empresario, le responde al “flaquito” que ya le están dando la figura y que no se preocupe, que la transferencia se dará “con una empresa nueva en donde nadie asoma, nadie aparece, nadie tiene nada que ver y yo transfiero allá y eso lo controlas tú”.

Publicidad

Entre la noche del lunes y madrugada del martes últimos se realizaron allanamientos dentro del caso Las Torres por delincuencia organizada. Uno de los inmuebles allanados fue una vivienda del contralor (s) Pablo Celi. Foto: Cortesía

En la misma conversación, el “flaquito” dice que está tranquilo, que el tema es que quiere salir de esto con su “tío”, “o sea ya tener saneado todo y poder trabajar en paz en lo otro”. La grabación termina con el compromiso de que el “flaquito” le mandará al empresario las “coordenadas” que necesitan para las transferencias.

Más adelante en las conversaciones mantenidas se señala que ya se enviaron las coordenadas requeridas para que se transfieran a la cuenta del “amigo del un palo” “un millón” y para los “quinientos” restantes “el amigo” le va a mandar otra cuenta. El intermediario pide rapidez en las transferencias, pero el empresario le responde que no es fácil por dificultades de los bancos por los montos y otras situaciones más. (I)