El que un legislador deje la organización política con la que fue electo y pase a declararse independiente ha sido algo común en esa función del Estado, antes llamada Congreso Nacional y ahora Asamblea Nacional. En el periodo legislativo que terminó ayer se registraron 65 casos del denominado “transfuguismo político”, más conocido como “camisetazo”.

Según elInforme Gestión y Transparencia de la Asamblea Nacional 2017- 2021″, que el Observatorio Legislativo de la Fundación Ciudadanía y Desarrollo presentó esta semana, la mayoría de los casos de transfuguismo político ocurrió en las principales fuerzas políticas. En Alianza PAIS se dieron 31 casos; en la alianza CREO-SUMA, 27; y otros 7 en grupos como la Izquierda Democrática, el Partido Social Cristiano y otros.

Esta situación no es algo nuevo dentro del Poder Legislativo. El analista político Francisco Palomeque dice que los cambios de bancada o desafiliaciones mientras un legislador está en funciones ocurren desde muchos años atrás, pero comenta que ahora el proceso es un poco más complejo, ya que todo legislador debe por ley convertirse en independiente o, en el caso de haber alcanzado una curul con alguna alianza de partidos, elegir con qué agrupación política quedarse.

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“Con la entrada en vigencia de la Ley Orgánica de la Función Legislativa (LOFL) en octubre del 2008, se prohibió que los legisladores se vayan a otros partidos... pero lo que no se puede tampoco eliminar, porque está en Constitución, es la libertad de pensar o de ser, entonces, por eso la gente se declara independiente”, dice Palomeque.

El analista comenta también que, cuando existía el Congreso Nacional, los cambios de bancada eran mucho más simples y se limitaban a un trámite administrativo en el entonces Tribunal Supremo Electoral (TSE).

“Usted veía a un diputado un verano en un partido, y el otro verano en otro partido... sin mayor problema: ibas, hacías el cambio de papel de movimiento en el órgano electoral y aparecías en otro”, dice.

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Para la analista política Patricia Astudillo, los cambios que la LOFL trajo con su aprobación abrieron un abanico de posibilidades para que, de acuerdo a los objetivos o estrategia política, un legislador pueda ir de un lugar a otro.

“Lo que realmente preocupa mucho de este transfuguismo político es que quedan muchos asambleístas independientes y se convierten en un peligro dentro de la Asamblea Nacional”, dice Astudillo, y agrega que los asambleístas independientes se vuelven una joya deseada para que una norma se apruebe o no, un juicio político pase o no.

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En este periodo legislativo que culmina, once legisladores terminan declarados oficialmente como independientes.

“Son las fichas más deseadas”, apunta Astudillo, y menciona que, aunque hubo ciertos casos de rupturas por temas relevantes, tiene que haber algún un tipo de sanción o normativa partidista que regule esta desafiliación.

En cuanto a los cambios registrados en cada agrupación política, de los 31 que registró Alianza País, que llegó al Legislativo con una bancada de 74 asambleístas, el primero fue en noviembre de 2017, cuando 18 legisladores se desafiliaron del movimiento por discrepancias por la propuesta de consulta popular y referendo del presidente Lenín Moreno y conformaron la bancada de la Revolución Ciudadana. Estos asambleístas fueron:

  • Soledad Buendía
  • Hermuy Calle
  • Juan Cárdenas
  • Esther Cuesta
  • Liliana Durán
  • Augusto Espinosa
  • Carmen García
  • Diego García
  • Juan Cristóbal Lloret
  • Esteban Melo
  • Roberth Proaño
  • Gabriela Rivadeneira
  • Carmen Rivadeneira
  • Franklin Samaniego
  • Doris Soliz
  • Lira Villalva
  • Carlos Viteri
  • Eduardo Zambrano

Luego, en enero de 2018, 10 legisladores más se desafiliaron del movimiento por la pugna entre los legisladores que apoyaban a Moreno y los que respaldaban al expresidente Rafael Correa por el control de la directiva del movimiento político, quienes se añadieron también a la bancada de la Revolución Ciudadana. Estos legisladores fueron:

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  • Marcela Aguiñaga
  • Marcela Holguín
  • Pabel Muñoz
  • Verónica Guevara
  • Mónica Alemán
  • José Chalá
  • Wendy Vera
  • Bairon Valle

Dentro de Alianza PAIS también, en julio de 2018, Juan Pablo Velín y Yofre Poma y Viviana Bonilla declararon su desafiliación del movimiento para ser independientes. Las últimas salidas fueron el 24 de abril de 2019, cuando las asambleístas Karla Cadena y Kharla Chávez se declararon independientes.

