Cirugías postergadas, centros médicos cerrados temporalmente a nuevos pacientes, tratamientos vitales aplazados…

El sistema de salud de Estados Unidos vive una de sus mayores crisis en una década y no solo por el aumento galopante de casos de covid-19: gran parte de los hospitales del país se están quedando sin reservas de sangre.

La situación es tan complicada que la segunda semana de enero la Cruz Roja Americana, que aporta el 40% de los hemoderivados que utilizan los centros médicos estadounidenses, declaró por primera vez en la historia del país una “crisis nacional” por falta de sangre.

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En un comunicado junto a los Centros de Sangre de Estados Unidos y la Asociación para el Avance de la Sangre y las Bioterapias, la organización humanitaria aseguró que algunos hospitales solo cuentan con un suministro de ciertos tipos de sangre para menos de un día, lo que constituye “un nivel peligrosamente bajo”.

“Si el suministro no se estabiliza pronto, es posible que la sangre que salva vidas no esté disponible para algunos pacientes cuando la necesiten”, alertó la Cruz Roja.

Según datos oficiales, desde marzo del pasado año ha habido una disminución general del 10% en la donación de sangre en todo el país, mientras se ha reportado una caída del 62% en las campañas de donación en escuelas y universidades.

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Según le explica a BBC Mundo la doctora Emily Coberly, experta en hematología de la Cruz Roja Americana, desde el pasado año los hospitales han visto limitada la cantidad de sangre que reciben y, actualmente, hasta una cuarta parte de su demanda no puede ser satisfecha.

“Hemos llegado a un punto en el que los médicos tienen que decidir todos los días qué pacientes reciben una transfusión y cuáles no y eso es simplemente desgarrador”, comenta.

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“Se están cancelando cirugías a veces en el último minuto. Hay personas que tienen cáncer y necesitan una transfusión y están siendo enviadas a casa sin recibirla. O tenemos centros de trauma que están llegando al punto de agotar sus reservas de emergencia para casos como un paciente que llega grave con sangrado tras un accidente o alguien con una hemorragia posparto”, dice.

Fue el caso del Centro Médico Harbor-UCLA, en California, que tuvo que dejar de admitir pacientes la pasada semana por más de dos horas por falta de sangre, algo que, según las autoridades locales, no le había pasado en sus 30 años de historia.

Pero ¿cómo se llegó a esta situación?

“Una tormenta perfecta”

Según explica Coberly, han coincidido varias circunstancias, creando “una tormenta perfecta”.

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Enero suele ser uno de los momentos más difíciles del año para recolectar suficientes productos sanguíneos para satisfacer las necesidades de los pacientes. El clima invernal puede resultar en campañas de donación de sangre canceladas y enfermedades estacionales, como la gripe, hacen que los donantes no puedan dar sangre temporalmente”, dice.

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En ese sentido, la doctora Jennifer Andrews, directora del banco de sangre del Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt, le cuenta a BBC Mundo que la situación actual tiene que ver con un problema que comenzó con la pandemia.

“Desde marzo, como resultado de la covid-19 y las cuarentenas, vimos una disminución en la participación de donantes. Y también enfrentamos desafíos con cancelaciones de campañas de donación de sangre y limitaciones de personal para realizarlas”, dice.

La doctora Ellen Klapper, directora de Medicina Transfusional y Servicios de Donación de Sangre del Hospital Cedars-Sinai, en California, añade que el repunte de contagios de ómicron ha complicado más el escenario.

“Este último aumento de casos y la naturaleza generalizada de las infecciones actuales realmente lo han trastornado todo”, le dice a BBC Mundo.

“Y eso se debe a que los donantes no solo no están bien, sino que pueden estar en casa cuidando a miembros de la familia que no están bien, o aislados o en cuarentena. Y la situación similar para el personal de los centros de donantes; ellos mismos pueden estar aislados o en cuarentena”, explica.

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Coberly señala que ha habido otras crisis por dificultades para responder a la demanda de sangre, las circunstancias actuales hacen de este momento uno de los más críticos.

“Es cierto que experimentamos escasez de sangre vez en cuando, pero tenemos estrategias para minimizar el impacto en los pacientes durante el periodo en el que el suministro limitado o corto y volver a la normalidad, con suerte, con una interrupción mínima”, explica.

“La diferencia ahora es que la escasez ha sido severa y prolongada. Han sido semanas y meses de no alcanzar la demanda hospitalaria continuamente, lo que ha llevado a esta circunstancia realmente grave en la que estamos limitando la cantidad de sangre que sale a los hospitales”.

La crisis en los hospitales

Andrews señala que la falta de sangre, unida a los contagios entre el personal, ha llevado a que su hospital, el principal centro de trauma en la región de Nashville, se haya visto en la obligación de cancelar cirugías.

“Desafortunadamente durante la pandemia hemos aprendido que no hay cirugías electivas cuando se trata de un hospital grande como Vanderbilt. Las personas acuden a nosotros para procedimientos que salvan vidas, como trasplantes de hígado o de células madre.Por lo tanto, una cirugía retrasada hoy se convierte en una cirugía de emergencia mañana”, dice.

