La Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA) llegó a su fin el viernes, y con veinticinco votos a favor, uno en contra, siete abstenciones y una ausencia, los países miembros aprobaron la resolución contra Nicaragua para analizar hasta fin de mes qué acciones tomar, luego de los polémicos comicios en los que el presidente Daniel Ortega obtuvo su quinto mandato, cuarto consecutivo.

La resolución, que fue promovida por Canadá, Antigua y Barbuda, Chile, Costa Rica, Ecuador, Estados Unidos, República Dominicana y Uruguay, deplora el caso omiso que el Gobierno del país centroamericano ha hecho a las iniciativas diplomáticas y técnicas emprendidas desde junio de 2018 por la OEA para promover la “democracia representativa y la protección de los derechos humanos”.

Además, concluye, con base en los principios de la Carta de la OEA y la Carta Democrática Interamericana, que las instituciones democráticas en el país centroamericano “han sido seriamente socavadas por el Gobierno”.

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En ese contexto, instruye al Consejo Permanente de la OEA a realizar una “evaluación colectiva inmediata” de la situación en ese país, de conformidad con la Carta de la OEA y la Carta Democrática Interamericana, que deberá completarse, “a más tardar, el 30 de noviembre”, refiere EFE.

Tras ese periodo, esa instancia deberá tomar las “acciones apropiadas”.

Además de Nicaragua, la crisis de Haití fue otro tema que abarcó el debate del último día de la 51.ª Asamblea General del órgano regional.

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El encuentro regional, que se desarrolló durante los últimos tres días de manera virtual con Guatemala como sede, concluyó con resoluciones vinculadas precisamente con Nicaragua y Haití, pese a los reclamos de la nación centroamericana.

Las naciones que conforman la OEA también aprobaron una resolución sobre “La situación de Haití”, país que vive una crisis política y social durante los últimos meses tras el magnicidio de su presidente, Jovenel Moïse, el pasado 7 de julio.

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Los haitianos también sufren de un desabastecimiento de gasolina que ha provocado largas filas, aglomeraciones y la suspensión de algunas actividades, como el cese de las emisiones de Radio Télévision Caraïbe, la principal estación del país.

El canciller haitiano, Claude Joseph, dijo tras la resolución que su país se encuentra en una situación de “seguridad muy difícil” y que no pueden tener respuesta “eficaz” a las “amenazas” latentes contra sus ciudadanos.

Joseph pidió una “cooperación multilateral” y remarcó que su país busca una “democracia”.

Precisamente al respecto de Haití, el canciller de República Dominicana, Roberto Álvarez, advirtió que la situación en el vecino país “ha llegado a un punto dramático” por las pandillas y el nivel de violencia e inseguridad.

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Álvarez puntualizó además que “no habrá solución dominicana a la crisis haitiana” y lamentó que “la vida cotidiana” de los ciudadanos en ese país se ha convertido “en una pesadilla”.

Reanudación del diálogo por las Malvinas también se trató

La OEA también apoyó este viernes el pedido de Argentina de reanudar el diálogo con el Reino Unido sobre las islas Malvinas, archipiélago bajo dominación británica y cuya soberanía reclama el país suramericano.

Las delegaciones participantes en el foro regional avalaron “por aclamación” una resolución sobre “La cuestión de las islas Malvinas” presentada por Argentina.

El documento “reafirma la necesidad de que los Gobiernos de la República de Argentina y del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte reanuden, cuanto antes, las negociaciones sobre la disputa de soberanía, con el objetivo de encontrar una solución pacífica a esta prolongada controversia”.

La reacción a las palabras de Argentina llegaron por parte de la ministra británica para Europa y las Américas, Wendy Morton, que como miembro observador esgrimió que las Malvinas “tienen su propio Gobierno, con elecciones libres y con representación independiente y libre, y pueden tomar sus decisiones en temas que les corresponden”.

Morton pidió a la asamblea “respeto por la determinación de las islas” y lamentó “con pena” que Argentina “ha tomado pasos este año que representan un retorno al punto anterior”.

También se quejó de un ejercicio militar realizado por Argentina en diciembre para recordar la invasión de 1982 en las Malvinas, que, dijo, “están sin defensa del Reino Unido”.

La 51.ª Asamblea General concluyó además con dos resoluciones sobre la pandemia y otra más sobre derechos humanos, antes de definir como su sede para 2022 a Perú. (I)