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Investigación del FBI dice que ataque al Capitolio de EE. UU. en enero no fue coordinado

Más de 570 presuntos participantes del asalto a la edificación han sido arrestados hasta ahora por la Policía del país.

El jueves el Capitolio volvió a estar en peligro. Un hombre amenazó con detonar explosivos cerca, pero se entregó a la policía. Foto: EFE

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Cuatro responsables, actuales y retirados, de la principal agencia de investigación criminal del Departamento de Justicia de Estados Unidos, el FBI, informaron que el ente ha encontrado escasas pruebas de que el ataque del 6 de enero contra el Capitolio estuviera vinculado a un complot organizado para anular el resultado de las elecciones presidenciales de noviembre de 2020, en las que el actual presidente Joe Biden venció al expresidente Donald Trump.

Más de 570 presuntos participantes del asalto han sido arrestados hasta ahora, pero el FBI indica que cree que la violencia no fue coordinada por grupos de extrema derecha o por partidarios de Trump, recoge la agencia de noticias Reuters.

Un antiguo alto cargo de las fuerzas del orden con conocimiento de la investigación sostiene que no hubo un gran plan para asaltar el Capitolio y tomar rehenes relacionado con Roger Stone y Alex Jones, ambos aliados de Trump y que habían asistido un día antes de los disturbios a actos con el expresidente.

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No obstante, en su investigación, el FBI descubrió que células de manifestantes, incluidos grupos de extrema derecha como Oath Keepers y Proud Boys, habían intentado irrumpir en el Capitolio, pero no encontraron pruebas de planes serios sobre qué hacer si lograban entrar, refiere Euronews.

Hasta el momento, fiscales han presentado cargos de conspiración contra 40 de los acusados. Han dicho que uno de los líderes de Proud Boys reclutó a sus miembros y pidió acumular chalecos antibalas y otros equipos de tipo militar un poco antes del 6 de enero.

Los datos recabados por el FBI podrían ser relevantes para la investigación que está desarrollando el legislativo y que pretende determinar cómo y quién organizó el ataque y algunos legisladores de alto nivel que ya han sido informados de lo hallado han dicho que lo consideran creíble.

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El ataque, en el que cuatro personas murieron y otra falleció al día siguiente, y más de 100 policías resultaron heridos, estalló mientras el Senado y la Cámara de Representantes se reunían para certificar la victoria de Biden.

Se presume que el discurso, considerado incendiario, que Trump pronunció poco antes de los disturbios, alentó el ataque y algunos demócratas han dicho que quieren que el expresidente testifique, pero el FBI no ha determinado ninguna prueba que lo involucre.

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En tanto, el Capitolio volvió a estar en un posible peligro esta semana. Este jueves, un hombre que amenazó con detonar explosivos cerca del Capitolio en Washington se entregó a la Policía tras horas de negociaciones.

“El sospechoso, Floyd Ray Roseberry, de 49 años, ha sido detenido de forma segura”, tuiteó la Policía del Capitolio.

Un aparente extremista de derecha, Roseberry había estado transmitiendo en las redes sociales diatribas contra el presidente Joe Biden y los demócratas, hablando de una “revolución” y quejándose del Gobierno de Estados Unidos y su política en Afganistán.

También había afirmado que había otras cuatro bombas en Washington que serían detonadas, junto con la suya, si la Policía usaba fuerza letal en su contra.

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El sitio SITE, que monitorea a las organizaciones supremacistas blancas y yihadistas, dijo que la actividad de Roseberry en las redes sociales sugería que es parte del movimiento MAGA, acrónimo de “Haz que Estados Unidos vuelva a ser grande otra vez”, eslogan del expresidente republicano Donald Trump.

La Casa Blanca dijo que Biden había sido informado del incidente.

Los edificios principales de la Biblioteca del Congreso fueron evacuados, al igual que la cercana Corte Suprema de Justicia y al menos uno de los tres edificios de oficinas de la Cámara de Representantes.

Las calles y los edificios se reabrieron, y se reanudó el transporte público en la zona después de que la Policía asegurara el área.

Tanto el Senado como la Cámara de Representantes están actualmente en receso, pero en las oficinas de los legisladores siguen trabajando empleados y asistentes.

El recinto del Capitolio está bajo fuertes medidas de seguridad desde la mortal toma del 6 de enero. (I)

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