Los líderes de la Unión Europea acordaron este viernes adoptar nuevas sanciones contra Bielorrusia por facilitar la entrada a la UE de miles de migrantes irregulares a través de las fronteras con Lituania, Polonia y Letonia.

En un documento de conclusiones adoptado en una cumbre europea, los Estados miembros subrayaron hoy que no aceptarán "ningún intento de terceros países de instrumentalizar a migrantes con fines políticos", condenaron los ataques híbridos en las fronteras de la UE e indicaron que "responderán" a ellos.

Además, los líderes invitaron a Bruselas a proponer "cualquier cambio necesario en el marco legal de la UE" y medidas concretas acompañadas de apoyo financiero para "asegurar una respuesta inmediata y apropiada".

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El régimen del presidente Alexandr Lukashenko lleva meses, según los Veintisiete, impulsando una "guerra híbrida" que se ha plasmado en la entrada de miles de migrantes irregulares a la UE, la mayoría de Irak.

La Comisión Europea había propuesto recientemente la suspensión de los visados a miembros del Gobierno y otros cargos oficiales del país.

Hoy los líderes señalaron que seguirán combatiendo el ataque híbrido de Bielorrusia adoptando "más medidas restrictivas contra personas y entidades legales", con carácter "urgente".

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La situación creada por los flujos desde Bielorrusia se ha agravado en las últimas semanas.

Distintas investigaciones periodísticas han acusado a policías de Grecia, Croacia y Rumanía de haber participado en supuestas devoluciones en caliente de migrantes irregulares en sus fronteras exteriores.

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A la vez, doce Estados miembros de la Unión Europea (Austria, Bulgaria, Chipre, Chequia, Dinamarca, Estonia, Grecia, Hungría, Lituania, Letonia, Polonia y Eslovaquia) pidieron hace unas semanas que la UE financie la construcción de "barreras físicas" para proteger las fronteras exteriores.

Por otra parte, para financiar las acciones que se llevan a cabo en las distintas rutas migratorias, se debería destinar, según el mismo texto, "al menos el 10 % de la dotación financiera del Nuevo Instrumento de Vecindad y Cooperación (NDICI) y otros instrumentos relevantes".

El texto deja claro además que la UE "sigue determinada a garantizar un control eficaz de sus fronteras exteriores" y que se deben mantener los esfuerzos para reducir los "movimientos secundarios", un asunto que preocupa a Alemania, Austria y otros países que sin ser frontera externa reciben flujos de migrantes que entran por los que están en primera línea.

Se incluyó en el texto final una referencia a la necesidad de asegurar "un equilibrio justo entre la responsabilidad y la solidaridad entre los estados miembros".

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Por otra parte, los líderes pidieron que los ocho planes de acción para colaborar con países terceros de origen y tránsito de los flujos irregulares "se hagan operativos y se apliquen sin retraso".

Los mandatarios europeos subrayaron la necesidad de que los planes incluyan un calendario concreto y "el apoyo financiero adecuado".

El mismo documento dice que se pedirá a Bruselas propuestas de financiación para las acciones en todas las rutas migratorias. (I)