La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) reúne el martes a sus miembros y diez aliados en un encuentro en el que decidirá probablemente aumentar de nuevo la producción para satisfacer la subida de la demanda.

A principios de mayo, los 23 --que dejan bajo tierra millones de barriles para no inundar un mercado debilitado por la pandemia del nuevo coronavirus-- comenzaron a reabrir más los grifos de oro negro ante la mejora de la crisis sanitaria.

Una estrategia gradual prevista hasta julio. El martes se evaluará esta política y su posible prolongación a partir de agosto.

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OPEP+, acrónimo de esta alianza de productores formada en 2016, “se ceñirá al calendario prudente acordado en abril”, estima Helima Croft, analista de RBC.

Rusia, líder de los aliados, “intentará probablemente acelerar el ritmo” como viene haciendo desde principios de año, añade.

Pero se enfrentará a Arabia Saudita, un peso pesado del cartel partidario de la cautela que apoyará su posición en el resurgimiento de los contagios de COVID-19 en Asia.

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Vacunas, viajes y precios precovid

Efectivamente, el mercado se vio sacudido en mayo por una ola en India, el tercer país que más crudo consume, detrás de Estados Unidos y China.

A pesar de la reimposición de las restricciones de desplazamiento en varios países asiáticos, lo cual frenó el consumo de petróleo, “la demanda debería seguir aumentando con la intensificación de los viajes de verano en Europa y Estados Unidos”, asegura Melinda Earsdon, de Oanda, “gracias al rápido despliegue de las vacunas” en estas regiones del mundo.

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La OPEP también se muestra optimista sobre la recuperación de la demanda: el cártel mantuvo sus previsiones a principios de mes y espera un repunte de seis millones de barriles diarios este año con relación a 2020, hasta los 96,5 millones consumidos a diario en el planeta.

Esto (junto con el recorte voluntario de la oferta por parte del cártel y sus aliados) provoca un “saldo de crudo mundial claramente deficitario”, según los cálculos de analistas de JBC, “de alrededor de tres millones de barriles por día en julio-agosto”.

Y repercute en los precios, que han vuelto a niveles prepandemia: el barril europeo de Brent rozó los 70 dólares el viernes y el WTI valía alrededor de 66 dólares.

La incógnita iraní

La OPEP no solo está atenta a la demanda de oro negro, sino que sigue de cerca la oferta de sus competidores, como Estados Unidos, el mayor productor mundial, y de sus propios miembros, un tema de discordia en las cumbres ministeriales.

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Libia ha vuelto a producir gradualmente un millón de barriles diarios a finales de 2020 y la producción iraní volverá al mercado en un futuro más o menos cercano, “un punto de discusión clave”, precisa Croft.

La República Islámica ha entablado negociaciones indirectas con Estados Unidos en Viena, gracias a la mediación de los europeos, para resucitar un acuerdo sobre su programa nuclear.

Si las negociaciones tienen éxito, el levantamiento de algunas sanciones económicas, como el embargo sobre el petróleo en vigor desde 2018, despejaría el camino para un aumento de la producción de casi 1,5 millones de barriles diarios si se compara el nivel actual de Teherán con el de hace tres años. (I)