Si México aprueba finalmente el uso recreativo de la marihuana -antes se había aprobado su uso medicinal- tendría el potencial de convertirse en el mayor mercado de esta industria en el mundo.

Las pruebas hacen pensar que va por ese camino, puesto que la Cámara Baja del Congreso de México aprobó el miércoles el proyecto de ley sobre la legalización recreativa de la marihuana, que deberá regresar al Senado para una nueva votación en esa cámara tras cambios de los diputados.

Por ende, todavía se deberá esperar un buen tiempo hasta que el proyecto de ley pueda entrar en vigencia. En ese contexto hay diversas voces sobre lo que esto representa para el país, la región y el mundo, ya que además sería el tercer país -después de Canadá y Uruguay- en aprobar el uso total (medicinal y recreativo) del cannabis.

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La iniciativa permite fumar marihuana en casa sin presencia de menores, poseer hasta ocho plantas por domicilio y crear asociaciones de fumadores con un máximo de 50 plantas, recoge EFE.

También establece un sistema de licencias para la siembra, el cultivo, la cosecha y la venta de marihuana y derivados con cannabis no psicoactivo en México, donde el uso medicinal de la marihuana ya fue aprobado en 2017, pero recién entró en vigencia en enero pasado con la publicación del reglamento, apunta el diario mexicano El Economista.

Entre las controversias que ha despertado el proyecto está que la planta de cannabis aún estará en la lista de sustancias prohibidas. Además, pese a que se intentará formar un mercado regulado que dé paso al autocultivo, los clubes cannábicos y la venta al menudeo, se mantendrá la penalización sobre la posesión, según organizaciones como México Unido Contra la Delincuencia.

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La legislación amplía de 5 a 28 gramos la cantidad de marihuana que se puede portar, pero prevé multas por poseer entre 28 y 200 gramos y penas de prisión de hasta 15 años por portar más de 200 gramos.

También explican medios mexicanos que los menores de 18 años no pueden acceder a esta droga y los adultos que los ayuden a conseguirla incurrirían en un delito. De igual manera no podrán ser parte de ninguna actividad relacionada con la producción o cultivo.

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Por ello, voces de grupos que apoyan la legalización han dicho que si antes había extorsiones por 5 gramos, igual habrá por 28 gramos.

Activistas del Movimiento Cannábico Mexicano y consumidores marcharon el martes para exigir a los legisladores una ley de consumo lúdico. Foto: EFE

La dificultad de armar un mercado

El director del Grupo Promotor de la Industria de Cannabis (GPIC), Érick Ponce, ha mencionado que la industria deberá mostrar la calidad, responsabilidad y educar a la población en el correcto uso legal del cannabis.

Según datos del GPIC, la industria representaría alrededor de 10.000 millones de dólares para el 2025, un gran impacto para la generación de trabajo y la fiscalidad del país. A esto habría que sumar los negocios indirectos que se crearían.

Si se aprueba la ley tal como ha salido de la Cámara Baja, se exigirá que quienes entren al negocio realicen una importante inversión y eso podría dejar en desventaja a los productores pequeños, favoreciendo a las empresas extranjeras que ya tienen experiencia en otros países y recursos.

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La ley plantea que las empresas que entren al negocio deberán tener la infraestructura necesaria para realizar la trazabilidad genética de las semillas y testeo. Cosas que requieren una fuerte inversión por su complejidad.

Además, las semillas deben ser de origen legal y para ello se necesita un banco de semillas, algo que aún no se ha formado oficialmente en el país.

Otro de los posibles resultados, el principalmente buscado, es que de esta manera se reste poder al mercado ilegal relacionado con esta droga.

Esto incluye atender a comunidades y pueblos indígenas que se han visto afectados por cultivar esta planta, para que pasen a ser productores legales.

También se analiza que estos cultivadores tendrán que sacar licencia para esta actividad y eso quizá sea un obstáculo que impida que entren y termine creando un mercado de lujo, de las empresas que pueden pagar la inversión necesaria y el de productores que no cumplen con la ley.

Ante esto, el GPIC cree que sí deben mantenerse las licencias para que se puedan controlar y regular las actividades, y añade que esto evitaría caer en extorsión del crimen organizado.

Conectado a este problema está la creación o no del Instituto Mexicano de Regulación y Control del Cannabis, el cual fue eliminado en la última versión, en la que se encarga este trabajo al Ministerio de Salud.

Incentivar el desarrollo e investigación nacional es algo que está en una agenda pendiente. Debería haber una ayuda a la industria nacional para que pueda competir con los monstruos transnacionales”, dijo a Infobae México Omar Ortega, jefe del Departamento de Farmacología de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Respecto a este tema, Radio Canadá Internacional ya ha publicado que la empresa de su país llamada Canopy Growth, la más grande del mundo de este sector, y la compañía The Green Organic Dutchman buscarán establecer operaciones en México.

“La industria legal del cannabis contribuyó con unos 3.960 millones de dólares al producto interno bruto de Canadá hasta febrero, según el Departamento de Estadísticas de Canadá. Eso representa un aumento del 215% desde que se legalizó el cannabis recreativo en octubre de 2018″, dice el medio canadiense.

Esto hace pensar que México, con una población que es más del triple que Canadá, será el mayor mercado del mundo y, por ende, atraerá inversión extranjera tanto para productos medicinales como recreativos.

Un estudio hecho por la firma Grand View Research prevé que para el 2027 el mercado mundial legal del cannabis represente 73.600 millones de dólares.

Contra el crimen y la violencia

La guerra contra el narcotráfico en México ha dejado más de 250.000 muertes en poco más de una década y es uno de los argumentos que suelen usar quienes impulsan la ley, ya que el crear un mercado legal podría restar poder a los poderosos carteles de droga del país.

El proyecto de ley fue aprobado por los diputados con 316 votos a favor contra 129 -hubo 23 abstenciones- lo que muestra una amplia mayoría a favor en lo político, aunque el oficialismo tiene mayoría en ambas cámaras.

Pero incluso críticos del gobierno actual del presidente Andrés Manuel López Obrador, como el expresidente (2000-2006) ven con buenos ojos esta aprobación e incluso llama a que ya se piense en el uso legal medicinal de la amapola, otra de las plantas que es fuente para la creación de drogas y, por ende, de la violencia en varias zonas del país.

Quizá también pese a que tras más de ser uno de los países más violentos del mundo por una fuerte política antidrogas que nunca dio resultados favorables, esta ley pueda ser un camino para no solo disminuir el poder del crimen organizado, sino también pueda ser usada para una alta recaudación de impuestos, generación de trabajo, combate contra la desigualdad; pero todo eso deberá ser probado cuando se ponga en la práctica. (I)