El presidente interino de Perú, Francisco Sagasti, culminará su mandato de ocho meses de duración con una aprobación del 52 % de aprobación, según una encuesta publicada este domingo.

El sondeo, realizado por el Instituto de Estudios Peruanos (IEP) para el diario La República, reflejó que el respaldo popular de Sagasti aumentó un punto porcentual respecto a junio.

Asimismo, la desaprobación del presidente de transición se situó en 38 %, tres puntos menos que en la medición realizada en el mes anterior, que era de 41 %.

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El sondeo fue realizado entre el 18 y 21 de julio a 1.206 personas adultas, con un margen de error en sus resultados de 2,8 puntos.

Desde que Sagasti asumió la jefatura del Estado, sus principales cometidos han sido la adquisición de vacunas contra el COVID-19 y poner en marcha el proceso de vacunación, así como organizar con transparencia las elecciones de 2021.

Durante su gestión, el Estado peruano adquirió cerca de 100 millones de dosis, lo que ha hecho que actualmente haya más de cuatro millones de peruanos, el 12 % de la población, inmunizados con la pauta completa de dos dosis.

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Solución a la crisis política

Sagasti, parlamentario del centrista y liberal Partido Morado, fue escogido por el Congreso para asumir la Presidencia de Perú como una solución a la crisis política de noviembre de 2020, que llevó al país a tener tres presidentes en una semana.

La crisis se desató después de que el Congreso destituyera a Martín Vizcarra (2018-2020) por presuntos sobornos recibidos cuando era gobernador regional de Moquegua y fuera sustituido por el opositor Manuel Merino, que se convirtió en presidente interino de la nación al ser en ese momento el presidente del parlamento.

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La maniobra, que cambió el signo político del Gobierno a uno de corte ultraconservador, fue calificada por Vizcarra de golpe de Estado y causó la mayor oleada de protestas masivas de los últimos 20 años, lo que hizo que Merino apenas pudiera mantenerse en el poder cinco días.

Merino se vio obligado a dimitir luego de que todo su Gobierno renunciara en bloque al registrarse dos fallecidos en las protestas contra su figura.

Inestabilidad permanente

Pese a tener que afrontar la segunda ola de la pandemia de COVID-19, Sagasti no estuvo exento de inestabilidad política, pues varias fuerzas opositoras trataron de promover su destitución hasta en tres ocasiones.

A ello se sumó la campaña promovida por la derechista Keiko Fujimori para denunciar sin pruebas fehacientes un supuesto fraude electoral tras verse perdedora de los comicios presidenciales ganados por el izquierdista Pedro Castillo.

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Si primero Fujimori acusó a Sagasti de entrometerse en el proceso electoral por pedir a Mario Vargas Llosa que hiciera un llamado a la calma hasta que se proclamaran los resultados oficiales, luego lo culpó por no solicitar a la Organización de Estados Americanos (OEA) una auditoría electoral.

La legitimidad y transparencia de las recientes elecciones presidenciales han sido refrendadas por una docena de misiones internacionales de observación electoral, entre ellas de la misma OEA y de la Unión Europea (UE), así como por gobiernos de países como Estados Unidos y Canadá.

En ese sentido, el comportamiento de Keiko Fujimori en la segunda vuelta de las elecciones tiene una desaprobación del 80 % de los peruanos, según la misma encuesta del IEP.

En su intención de revertir los comicios, Fujimori pidió anular unos 200.000 votos de zonas rurales, andinas y pobres que votaron masivamente por Castillo, a través de la presentación de más de un millar de recursos legales que retrasaron mes y medio la proclamación oficial del nuevo presidente electo. (I)