Es por eso que no pueden “darse el lujo” de aplazar tantos casos para ahorrar productos sanguíneos, argumenta.

“La situación aquí es terrible: tenemos que tomar decisiones de individuales sobre los pacientes no solo todos los días, si no varias veces al día”, prosigue.

“Mantenemos informados a los médicos sobre la cantidad de sangre que tenemos disponible y a algunos tenemos que decirles que no contamos con suficiente como para su paciente y que va a tener que esperar”, recuerda.

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Según explica Andrews, las transfusiones de sangre son uno de los procedimientos médicos más frecuentes. Según las estadísticas, en su hospital se realizan más de 70.000 al año.

Pero a diferencia de otros tratamientos en los que es posible cambiar la estrategia o el medicamento, “no hay alternativa para la sangre”.

“Se han probado varias terapias y estudios, pero hasta ahora ninguno ha dado resultados prometedores”, señala Andrews.

“Yo soy hematóloga pediátrica y a veces, cuando uno de mis pacientes necesita una transfusión de glóbulos rojos pero no tengo suficientes para hacérsela, sus padres me preguntan: ‘¿Le puede recetar algo diferente?’”, explica.

“No hay nada más que pueda prescribir, por desgracia. Así que solo tienen que esperar hasta que tengamos suficiente sangre”, añade.

La controversia

Las donaciones de sangre en Estados Unidos no son ajenas a la controversia.

El hecho de que, aunque las donaciones son voluntarias y no remuneradas, los distribuidores y procesadores como la Cruz Roja vendan la sangre luego a hospitales es un tema de frecuente discusión en foros y redes sociales.

Y es que EE.UU. cuenta con una poderosa industria del plasma sanguíneo: los estadounidenses suministran dos tercios del plasma que se usa en todo mundo, en un mercado valorado en los US$24.000 millones.

“La Cruz Roja es una organización sin fines de lucro y no obtenemos ganancias de la recolección de sangre de donantes voluntarios”, aclara Coberly.

“Los hospitales nos pagan por unidades de sangre, con lo que cubrimos el salario de los trabajadores asociados a las donaciones, el costo de las pruebas y el procesamiento de la sangre y todo el trabajo que implica recolectar esas unidades”, aclara.

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La actual situación ha llevado también a numerosos expertos a cuestionar ciertas restricciones que existen en Estados Unidos para las donaciones de sangre.

Y es que las autoridades federales no permiten a hombres que tienen relaciones con otros y tienen una vida sexual activa donen sangre.

La prohibición, implementada hace casi 40 años tras el inicio de la pandemia de VIH, fue revisada el año pasado y se redujo el tiempo que se les exige sin actividad sexual para poder donar sangre. De un año pasó a ser de tres meses, sin la comunidad científica tenga muy claros los motivos.

“Ciertamente hay evidencia y razones científica para cambiar esas reglas. Personalmente, no creo que esas regulaciones se hayan mantenido al día con la ciencia”, señala Kappler.

Coberly, por su parte, asegura que la Cruz Roja Americana cree que la elegibilidad para la donación de sangre no debería basarse en la orientación sexual.

“Estamos comprometidos a trabajar con nuestros socios para lograr un proceso de donación de sangre inclusivo y equitativo que trate a todos los posibles donantes con igualdad y respeto y garantice que la sangre esté disponible para los pacientes que la necesitan”, dice.

De acuerdo con un estudio del Instituto Williams, de la Facultad de Derecho de la Universidad de California en Los Ángeles, si la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) levantara la prohibición de que hombres que tienen sexo con hombres donen, el suministro anual de sangre aumentaría entre un 2% y un 4% (o entre 345.400 y 615.300 pintas de sangre al año).

Soluciones a largo plazo

Las expertas consultadas por BBC Mundo creen que la crisis podría durar semanas o incluso meses, y que puede tener un impacto disruptivo en el sistema de salud de Estados Unidos, ya golpeado por el aumento de hospitalizaciones por los casos de covid.

“Si vamos a la raíz del problema, todo está vinculado al coronavirus. Por eso animo a todos a que escuchen a las autoridades de salud pública y pregunten a su médico si son aptos para donar”, dice Andrews

Klapper, por su parte, recuerda que donar sangre puede ser un gesto anónimo que puede salvar vidas.

“Lo vemos en los hospitales a diario. Con un gesto como este se le puede devolver la vida a otra persona. Damos vida, salvamos al otro cuando le damos un poco de nuestra sangre”, dice.

¿Qué hacer para donar sangre?

Si vives en Estados Unidos y quieres donar sangre, puedes ingresar al sitio web de la Cruz Roja Americana, ingresar tu código postal y encontrar encontrar el centro de donación más cercano. También puedes visitar tu hospital o centro médico comunitario.

Las autoridades médicas aseguran que estar vacunado contra el covid-19 no es una contraindicación para donar sangre.

Sin embargo, si está enfermo con covid-19, la Cruz Roja Americana sugiere esperar hasta dos semanas después del diagnóstico para donar sangre.

Si por algún motivo no puedes donar, puedes también ayudar como voluntario en las campañas de donación de sangre o para transportar productos sanguíneos a los hospitales.