Pese a las constantes manifestaciones que ha registrado Francia en los últimos días, el presidente Emmanuel Macron decidió aplicar la reforma de las pensiones pese a no contar con el voto de los diputados.

La decisión se tomó tras las protestas que tuvieron que ser contenidas por la policía con cañones de agua y gases lacrimógenos, mientras manifestantes se congregaban en la plaza de la Concordia de París.

“Estoy harto. Nos movilizamos desde hace semanas y la única respuesta del gobierno es usar” el artículo 49.3 de la Constitución, que permite esquivar al Parlamento, lamentó Ruben, un estudiante de Ciencas Políticas, de 20 años.

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Senado francés aprobó reforma de pensiones, votación pasará a la Asamblea Nacional

La primera ministra Élisabeth Borne fue la encargada de dar a conocer la aplicación del artículo constitucional. “Hasta el último minuto, hicimos todo lo posible para lograr una mayoría para este texto (...) Pero las cuentas no salían”, explicó a la cadena TF1 Borne, confirmando que activó el artículo 49.3 de “común acuerdo” con Macron.

Desde 1958 se ha tomada esta medida en 100 ocasiones, aunque ahora lo que hizo fue incrementar la tensión y a convocar a nuevas manifestaciones. La idea del Gobierno es la retrasar la edad de jubilación de 62 a 64 años para 2030 y adelantar a 2027 la exigencia de cotizar 43 años (y no 42 como hasta ahora) para cobrar una pensión completa.

Durante el Consejo de Ministros que autorizó el uso del 49.3, Macron estimó que no se podía jugar “con el futuro del país” y que “los riesgos financieros y económicos eran muy grandes” para perder la votación, según participantes en la reunión.

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La única opción que tiene la Cámara Baja para que no se aplique la reforma es la de aprobar una moción de censura contra el Gobierno lo que puede remover del cargo a Borne .

Si la moción de censura fracasa y se adopta la reforma finalmente, la oposición de izquierda prepara un recurso ante el Consejo Constitucional que retrasaría su promulgación y daría más tiempo a los opositores para utilizar sus últimos cartuchos, como reclamar un referéndum. (I)