Liz Truss optó por el ataque como mejor defensa en su comparecencia semanal ante la Cámara de los Comunes, cuando, con voz y gestos asertivos, cargó abiertamente contra la oposición.

Así se defendió a primera ministra británica este miércoles en el Parlamento ante una ola de críticas tras el humillante abandono de su plan económico afirmando que es “una luchadora, no alguien que abandona”.

Apenas seis semanas han trascurrido desde que llegó al poder para suceder a Boris Johnson, pero Truss es rechazada por la opinión pública y cuestionada dentro de su propio Partido Conservador.

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Hasta ahora había mantenido un silencio solamente roto por una entrevista a la BBC por lo que la sesión en el Parlamento de este miércoles es vista como una prueba mayor tras haber renunciado a casi la totalidad de las medidas que componían su plan económico.

El líder de los laboristas Keir Starmer, la cuestionó preguntando al Parlamento: ¿De qué sirve un primer ministro cuyas promesas no puede cumplir ni una semana?”.

Starmer se mofó de la primera ministra entonando el cántico “¡Fuera, fuera!”, que fue coreado por sus correligionarios. “¿Por qué sigue aquí?”, concluyó el líder de la oposición.

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Una captura de un video facilitado por la Unidad de Grabación Parlamentaria del Reino Unido muestra a la Primera Ministra británica Liz Truss (c), respondiendo durante la Pregunta del Primer Ministro en la Cámara de Representantes. Commons en Londres, Reino Unido, 19 de octubre de 2022. Foto: UK PARLIAMENTARY RECORDING UNIT

Truss respondió desafiante ante los abucheos: “Soy una luchadora, no alguien que abandona”. Después insistió: “Estoy dispuesta a tomar decisiones difíciles”.

La libra se tambaleó por su plan fiscal

Debilitada por haber tenido que renunciar a casi la totalidad de las medidas anunciadas a fines de septiembre que asustaron a los mercados financieros, Truss declaró haber corregido la situación “en el interés nacional para garantizar al país la estabilidad económica”.

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La crisis remonta a la presentación a fines de septiembre de un paquete de medidas económicas de su ministro de Finanzas de entonces, Kwasi Kwarteng, constituido de recortes de impuestos masivos y un colosal apoyo a las facturas energéticas, dos cuestiones que hicieron temer un descalabro en las cuentas públicas.

La libra cayó a su nivel más bajo histórico y los rendimientos de los bonos de Estado a largo plazo se habían disparado. El Banco de Inglaterra tuvo que intervenir para impedir que la situación no degenerara en una crisis financiera.

Nombrado a las prisas el viernes, Jeremy Hunt anunció el lunes la marcha atrás de la casi totalidad de los recortes de impuestos presentados por su predecesor, lo que dio la impresión de que ahora el poder está más bien en sus manos y no en las de la jefa de gobierno.

Se acelera la inflación

En un momento en que la inflación se aceleró en septiembre a 10,1% interanual, su nivel más alto en 40 años, la primera ministra busco cesar los rumores de que no va a ajustar las jubilaciones al alza de los precios.

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“Este gobierno da la prioridad a los más vulnerables al mismo tiempo que aporta estabilidad económica y conduce hacia un crecimiento a largo plazo deseado por todos”, quiso garantizar este miércoles por la mañana Hunt, al reaccionar a la cifra de la inflación.

Dos personas miran fotos de propiedades fuera de un agente inmobiliario en Londres, Gran Bretaña, 19 de octubre de 2022. Las tasas hipotecarias del Reino Unido han alcanzado un máximo de catorce años superior al seis por ciento. Foto: ANDY RAIN

Hunt advirtió, sin embargo, que será necesario realizar ahorros en el gasto público.

Pese a que la situación política sigue siendo caótica, los mercados se mostraron más tranquilos y el Fondo Monetario Internacional (FMI) destacó el regreso a la “disciplina presupuestaria”, en un momento en que acecha la recesión.

Pero muchos temen un regreso a la austeridad, como fue el caso durante la crisis financiera de 2008, que dio lugar a recortes drásticos en el presupuesto público y a un aumento del desempleo.

Pobrísimo apoyo

Pero, ¿está aún a tiempo Truss para enderezar la situación? Según un sondeo de YouGov, sólo uno de cada diez británicos y uno de cada cinco electores del Partido Conservador tiene una opinión favorable de Liz Truss. Y el 55% de los miembros del partido mayoritario estiman que tendría que renunciar, mientras que el 38% quieren que continúe en su cargo.

A dos años de las próximas elecciones parlamentarias, la oposición laborista aventaja claramente a los conservadores en los sondeos. (I)