De vez en cuando, un cuento popular local se destaca sobre todos los demás y llama la atención de inmediato. Ese es el caso del Cocaine Bear de Kentucky, Estados Unidos, también conocido como ‘Pablo EskoBear’, en referencia al narcotraficante colombiano.

La trama que envuelve este extraño suceso es lo suficientemente interesante para la industria cinematográfica, pues será llevada a las salas de cine, en una película dirigida por Elizabeth Banks, de acuerdo con el medio digital Vulture.

Esta historia comienza el 11 de septiembre de 1985, en Knoxville, Tennessee, cuando un anciano encontró a un hombre muerto en la entrada de su casa, tendido de espaldas sobre un paracaídas sin abrir. Pero, eso no era todo. También portaba un chaleco antibalas, gafas de visión nocturna, varias armas, $4.500 en efectivo y 77 libras de cocaína, según la revista Slate. Pero, ¿quién era ese hombre?

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El hombre fue identificado por la policía como Andrew Thornton II, un oficial de narcóticos corrupto que se había convertido en el jefe de una operación internacional de contrabando de drogas.

Aunque fue arrestado por primera vez en 1981, la policía lo liberó con la esperanza de que los condujera hacia figuras más poderosas relacionadas con el tráfico de drogas, posiblemente incluso funcionarios del Gobierno, según The Guardian.

Sin embargo, aquel día algo falló. Thornton, quien había recibido un Corazón Púrpura (condecoración de las Fuerzas Armadas por resultar herido o muerto en servicio activo) en el pasado, había puesto el avión en piloto automático antes de saltar.

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Debía entregar la cocaína una vez que aterrizara, pero mientras que el avión se estrellaba a 96,5 kilómetros de distancia, su paracaídas no se abrió en el salto y falleció tras el impacto con el suelo.

El avión se estrelló finalmente cerca del Bosque Nacional de Chattahooche, Georgia, donde tres meses después del accidente un guardabosques se topó con un oso negro de 79 kilos tumbado y rodeado de paquetes de plástico abiertos. Entre estos paquetes estaban los más de 30 kilos de cocaína que transportaba la aeronave.

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El oso los engulló, murió de sobredosis, y el médico forense que realizó la necropsia del oso explicó lo siguiente:

“Su estómago estaba literalmente lleno hasta los topes de cocaína. No hay ningún mamífero en el planeta que pueda sobrevivir a eso. Hemorragia cerebral, insuficiencia respiratoria, hipertermia, insuficiencia renal, insuficiencia cardíaca, accidente cerebrovascular. Lo que sea, ese oso lo tenía”.

Cocaine Bear se encuentra en exhibición en Kentucky Fun Mall, Lexington, Estados Unidos. Foto: KYforKY

Una vez terminada la autopsia, al animal lo sometieron a taxidermia y comenzó un extraño viaje a través de varios propietarios diferentes. Finalmente, ‘Pablo EskoBear’ se encuentra en el Fun Mall de Lexington, Kentucky, donde es una atracción turística.

“No pensarías que un oso de cocaína sería para todas las edades, pero a los niños les encanta”, dijo uno de los propietarios del lugar. “Todo el mundo quiere su foto con Cocaine Bear”. (I)

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