Este jueves la vicepresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner volvió a aparecer en un acto público al reunirse con el grupo Curas en Opción por los Pobres.

De manera emotiva, Fernández dijo que eligió que su primer acto tras el fallido atentado que sufrió el pasado 1 de septiembre sea con religiosos.

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“Yo siento que estoy viva por Dios y por la Virgen, realmente, así que me pareció que si tenía que agradecer a Dios y a la Virgen tenía que hacerlo rodeado de curas, por pobres, de curas villeros, de hermanas, laicas, religiosa”, dijo de manera emotiva.

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La exmandataria reveló que el papa Francisco la llamó al día siguiente del hecho y le habría dicho que “los actos de odio y de violencia siempre son precedidos por palabras y verbos de odio”.

Además dijo que no quería hablar de lo acontecido ese día. Fernández fue apuntada con un arma, cuyos disparos no salió al momento que saludaba simpatizantes fuera de su domicilio.

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“Yo creo que lo más grave no es lo que me pudo haber pasado a mí, para mí lo más grave fue haber roto un acuerdo social que había desde el año 1983... Es cierto que todos los dirigentes políticos quieren ser presidente, como todos los curas quieren ser papa″, añadió.

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La expresidenta retomó las palabras que en algún momento pronunció el papa Francisco y pidió que recen mucho por ella.

Se espera que este viernes, Fernández rinda declaración en la causa que se impulsa por el fallido atentado. Justamente ya son cuatro los detenidos por el intento de homicidio, la causa tiene secreto de sumario.

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Atentado a Cristina Fernández: ¿un hecho planificado?

El mismo día del evento fue detenido el brasileño Fernando Sabag, quien fue el que apuntó a la vicepresidenta, días después fue detenida su novia Brenda Uliarte ya que se sospecha que no fue una actuación individual sino un plan orquestado por un grupo.

La tercera detenida se trata de Agustina Díaz, quien es amiga de Uliarte y reveló que ella le había confesado su plan de “mandar a matar a Cristina”. La última detención se dio el pasado miércoles y se trató de Nicolás Carrizo, quien es señalado como jefe de la banda de los copitos, como se ha denominado al grupo ya que vendían algodones de azúcar. (I)