La historia de Barbora Skrlová, de 33 años, es muy popular por la película “La Huérfana”, protagonizada por Vera Farmiga y producida por Leonardo Di Caprio en 2009. Sin embargo, muy pocos conocen el verdadero misterio y terror que hay detrás de la mujer nacida en la República Checa.

A Skrlová la descubrieron por una casualidad tecnológica en mayo de 2007 y luego de ser enjuiciada con una pena que ni siquiera cumplió, no se sabe sobre su paradero desde entonces, escribió Infobae.

La verdadera historia de “La Huérfana”

Un joven matrimonio de Brno, en República Checa, compró un monitor de televisión para bebés para vigilar a su hijo recién nacido. Ambos estaban pendientes, a través del aparato, de su hijo, hasta que una falla tecnológica les mostró una terrible escena.

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A los dos días de adquirir el artefacto, el hombre de la casa quedó paralizado frente a la pantalla cuando, en lugar de ver a su hijo en la cuna, se encontró con un niño desnudo, encadenado dentro de una jaula.

El hombre pensó que el monitor había captado la señal de un canal de televisión que transmitía una película de terror. Sin embargo, segundos más tarde se dio cuenta que el niño que aparecía en la transmisión era conocido: se trataba de Ondrej, su vecinito de ocho años, que vivía en la casa de al lado.

Su mujer se lo confirmó. Se trataba de Ondrej, quien vivía con su madre y su tía, las hermanas Klara y Katherina Mauerová, su hermanito Jakub, de diez años, y una preadolescente de 13 años que las hermanas habían adoptado, de nombre Anicka.

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Inmediatamente la pareja llamó a la policía y al entrar al sótano de la vivienda de al lado, los policías encontraron a Ondrej y Jakub desnudos dentro de la jaula y a una Anicka que lloraba pidiendo ayuda.

El pequeño Ondrej estaba inconsciente y tenía marcas de golpes y cortes de cuchillo en todo el cuerpo, mientras que Jakub apenas podía mantenerse en pie y Anicka tenía todos los síntomas de sufrir un ataque de nervios.

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“La Huérfana” convirtió su casa en un infierno

En el sótano había una cámara, cuyas imágenes se podían ver desde una pantalla en la cocina. Eran de la misma marca y modelo que el monitor del vecino, que por una interferencia había captado las imágenes.

Las hermanas Mauerová fueron arrestadas en el momento, mientras los tres chicos eran trasladados de urgencia al hospital más cercano.

Ondrej nunca recuperó la conciencia y murió a las pocas horas, Jakub no podía hablar y cuando los agentes intentaron hablar con Anicka para que les contara qué había pasado, la chica ya no estaba.

En ese momento, la historia dio un giro. Anicka no se llamaba así, no tenía 13 años y tampoco era otra víctima de dos hermanas diabólicas. Se trataba de Barbora Skrlová, de 33 años, pero sufría de una rara enfermedad y por ello su apariencia, pertenecía a una secta y era la verdadera ideóloga del terrorífico crimen.

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La mujer recibía órdenes del “Doctor”

Skrlová, nacida en 1973 en la antigua República Checa del mundo de la Guerra Fría, no tiene registros sobre su infancia ni adolescencia. Es prácticamente un fantasma.

Sufría de un caso agudo de hipopituitarismo, una enfermedad que provoca que la glándula hipófisis no produzca las cantidades necesarias de hormonas para el crecimiento, por lo que no crecía y siempre tendrá la apariencia de una niña.

En algún momento de su juventud, la agresiva y enferma Skrlová ingresó a la secta conocida como el Movimiento Grial, no reconocida por el gobierno Checo y sospechada de tener prácticas de promiscuidad, incesto y canibalismo.

La secta era supuestamente liderada por “Doctor”, un enigmático personaje que la contactaba vía mensaje de texto.

Klara y Katherina Mauerová, también oriundas República Checa, sufrían de episodios esquizofrénicos, aunque estaban medicadas e intentaban llevar una vida normal.

Barbora conoció primero a Klara, a quien convenció que era una niña huérfana que había escapado de su internado porque la maltrataban. Sin embargo, todas las versiones son confusas y ninguna está confirmada.

Lo cierto es que las hermanas la albergaron y así Barbora encontró un nuevo hogar, al que pronto transformaría en un infierno.

La falsa niña entró a la vivienda con “El Doctor”. En poco tiempo, manipuló a Klara y Katherina y las convirtió en las nuevas “iniciadas” de la secta y, como tales, debían cumplir las órdenes de Barbora y su enigmático líder.

Asimismo, los pequeños Ondrej y Jakub se transformaron en objetos de rituales. Entre los daños que les hicieron, los encerraron desnudos en una jaula que montaron en el sótano, les quemaron los cuerpos con cigarrillos, los dejaban días sin comer, los obligaban a bañarse con agua helada y llegaron a cortarles trozos de carne para comérsela cruda.

“La Huérfana” tuvo dos identidades

A la falsa Anicka la habrían rescatado del hospital para huir. Los responsables serían una pareja de adultos enviados por “El Doctor”. Esa misma pareja sería la que le facilitó un pasaporte falso, donde le cambiaron el nombre y el género. Anicka era ahora Adam, un chico noruego de 13 años.

Ahora como chico, se rapó el cabello y se aplastó los senos con una faja. Dos meses después de llegar a Noruega, lo inscribieron en una escuela de Oslo.

Los profesores y alumnos pensaron que el chico nuevo, era un poco extraño. Callado y estudioso, no se relacionaba casi con sus compañeros. Y se negó rotundamente a participar en deportes con los otros niños de 13 años.

Uno de los psicólogos del colegio pensó que podía tener problemas en su casa y trató de entrevistarlo. Adam se negó y decidieron contactar a servicios sociales para que visitaran su casa y hablaran a los padres.

Sin embargo, Adam y sus falsos padres desaparecieron y se inició un protocolo de seguridad para da con el paradero del supuesto niño y difundieron una foto. De rutina, lo escanearon para Interpol y nuevamente descubrieron la real identidad de Adam: Barbora Skrlová, buscada por abuso infantil en República Checa.

Skrlová fue capturada en el norte de Noruega. Días después de su captura la deportaron a su país y fue enjuiciada junto a las hermanas Mauerová, quienes aseguraron que habían sido manipuladas por la mujer, cuyas órdenes obedecían de la misma manera a las que le enviaba “Doctor”.

En 2009, Klara fue condenada a 12 años de prisión como autora material de los crímenes, mientras que a su hermana Katherina le dictaron 10 años de cárcel. Sorprendentemente, a Barbora solo la castigaron con cinco años por ser únicamente autora intelectual de los hechos.

A pesar de su sentencia, no los cumplió porque en 2011 presentó una apelación y la dejaron libre. Desde ese año más nunca se supo de Skrlová. (I)

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