Casi una década de guerra en Yemen han dejado estragos en el país, en lo que se ha descrito como “una de las peores crisis humanitarias del mundo”. El 2 de abril de este año, una tregua de dos meses impuesta por la ONU y prorrogada en dos ocasiones, inició un periodo de paz que ahora culmina.

El alto al fuego significa también el cese de las medidas humanitarias que se implementaron como parte de la tregua incial, pero no todas estas medidas se han respetado a lo largo de los 6 meses. Según la plataforma Yemen Truce Monitor, en los meses de tregua se han violado los acuerdos de paz un total de 2.803 veces, entre bombardeos de artillería, ataques con misiles y drones o choques armados y al menos 462 personas han muerto como resultado.

La disputa en Yemen se origina por un conflicto de su gobierno, respaldado desde el 2015 por una coalición militar liderada por Arabia Saudita, y los rebeldes hutíes, apoyados por Irán.

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La ONU, sin embargo, aún busca ampliar la tregua. Hans Grundberg, el representante de la organización en Yemen, visitó el país con la esperanza de conseguir una prórroga. Una de las dificultades para el progreso de las conversaciones de paz es el fracaso del acuerdo para reabrir las carreteras a Taiz, la tercera ciudad más grande del país, sitiada por los hutíes desde 2015.

Los 8 años de guerran han dejado en Yemen cientos de miles de muertos, millones de desplazados y dos tercios de la población necesitan ayuda, según la ONU. (I)


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