La vacunación obligatoria “debe siempre respetar los derechos humanos y forzarla no es aceptable”, consideró este miércoles la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet.

“Bajo ninguna circunstancia, la gente tiene que ser vacunada a la fuerza, aunque si una persona se niega a cumplir con la obligación de vacunarse puede tener consecuencias legales, como por ejemplo una multa apropiada”, dijo Bachelet en un mensaje de video.

Bachelet advirtió de que hay tomar en cuenta importantes consideraciones de derechos antes de hacer obligatoria la vacunación.

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“Debe cumplir con los principios de legalidad, necesidad, proporcionalidad y no discriminación”, explicó, según se lee en una transcripción de sus palabras durante un seminario del Consejo de Derechos Humanos.

La Alta Comisionada dijo que los objetivos que persiguen los países que se plantean hacer obligatoria la vacuna para luchar contra la pandemia eran “por supuesto, del más alto nivel de legitimidad e importancia”.

Pero insistió en que “la obligatoriedad de la vacunación solo debe usarse cuando sea necesario para lograr objetivos imperiosos de salud pública”.

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“Y solo cuando las medidas menos intrusivas, como llevar tapabocas y la distancia social, no logren satisfacer esos objetivos de salud pública”.

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Bachelet enfatizó también que para que la obligación esté “de acuerdo con los principios fundamentales de los derechos humanos de igualdad y no discriminación”, los países tienen que asegurar el suministro de vacunas y que sean realmente abordables.

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Así como que sean “suficientemente seguras y efectivas”, añadió.

Bachelet explicó también que podría ser apropiado restringir ciertos derechos y libertades, incluso el acceso a instalaciones como hospitales y colegios, a las personas no vacunadas.

De cara al futuro, Bachelet afirmó que toda obligatoriedad en la vacunación “debe estar sujeta a revisión oficial frecuente para asegurar que siga siendo necesario, proporcional y no discriminatorio”. (I)