Miles de colombianos salieron este miércoles a las calles del país con arengas, bailes y música para protestar contra la reforma tributaria presentada por el Gobierno del presidente Iván Duque, en una jornada multitudinaria que avanza de manera pacífica, con excepción de Cali donde han ocurrido desórdenes y saqueos.

Las vías se coparon poco a poco con manifestantes que salieron desde diferentes puntos de concentración en sus ciudades en una jornada convocada por las centrales obreras para exigir que el Congreso hunda la reforma tributaria que golpea especialmente a la clase media con nuevos impuestos.

Los ciudadanos también se han unido a la manifestación desde sus casas donde golpean cacerolas para hacer sentir su descontento con el proyecto, un ruido que desde las protestas de 2019 se convirtió en símbolo de los reclamos hacia el Gobierno.

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La jornada comenzó en ciudades como Bogotá, Cali, Barranquilla, Medellín o Bucaramanga, cuyas principales avenidas se llenaron de caminantes que con banderas, carteles e instrumentos musicales expresan su rechazo al proyecto de reforma fiscal presentado la semana pasada en el Congreso.

Las calles se inundaron de color y bailes encabezados por jóvenes y representantes de organizaciones civiles y sindicatos que usan mascarillas por la pandemia del coronavirus.

Algunos también se han unido a la protesta en sus motocicletas y carros adornados con carteles que tenían inscritos mensajes como "Por la vida, la salud y la democracia" o "No a la reforma tributaria".

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Las manifestaciones tienen lugar pese a las recomendaciones de las autoridades de que la gente evite aglomeraciones por el riesgo de contagiarse de covid-19 en momentos en que el país vive una emergencia sanitaria por la gravedad del tercer pico de la pandemia.

Derriban estatua en Cali

Aunque la jornada ha transcurrido de manera pacífica en casi todo el país, en Cali, capital del departamento del Valle del Cauca (suroeste), la protesta comenzó con el derribo de la estatua del fundador de la ciudad, el conquistador español Sebastián de Belalcázar.

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Indígenas Misak llegaron esta mañana hasta un cerro del barrio La Arboleda, en Cali, donde con sogas echaron al suelo la estatua de bronce fundido instalada en un mirador que lleva el nombre del conquistador y es uno de los símbolos de la ciudad.

El grupo de manifestantes terminó enfrentado con la Policía que intentaron controlar la situación y posteriormente los choques se repitieron en otras zonas de la ciudad por los ataques a locales comerciales y vehículos del transporte público.

Los hechos de vandalismo en los que incluso se le prendió fuego a la oficina de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN), fueron el lunar de la manifestación en esa ciudad. (I)