Realmente conseguir likes y vistas se ha convertido en una obsesión para algunas personas, sean “estrellas” o no en las redes sociales. Lograr los “me gusta” supera, para esa gente, los límites de la razón y bordea el riesgo de exponer la vida misma.

Los virales desafíos –o challenge- llevan tiempo tentando escenarios peligrosos, que se pisan sin medirlos en su justa dimensión.

Hace 13 días, el 16 de mayo de 2023, un influencer, Wang Moufeng, murió cumpliendo un reto. El hombre, conocido en China, como Sanqiange y Brother Three Thousand en TikTok e Instagram , tenía 34 años, informa The Mirror.

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Desafío mortal en redes sociales

Sanqiange en una transmisión en vivo se tomó “siete botellas de alcohol de alta concentración”. De esa manera participaba, señala el medio, “en un concurso con otro streamer”.

Los seguidores, que tampoco advirtieron el riesgo que se corría en el challenge, vieron la transmisión hecha por Sanqiange, quien “se filmó a sí mismo en la versión china de TikTok, Douyin”.

El potente licor chino, supo la prensa, “tiene un contenido de alcohol de entre 30% y 60%”. A todas luces, peligroso en los niveles que lo ingirió el influencer.

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El hombre cumplió con el reto y este mismo le pasó factura. Su organismo no resistió los efectos de la bebida y su familia, lamentablemente, lo encontró sin vida en su vivienda, la mañana siguiente.

Del “castigo” a la muerte

El reto que aceptó este influencer, de acuerdo con Shangyou News, se llama PK y consiste, dice The Mirror, “en que personas influyentes luchan para ganar regalos y recompensas de los espectadores”.

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El perdedor es castigado y creen que la penalización fue beber el potente licor Baijiu.

Las partidas de ‘PK’ terminaron sobre la 1:00 de la madrugada y doce horas después su familia lo encontró muerto”, narra Zhao, un amigo del fallecido.

“En la última parte del video”, dice, “lo vi terminar tres botellas antes de comenzar con una cuarta”, publica ABC. La prensa señala que retiraron de internet el polémico video del influencer chino.

“Fue artífice de su propia destrucción”, dice en Twitter el usuario Ernest Baldrich, sobre lo ocurrido con Sanqiange.

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Este hecho lleva a pensar en la necesidad de alertar y supervisar más a los niños y jóvenes con acceso a redes sociales. La vida, deben saberlo, es lo primero que deben todos cuidar. Ningún like debe estar por encima del riesgo a perderla.

(I)

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