En cuatro minutos de intervención, el primer discurso del presidente brasileño Jair Bolsonaro (PL) tras su derrota electoral fue evaluado como evasivo y también otro ejemplo de que no colabora con las instituciones democráticas. Durante el discurso, el mandatario afirmó que siempre “cumplirá con la Constitución”.

El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, dio a entender este martes que admite su derrota electoral, aunque sin ser del todo explícito, y desautorizó los métodos de los camioneros que bloquean carreteras y piden un golpe militar frente a la victoria de Luiz Inácio Lula da Silva.

Bolsonaro, unas 45 horas después de la confirmación del resultado de las elecciones del pasado domingo, rompió el silencio con un breve pronunciamiento de cuatro minutos en el que agradeció los votos que recibió del electorado.

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El líder de la ultraderecha perdió los comicios por una estrecha diferencia de 1,8 puntos porcentuales frente a Lula, y no había sido visto en público desde la mañana del domingo, cuando votó en Río de Janeiro, además de haber dejado mudas sus redes sociales, que siembre han tenido una febril actividad.

Transición esta misma semana

Al manifestarse, no hizo alusión al resultado, no reconoció su derrota ni cantó victoria, ni tuvo el gesto democrático de felicitar al líder progresista, ya proclamado como presidente electo.

Sin embargo, afirmó que mientras sea presidente y como ciudadano, seguirá "siendo fiel a la Constitución".

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También agradeció a los 58 millones de electores que votaron por él el pasado domingo y expresó el "honor" que significa "ser el líder" de esas personas que, como él, defienden los valores conservadores que están impresos en su lema: "Dios, Patria y Familia".

“La derecha surgió de verdad en este país”, declaró Bolsonaro arropado por ministros y parlamentarios de su base aliada.

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Cumplir la transición

Con la proclamación de los resultados por el Tribunal Superior Electoral, se abre un periodo de dos meses regulado por ley, recuerda el diario El País. El primer paso lo tiene que dar el ganador, Luiz Inácio Lula da Silva, con la elección de un coordinador para su equipo de transición. A partir de ese momento, el Gobierno está obligado a suministrarle la información que requiera y a darle asistencia técnica. El presidente derrotado, Jair Bolsonaro, no puede oponerse formalmente a cooperar, pero sí tratar de embarrar el proceso.

Tras la declaración de Bolsonaro, el ministro de la Presidencia, Ciro Nogueira, responsable por el proceso de transición, sí se refirió a Lula como "presidente electo".

"Con base en la ley, iniciaremos el proceso de transición", indicó Nogueira, con lo cual despejó las dudas que aún hoy dejó sembradas el líder de la ultraderecha en su pronunciamiento.

De hecho, Nogueira ya ha conversado al respecto con la campaña de Lula desde el lunes, pese al silencio que mantenía Bolsonaro.

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Este mismo martes, el equipo de Lula reconoció las conversaciones “republicanas” y “democráticas” con Nogueira y anunció que el equipo de transición será coordinado por Geraldo Alckmin, en su condición de vicepresidente electo. (I)