César Rohón Hervas, de 66 años, político y empresario ecuatoriano, aspira a que su renuncia a su curul en la Asamblea Nacional, que anunció la noche del domingo 13 de marzo durante una plenaria, “sirva para que reaccione el país, la propia Asamblea y si no, para que el pueblo decida sobre su futuro con reformas y no por intereses políticos”. Asumió para el periodo 2021-2025 por el Partido Social Cristiano (PSC), pero se desvinculó de este bloque por discrepancias internas y se mantuvo como independiente.

No se arrepiente de esta decisión, pues cree que es “lo mejor” y responde a sus “convicciones” más que a una “decepción” de la actuación de la legislatura, que vive una confrontación entre las diferentes bancadas.

Ha sido asambleísta constituyente en 1997 y el 2007; candidato a la Prefectura del Guayas en el 2014. Fue legislador en el 2017 y se reeligió para este último periodo y fue parte de la Comisión de Desarrollo Económico. Ahora buscará contactarse con grupos sociales, reencontrarse con su familia y amigos. Se define como un político “frontal y trabajador” y lamentó con su salida que los asambleístas no estén sintonizados con las necesidades del país lo que es “es arar en el mar”, por lo que prefiere trabajar con la ciudadanía.

Publicidad

¿Cuáles son las razones de fondo que lo llevaron a tomar esta decisión de renunciar?

La Asamblea Nacional está de espaldas al pueblo ecuatoriano. No hace las leyes que el país necesita, no hay reformas para la gobernabilidad. En el periodo anterior (la Asamblea) dio las espaldas al pueblo negando una reforma que vino con 300.000 firmas, violentando la Constitución. La primera llamada a defender la Constitución y la ley es la Asamblea y no lo hace, violenta la Constitución cada vez que se le ocurre. Lo mismo pasó ahora con las amnistías (a 268 personas), pues no se puede dar amnistías por hechos de secuestro, cuando no se hace una ley hace diez meses que permita el uso progresivo de la fuerza a la Policía Nacional y a las Fuerzas Armadas para detener la delincuencia. Las leyes son para ayer, no son para ahora y está entrampada por una lucha por el poder. La Asamblea está entrampada en una ferviente lucha de los grupos políticos que no generan confianza y no permiten la gobernabilidad.

Ha criticado que en lo interno hay un ‘toma y daca’ entre las bancadas. ¿Qué hay detrás de bastidores?

Publicidad

Son evidentes. Cuando hay grupos que quieren llevar a juicio político a cuatro miembros del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, sin duda hay una evidente intencionalidad, un evidente interés de manejar la designación de las autoridades de control. Si se va el Consejo, se deben ir todos. Debe haber transparencia, porque si se hace un juicio político a los vocales del Consejo de la Judicatura, se deben ir todos, porque han incumplido sus funciones, porque no evalúan a los jueces. Pero el acomodo es lo que debe terminarse en la Asamblea Nacional, eso es lo que está ocurriendo. En esa lucha, nos hemos enceguecido: unos por mantenerse, otros por tomarse el poder. ¿Y el pueblo ecuatoriano? Bien, gracias. Nos matan en las calles y no sale en diez meses una ley del uso progresivo de la fuerza que tenga un marco jurídico que permita contener con firmeza a los violentos. Entonces, la Asamblea no entiende lo que está pasando.

¿Están viendo sus intereses y cargos?

Publicidad

Sí, calentando puestos. No hay una reforma que permita la gobernabilidad. Yo planteé una reforma que está en la Comisión de Justicia para reformar el Consejo Nacional Electoral, para que las elecciones se hagan en segunda vuelta; para que se fortalezcan los partidos políticos, para que ninguna organización política que tenga más de dos años de vigencia con democracia interna, formación, capacitación pueda participar en la política. Ahí está… ahí sigue. Vamos a otro proceso de elecciones seccionales en donde vamos a tener un gran desorden. No estamos mirando que el Ecuador no funciona, el país se cae en pedazos. No hay una reforma a la seguridad social, una reforma laboral con leyes modernas del siglo XXI, pues tenemos una norma del siglo pasado, de 1939. Aquí debe haber la bicameralidad, el control cruzado de la Cámara Baja a la Cámara Alta. Subir el nivel, elecciones en segunda vuelta que provoque la gobernabilidad en el Ecuador. Estos cambios son los que el Ecuador necesita, porque si no, no tiene futuro, por eso me voy de la Asamblea y voy a luchar por estos cambios desde la vertiente ciudadana. No me voy a ir de la política, ahí voy a estar.

¿Desde la Asamblea se está promoviendo una desinstitucionalización?

