La madre y el abuelo de Salvador Ramos, el joven de 18 años que asesinó a 19 niños y dos adultos en la Escuela Primaria Robb en Uvalde, Texas, se pronunciaron luego de que su pariente perpetrara la mayor masacre del estado.

Toda la familia de Ramos está consternada y en estado de shock. La madre pidió perdón y el abuelo asegura conocer a muchos de los familiares de las víctimas, mientras que, su abuela fue la primera víctima del ataque.

Salvador Ramos entró cargando un rifle y con chaleco antibalas: Así ocurrió el tiroteo en la escuela de Uvalde en Texas donde el atacante fue liquidado por un policía fronterizo

Madre y abuelo de Salvador Ramos hablan sobre el tiroteo de Texas

Adriana Martínez, la madre del tirador, dijo a Televisa este jueves 26 de mayo: “No tengo palabras, no tengo palabras para decir, no sé lo que estaba pensando. Él tenía sus razones para hacer lo que hizo y por favor no lo juzguen. Yo solo quiero que los niños inocentes que murieron me perdonen”.

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La madre de Salvador dejó a más de uno atónito al responder el por qué de la acción de su hijo: “Para que los padres (de los niños), pusieran más atención”, dijo al ser consultada por el periodista.

La mujer describió a Ramos como “tranquilo” y aseguró que “él era muy callado. Era muy callado. Él lo era. No molestaba a nadie, no le hacía nada a nadie”.

Por otra parte, el abuelo de Salvador Ramos, Rolando Reyes, le dijo a CNN el jueves que conoce a muchas de las familias afectadas por la masacre. “Algunos de ellos son mis amigos y voy a tener que enfrentarlos algún día”.

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La esposa de Reyes, la abuela de Salvador fue la primera víctima ese día. La señora recibió un disparo en la cara en su casa antes de que Ramos condujera hasta la Escuela Primaria Robb y matara a 21 personas.

Una bala perforó la mandíbula y la parte superior de la mejilla de su esposa, dijo Reyes, y ella necesitará una importante cirugía reconstructiva en un hospital de San Antonio donde está hospitalizada.

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El señor Reyes contó que la abuela del atacante “hizo todo por él”, incluso cocinar y recogerlo de los turnos de trabajo tardíos en el restaurante de la cadena Wendy’s donde laboraba al menos cinco veces por semana, y no entiende por qué el joven de 18 años la atacaría.

Reyes es el padre de la mamá de Salvador Ramos, y ella “no para” de llorar desde el tiroteo. Tanto así que uno de sus ojos está casi cerrado por la hinchazón, dijo el hombre. (I)

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