En la alianza CREO-SUMA, que llegó con 34 legisladores, se registraron en total 27 casos de transfuguismo político. En julio de 2017, se disolvió la alianza tras la aprobación de la Ley de Paraísos Fiscales y 15 asambleístas decidieron quedarse solo en CREO, estos fueron:

  • Fernando Callejas
  • Rina Campain
  • Absalón Campoverde
  • César Carrión
  • Homero Castanier
  • Jeannine Cruz
  • Lourdes Cuesta
  • Patricio Donoso
  • Fernando Flores
  • Roberto Gómez
  • Rómulo Minchala
  • Fredy Moreno
  • Byron Suquilanda
  • Tanlly Vera
  • Fabricio Villamar

Se reflejan también cinco casos que dejaron la alianza para ser independientes, dos legisladores que se cambiaron de partido y dos más que se quedaron solo en SUMA.

Independientes

  • Mae Montaño
  • Héctor Muñoz
  • Washington Paredes
  • Franco Romero
  • Héctor Yépez

Transfuguismo de la alianza CREO-SUMA a otros partidos

  • Fernando Burbano - Juntos Podemos
  • Ángel Gende - Alianza Tsáchila
  • Guillermo Celi - SUMA
  • Israel Cruz - SUMA

En los años siguientes, dentro de CREO se registraron dos casos puntuales. Uno es el del asambleísta Fabricio Villamar, quien presentó en julio de 2019 su desafiliación luego de que el bloque emitiera un comunicado señalando que es un legislador extraño a la organización, por lo que siguió en representación del movimiento Ahora 65, aliado a CREO desde 2016.

El segundo caso es el del legislador Roberto Gómez, quien fue separado del bloque en febrero de 2020 mediante un comunicado que señaló que mantuvo una actitud irrespetuosa con el jefe de la bancada, Luis Pachala.

Otros siete asambleístas decidieron separarse también de las organizaciones políticas con menos presencia en esta Asamblea que termina, “principalmente por contraposición entre sus posturas personales y la de las de sus organizaciones políticas”, asegura el informe del Observatorio Legislativo.

Uno de los casos más recordados es del asambleísta Eliseo Azuero, representante de Sucumbíos que llegó por la Izquierda Democrática, y que dejó la organización a tan solo dos días de iniciar funciones.

Azuero, actualmente prófugo tras ser procesado por delincuencia organizada en el proyecto de construcción del hospital de Pedernales, aseguró en ese entonces que se trababa de falta de entendimiento con la legisladora Wilma Andrade, presidenta nacional del partido.

Ante este escenario que se vivió en este periodo legislativo, Astudillo dice que lo que hace falta en Ecuador es un fortalecimiento del sistema de partidos políticos.

“El gran problema que tenemos aquí es que viene una elección y entonces te pongo a quien sea como candidato, porque aquí tenemos caudillos o dueños de partidos políticos que eligen candidatos según lo que les parece a ellos. Al no haber un proceso de formación política dentro de los partidos políticos, no tienen una persona que realmente sea un convencido ideológico de un partido político”, dice la analista.

Con Astudillo coincide el también analista Oswaldo Moreno, quien dice que lo sucedido refleja la carencia o debilidad institucional que tienen los partidos políticos en Ecuador.

“Hay que tomar en cuenta que el ejercicio legislativo en el país está desprestigiado con casi la mitad de sus miembros investigados, algunos con juicios, y esta práctica denominada “camisetazos” no es algo nuevo y... se da al momento de elegir dignidades o el reparto de las comisiones”, apunta el analista y agrega que fue lamentable ver “cómo las farmacias, los hospitales y los servicios públicos fueron parte del botín político y del reparto para mantener la gobernabilidad”.

Ambos expertos dicen que en el país se necesita de forma urgente que los partidos políticos fortalezcan sus estructuras, a través del reclutamiento, formación, adoctrinamiento, pero reconocen que es complicado, ya que siguen estando al frente los lideres políticos tradicionales que se aferran al poder.

“Mientras no haya un partido fortalecido, mientras no haya formación partidaria, ideológica, no vas a tener un compromiso real, una lealtad partidaria y no simplemente intereses políticos”, dice Astudillo.

En tanto, las expectativas para la nueva Asamblea Nacional son que no ocurra lo mismo, o al menos no en la misma magnitud, ya que, al no tener bancadas tan fuertes como las anteriores, los movimientos deberán llegar a alianzas para lograr la presidencia y las vicepresidencias. (I)