Totalmente, no está cumpliendo sus funciones, no está cumpliendo con su rol. Hacer leyes importantes que beneficien al pueblo. Aquí está la ley de emergencia económica para atraer inversiones y generar trabajo a siete de cada diez ecuatorianos. Vamos a ver si aprueba la Asamblea, pero ¿y si no aprueba una ley tan importante? Eso será que esta Asamblea no le calza a nadie y no quiere nada.

Esta Asamblea no ha cumplido ni un año en funciones y está en conflicto. ¿En dónde está el problema?

Publicidad

En todo, nada funciona. El sistema político se agotó y por lo tanto hay que hacer reformas y cambios. El sistema político está agotado, tenemos que buscar una alternativa para que el país salga adelante. Está entrampado en una lucha sin cuartel por el poder y por los intereses de los políticos que tienen minado al Ecuador.

Desde el Gobierno se ha descartado una posible muerte cruzada (disolución de la Asamblea Nacional). ¿Este proyecto de ley urgente económica podría ser un motivo o qué es lo que se busca?

Se quiere arrinconar al Gobierno para una muerte cruzada. Pero una muerte cruzada sin reformas no sirve para nada, porque no podemos regresar a lo mismo. La unicameralidad después de 40 años no funciona. Lo primero que se tiene que hacer es reformas desde la sociedad civil, porque en esta Asamblea no va a haber reformas; al contrario, tendrá que darse una consulta popular para que el pueblo apruebe esas reformas y hacer las consultas populares que sean necesarias, y ahí recién podemos pensar en elecciones generales. No antes. ¿Muerte cruzada sin reformas para desinstitucionalizar más el Ecuador? De ninguna manera. Tiene que arrancar una reforma desde la vertiente ciudadana, y qué mejor consultarle al pueblo para que decida su futuro. Se necesita una reforma que debe ser de fondo por las graves contradicciones que tiene la propia Constitución.

¿Hay tiempo para eso?

Hay que hacerlo, buscar el mecanismo legal y constitucional. Me sustento en el dictamen de la Corte Constitucional que plantea la bicameralidad y que tiene 300.000 firmas de respaldo. Después de la consulta popular debemos pensar en unas elecciones generales con reformas para la gobernabilidad en el país.

No es la primera vez que usted participa en la política. ¿Funcionaban mejor los anteriores Congresos con la ahora Asamblea?

La anterior Asamblea fue muy criticada, pero en relación con la actual, no hay punto de comparación. Hay que evaluar el número de leyes buenas que hizo la Asamblea anterior al número de leyes que ha hecho esta en casi un año. Aquí hay comisiones como la Desarrollo Económico, a la que pertenezco, en la que se aprobaron cinco leyes en el pleno de la Asamblea de la Comisión y dos proyectos de reforma urgente económica en diez meses. Hay comisiones que no aprueban una sola ley. Insisto, la Asamblea no tiene resultados, no está sintonizada con las necesidades del país. En esas condiciones, es mejor que se cierre la Asamblea.

Dice que no se va a alejar de la política, ¿hay alguna candidatura en camino para los comicios seccionales del 2023?

No he considerado eso todavía. Voy a trabajar con la sociedad civil, porque creo que los únicos que pueden hacer cambios es el pueblo y la sociedad civil.

En este periodo legislativo un primer paso que dio fue alejarse del PSC y ahora renuncia a su cargo. ¿Está decepcionado?

No decepcionado, tengo una convicción de principios que no son negociables. Estoy a favor de la democracia participativa, que es lo que no vi en mi partido, por eso me fui. Y ahora me voy porque la Asamblea le da la espalda al pueblo, no resuelve los problemas graves del país, no hay una agenda prioritaria. La Asamblea no legisla en beneficio del pueblo y por eso nada tengo que hacer en esa Asamblea.

¿Cómo es su relación con los líderes del PSC después de su distanciamiento?

No me he ido peleando con nadie. Entré por la puerta y me he ido por la puerta. Soy amigo de todo el mundo. No he hablado con los líderes del partido hace mucho tiempo, pero aquí con los asambleístas uno conversa y tengo buenas relaciones, con altura, con respeto y consideración, como debe ser.

¿Qué escenario anticipa si la Asamblea no da paso a este proyecto de ley de inversiones?

Se sigue retrasando al Ecuador, no se le da oportunidades para progresar, para traer capitales, para atraer inversión extranjera, para generar trabajo para la gente. No se le puede seguir negando al Ecuador la posibilidad de desarrollar. Este es un tema de fondo y lo que es peor, que la sociedad ecuatoriana se está acostumbrando a esta parsimonia, a no hacer nada. A convivir con la violencia, a convivir con la corrupción y no puede ser. El momento en que la sociedad baja los brazos perdemos el país. Necesitamos una sociedad activa que marque su futuro. (I)