Quien fuera el hombre más poderoso en Honduras hasta el pasado 27 de enero -día en que asumió la nueva presidenta Xiomara Castro-, Juan Orlando Hernández, ahora está arrestado por un pedido de extradición de Estados Unidos, que lo quiere para juzgarlo por tres delitos asociados al narcotráfico y uso de armas.
Hernández (53 años) fue durante ocho años presidente y según analistas también tuvo un gran poder dos años antes de eso como presidente del Congreso.
Ante la situación actual, el canciller de Honduras, Eduardo Enrique Reina, dijo que al expresidente, capturado el pasado martes en Tegucigalpa, no se le han violentado sus derechos al ser detenido.
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“Los mecanismos que siguió Seguridad (la Policía Nacional) son los existentes; es más, todas estas formas que se han ido aplicando las aprobó el propio Juan Orlando Hernández. Se está aplicando lo que él hizo, porque no se han cambiado”, enfatizó Reina, según EFE.
Para el analista hondureño Raúl Pineda, Hernández estaba preparando su traslado a Nicaragua pero un día antes de que se marchara los estadounidenses decidieron rápidamente solicitar al Gobierno de Honduras su extradición y una detención preventiva.
Añade que iba a viajar a Nicaragua porque ese país se ha convertido en un “refugio de perseguidos”. Pablo Escobar, los expresidentes de El Salvador, Mauricio Funes y Salvador Sánchez Cerén, y hasta Edward Snowden ha pedido allí asilo, ya que es un destino para protegerse de una extradición.
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“Actualmente Hernández está sujeto a la autoridad de un juez de la Corte Suprema de Justicia, que va a resolver si procede la extradición o no... si no procede pasa al pleno de la Corte, que son 15 magistrados”, dice Pineda, quien añade que en el caso de extradiciones a Estados Unidos, de las últimas 33 solicitudes todas han sido otorgadas. También cree que es una forma de que ese país trata de afianzar o recuperar su influencia política en la región sobre temas que los afecten, además de que ahora como en 15 países hay gobiernos de izquierda.
El 7 de febrero, el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, dijo que Hernández fue incluido el 1 de julio de 2021 en el listado de personas señaladas de corrupción o de socavar la democracia en El Salvador, Guatemala y Honduras.
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Hernández ha sido implicado por fiscales de Nueva York de tener lazos con el narcotráfico. Su hermano, el exdiputado Tony Hernández, fue condenado en marzo de 2021 a cadena perpetua en Estados Unidos por ese delito.
Hernández rechaza los cargos al criticar que la decisión se tomó basados en “reportes de medios de comunicación y además de declaraciones de narcotraficantes y asesinos confesos” que fueron extraditados por su gobierno.
“Estados Unidos está promoviendo la transparencia y la rendición de cuentas en Centroamérica al hacer públicas las restricciones de visa contra el ex presidente de Honduras Juan Orlando Hernández, debido a actos corruptos”, tuiteó Blinken, al divulgar la información, recoge AFP.
Pineda también recuerda que Hernández es uno de los políticos con más rechazo. “La generalidad, salvo un grupo reducido de personas, está de acuerdo con que Hernández sea extraditado... si aquí por casualidad la Corte Suprema se negase a la extradición, tenga la seguridad que lo más probable sería que quemarían la Corte o el Congreso destituiría a los magistrados. Las consecuencias serían muy violentes”, afirma.
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El periodista Yony Bustillo concuerda con Pineda y dice que en Honduras siempre se le ha criticado al exmandatario por sus vínculos con el narcotráfico, por la condena de su hermano, Tony Hernández, actualmente preso en Estados Unidos por narcotráfico. Así como por su autoritarismo al reelegirse como presidente en un segundo periodo presidencial con una estrategia legal que obvió la Constitución del país.
Incluso los líderes de su partido (Partido Nacional) no le han dado el respaldo que tal vez se esperaba y se han alejado de su figura, tan solo solidarizándose en palabra con él y su familia.
Bustillo agrega que en Honduras Hernández no tiene ningún proceso, algo que si hubiese lo podría salvar de la extradición al tener que cumplir primero con la justicia local.
Por ahora se sabe que el 16 de marzo será la audiencia para resolver su caso y estos procesos generalmente han durado dos o tres meses.
Todo esto ocurre luego que por varios años Estados Unidos respaldó a Hernández, pese a las acusaciones de corrupción y las sospechas del proceso electoral en que se reeligió, debido a su apoyo en temas de seguridad y migración. Durante el gobierno de Donald Trump (2017-2021) se envió millones de dólares en ayuda. Pero con la llegad de Joe Biden a la Casa Blanca, todo cambió para él.
Además siempre se ha criticado que tras su polémica reelección, decidió no renovar en 2020 el mandato de la Misión de Apoyo Contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras, una organización creada con el respaldo de Estados Unidos y la OEA que investigó a decenas de funcionarios del gobierno hondureño, recuerda BBC.
Una semana tras las rejas
Hernández fue capturado el martes pasado en el portón principal de su residencia en Tegucigalpa, esposado de manos y pies, además de colocarle un chaleco antibalas, y llevado a una unidad especial de la Policía Nacional bajo rigurosas medidas de seguridad.
Desde su detención, el exmandatario ha estado recibiendo el apoyo de activistas del otrora gobernante Partido Nacional, amigos y familiares que le han expresado que “no está solo”.
El jueves por la noche, su esposa, Ana García, celebró una “jornada de oración” frente a la unidad especial de la Policía Nacional donde está detenido Hernández, a la que asistieron decenas seguidores del expresidente, amigos y familiares portando velas.
Hernández compareció el miércoles ante un juez natural designado por la Corte Suprema de Justicia, en la que se le notificó sobre la petición de arresto preventivo que hizo el lunes Estados Unidos a través de la Cancillería y los tres cargos que le imputa ese país.
Además, se le leyeron sus derechos y se le fijó la segunda audiencia, para la presentación de pruebas, para el 16 de marzo.
Según fuentes de la Policía Nacional, Hernández está detenido en una habitación, no tiene acceso a teléfonos, está tranquilo, hace ejercicio y recibe la visita de su madre, su esposa e hijos.
Un hijo de Juan Orlando Hernández, del mismo nombre, expresó el jueves en redes sociales que “desde el primer día de su gestión inició una lucha de frente en contra del narcotráfico, crimen organizado y la corrupción que había hecho de Honduras su paraíso”.
“Ahora mi padre está siendo injustamente señalado, pero somos muchos los hondureños que reconocemos su lucha desde el primer momento, la cual causó una gran diferencia en nuestro país”, añadió. (I)