La misión de las Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA) denunció este miércoles el acoso y las detenciones arbitrarias a las que el Gobierno talibán somete a los periodistas en Afganistán, después de que varios de ellos fueran arrestados la semana pasada, y pidió la liberación de los que aún siguen presos.

"Continúa el acoso y la violencia contra periodistas en Afganistán. La UNAMA reitera su llamado a los talibanes para que liberen a todos los trabajadores de los medios detenidos y pongan fin a las medidas draconianas, incluidas las detenciones arbitrarias y las amenazas contra periodistas y la prensa", advirtió la misión de la ONU en Twitter.

La UNAMA replicó así a la condena de la oficina asiática del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, en inglés), que pidió investigar la detención de un periodista afgano y de su conductor mientras cubrían una protesta de mujeres el domingo, y el arresto de otros dos periodistas el 24 de mayo, que continúan aparentemente bajo custodia policial.

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El periodista afgano Roman Karimi fue detenido el pasado domingo cuando se dirigía a cubrir una protesta de mujeres en Kabul contra el aumento de la pobreza y el desempleo en Afganistán desde la llegada de los talibanes, una manifestación que fue dispersada con violencia por las fuerzas de seguridad.

“Llamé a mi conductor para que me llevara al área de la protesta. Al terminar la llamada telefónica la inteligencia talibán me arrestó y me torturó a pesar de que mostré mi carnet de identidad y les dije que soy periodista, pero me advirtieron que me torturarían más”, reveló a Efe Karimi.

El jefe de la radio en la que trabajaba Karimi, Gul Mohammad Gran, protestó este miércoles por la detención de su compañero, asegurando a Efe que tanto el periodista como su conductor “permanecieron arrestados por las fuerzas de seguridad del Gobierno talibán durante más de cinco horas”.

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Temas “delicados”

Las detenciones de periodistas en Afganistán por cubrir temas “muy delicados”, según los fundamentalistas, son habituales, y han propiciado reuniones entre la Asociación de Periodistas Independientes de Afganistán (AIJA) y funcionarios del Gobierno talibán

"Son temas muy delicados. Los manifestantes tienen que pedir permiso al Gobierno para identificar quiénes son los manifestantes, y luego el periodista debe cubrirla", explicó a Efe un miembro del Ministerio de Información y Cultura, Jawad Sargar, indicando que ofrecerán más detalles sobre el procedimiento a seguir .

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Por su parte, el director de AIJA, Hujatullah Mujadidi, afirmó a Efe que los islamistas les advirtieron que los periodistas “no deberían cubrir eventos o protestas” en caso de que las autoridades no los hubiesen autorizado.

"Los miembros de AIJA no están de acuerdo con esta regla del Gobierno, porque a veces suceden eventos de los que debe informarse, como una explosión que no necesita permiso, o una protesta", precisó.

En tal caso, Mujadidi defendió que los periodistas “deben informar de cualquier evento o tema que merezca la pena”.

La llegada al poder de los talibanes el pasado 15 de agosto supuso un duro impacto para la libertad de expresión en Afganistán, según han reivindicado varios organismos locales e internacionales.

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Según un informe publicado el pasado diciembre por Reporteros Sin Fronteras (RSF) en colaboración con AIJA, desde el regreso de los islamistas más de 230 medios de comunicación cerraron en el país y unos 6.400 periodistas perdieron su empleo. (I)