Al menos catorce pastillas al día, entre antipsicóticos, antidepresivos y ansiolíticos aseguró el exvicepresidente Jorge Glas que debe tomar para calmar sus dolencias físicas y psicológicas. Estas declaraciones las dio en la audiencia en la que le otorgaron un habeas corpus para poder salir en libertad.

Glas, según ese mismo relato que fue apoyado por médicos que estuvieron en la diligencia judicial, afirmó que padece de hipertensión, gastritis, espondilitis anquilosante (esta dolencia fue adquirida antes de su ingreso a prisión) y trastornos psicológicos. Sin embargo, miles de personas privadas de la libertad (PPL) padecen de las mismas enfermedades o las consideradas catastróficas e incurables y en varios casos también han solicitado habeas corpus y se les ha negado este recurso. Ante esto surge una duda: ¿qué enfermedades impiden que una persona cumpla su condena en la cárcel?

Jorge Glas ‘ve sangre en las paredes, escucha voces, alucina y hay riesgo alto de suicidio si sigue en la cárcel’, afirmaron médicos en audiencia donde se le otorgó habeas corpus

Una investigación de Connectas, con datos hasta noviembre de 2021, da cuenta de que en los presidios ecuatorianos se reportan 20 tipos de enfermedades. Más de la tercera parte de los reos padece uno o varios de esos males. Son 10.468 personas que dependen absolutamente del Estado para su tratamiento. De esas, 5.906 tienen hipertensión, 1.369 diabetes, 1.162 VIH, 857 tuberculosis y 52 cáncer, entre otros males como gastritis y adicciones a las drogas.

Publicidad

Asimismo, señala, 1.890 sufren afecciones crónicas, pero no reciben ningún tratamiento especializado ni tienen acceso continuo a medicamentos, exámenes o dietas. Es que aunque el derecho a la salud está “garantizado” en la Constitución, las personas privadas de la libertad (PPL) no tienen acceso a servicios médicos decentes ni tampoco a medicinas.

Billy Navarrete, director ejecutivo del Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos (CDH), afirma que el caso de Glas es atípico, ya que decenas de PPL con enfermedades más complejas luchan todos los días por tener acceso a un tratamiento médico, a medicinas y a un habeas corpus.

Sin duda el caso Glas no es típico, no es común. El beneficio que se le ha concedido (habeas corpus) no es del que gozan la mayoría de las PPL. El tema de restricciones al acceso de salud por parte de la población carcelaria es extendido, lo que está mal. Incluso, jueces han ordenado atención médica a PPL con enfermedades crónicas, pero no la reciben. Ahora, la reclamación médica de Glas, por su salud, ha sido presentada tiempo atrás”, dice.

Publicidad

El pasado domingo 10 de abril Jorge Glas salió de la cárcel de Cotopaxi. Foto: Archivo

Entonces, las pastillas y el tratamiento que se le proporcionaban y los doctores que lo trataron en la cárcel al exvicepresidente fueron parte de un servicio al que en teoría deberían acceder todas las PPL, pero que no es común en la actual realidad carcelaria.

“En el 2018, en su condición de PPL, Glas realizó una huelga de hambre en Latacunga y recibimos el pedido de la esposa para que lo visitemos en la cárcel. Aquí ocurrió también algo bastante particular, en otras circunstancias, para otros casos no se nos había permitido el ingreso, pero en esta ocasión pudimos entrar y reunirnos en forma reservada y confidencial con Glas. Vimos que por la huelga su salud estaba afectada”, añade Navarrete.

Publicidad

Estas son las cuentas que tiene Jorge Glas con la justicia de Ecuador, él estuvo 1.646 días en prisión

El experto indica que en esa visita lograron constatar condiciones de las que gozaba Glas y no la mayoría de PPL como el acceso las 24 horas a agua potable por cañería, agua caliente, internet y estaba en un pabellón transitorio donde cabían cien PPL, pero solo había 30: “Constatamos que muchas celdas estaban vacías, pero las propias autoridades señalaban que en el complejo había hacinamiento. Esto da cuenta de que no se está midiendo a todos con la misma vara”.

Es por esto que el CDH pidió que todas las condiciones dadas a Glas se extiendan al resto de la población carcelaria o al menos se garanticen temas básicos como el acceso al agua y la atención médica.

El nuevo modelo carcelario que se implementó posterior al 2010 (en el Gobierno del cual Glas fue partícipe) aumentó, según Navarrete, la restricción al acceso a la salud para PPL con enfermedades crónicas, catastróficas y con patologías adquiridas dentro de los recintos penitenciarios como la tuberculosis.

Esto ha generado preocupación y denuncias de familiares de las PPL que ven cómo su pariente enfermo no recibe atención. Navarrete indica que hay enfermedades perfectamente tratables con medicinas adecuadas como la hipertensión y la diabetes, pero que en las patologías catastróficas, como el cáncer, allí hay que realizar un diagnóstico del caso para evaluar las medidas a tomar.

Publicidad

A la salida de la cárcel Jorge Glas celebró su libertad con simpatizantes en Guayaquil. Foto: Archivo

En la audiencia, los doctores de Glas también afirmaron que su salud psicológica estaba en riesgo y que incluso el exfuncionariove sangre en las paredes, escucha voces, alucina” y que había un alto riesgo de que se suicidara si continuaba en la cárcel. La salud mental fue uno de los argumentos para conceder el habeas corpus.

Quién es Diego Moscoso Cedeño, el juez que con ‘habeas corpus’ sacó de la cárcel al exvicepresidente Jorge Glas

De hecho, según el acta, el propio Glas admitió que se hizo “marcas”, el 31 de diciembre del año pasado, en uno de los brazos porque “ya no quería seguir viviendo”.

Sin embargo, Navarrete señala que la mayoría de PPL tiene afectada su salud psicológica y que varios de ellos, incluso, tienen enfermedades mentales que ni siquiera son tratadas. “Otra vez no se está midiendo con la misma vara”.

Glas también adujo que padece de espondilitis anquilosante, una enfermedad inflamatoria que, con el tiempo, puede hacer que algunos de los huesos de la espina dorsal (vértebras) se fusionen. No tiene cura. Esta patología le provocó tres hernias discales a Glas que no le permiten “mover la pierna izquierda”. Sin embargo, el médico Luis Serrano cuestionó el argumento de problemas de salud en su cuenta de Twitter.

Sale con gafas de marca, terno y arete. ¿En dónde está afectada su salud física y psicológica? Eso es falso”, indicó.

En tanto, André Benavides, constitucionalista, afirma que en este caso ha existido un trato bastante discrecional en lo que respecta a la sustanciación de habeas corpus, ya que a cientos de PPL, a pesar de tener enfermedades más graves o complejas que Glas, no se les otorga este recurso.

Lo que más llama profundamente la atención es que se haya tratado el habeas corpus en Manglaralto, que se lo realice en altas horas de la noche y con un sorteo manual. Hay situaciones que generan algunas sospechas”, dice.

Añade que la acción de habeas corpus se la solicita cuando hay una detención arbitraria, ilegal e ilegítima hacia un ciudadano o cuando se está comprometiendo el derecho a la vida o a la salud de un privado de la libertad.

“No tengo ni una pizca de arrepentimiento de lo que hice por el país. Yo salgo de la cárcel con el corazón limpio de rencor y de odio y he perdonado a todos los que me hicieron esto”, dijo Glas en un encuentro con simpatizantes en Guayaquil, donde movió naturalmente la pierna izquierda y no se notó su cuadro de ansiedad diagnosticado. (I)