La mañana del 7 de julio el continente amanecía con la trágica noticia de que el presidente de Haití, Jovenel Moïse, había sido asesinado en su residencia. Es un magnicidio del que aún no se tienen respuestas definitivas.

Incluso el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de Haití solicitó la asistencia de las Naciones Unidas para llevar a cabo una investigación internacional sobre el asesinato del presidente Jovenel Moïse, confirmó este jueves a EFE el canciller haitiano, Claude Joseph.

La solicitud fue presentada formalmente al secretario general de la ONU, António Guterres, por parte de Joseph a través de una carta fechada el 3 de agosto de 2021, aunque no se ha indicado si ha habido respuesta oficial a la petición, según indicó EFE el jueves.

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Según un comunicado de prensa emitido por la embajada de Haití en la República Dominicana, la asistencia solicitada a la organización consistirá, por una parte, “en la formación de una comisión internacional de investigación en apoyo a los trabajos” que llevan a cabo los órganos haitianos responsables de las pesquisas.

Por otra, supondrá “la creación de un tribunal especial para el enjuiciamiento de los presuntos culpables”, tal y como se conformó “para el Líbano en 2005, tras el ataque terrorista del 14 de febrero de 2005 que causó la muerte de 22 personas”, incluido el primer ministro Rafik Hariri, y que dejó decenas de heridos.

“En nombre de la solidaridad caribeña, el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de Haití también solicita el apoyo de Comunidad del Caribe (Caricom) mediante otra carta dirigida al presidente de la Conferencia de jefes de Estado y de Gobierno, Gaston Browne”.

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La Cancillería de Haití considera que el asesinato del presidente Moïse, cuyas acciones también causaron heridas graves a la primera dama, Martine Moise, “constituye un crimen internacional por la presunción de la participación de ciudadanos extranjeros en la planificación, financiación e implementación del ataque”, dice la nota.

El magnicidio fue cometido, según las pesquisas, por un comando de 26 mercenarios que en la madrugada del 7 de julio irrumpieron en la residencia presidencial sin hallar resistencia por parte de las fuerzas de seguridad que custodiaban la residencia privada del mandatario en Puerto Príncipe.

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En su última conferencia de prensa, la Policía haitiana declaró esta semana que 44 personas están detenidas por el magnicidio, entre ellas, doce policías, algunos por su grado de responsabilidad y otros por su implicación directa en el asesinato de Moïse, quien estaba en el cargo desde febrero de 2017.

Entre los arrestados también figuran 18 colombianos, en su mayoría militares retirados, y 6 haitianos, tres de ellos nacionalizados estadounidenses.

Las autoridades se han incautado de 45 armas de fuego, cientos de municiones y tres granadas en el marco de la investigación, en la que colaboran autoridades colombianas y estadounidenses.

También el venezolano Antonio Intriago, dueño de una empresa de seguridad de Miami investigada en relación con el asesinato, dijo el miércoles a través de sus abogados que “fue la víctima de un esquema para asumir el poder en Haití”, que él desconocía.

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Intriago, a través de sus abogados, subrayó además que su empresa, CTU Security, fue contactada para suministrar la seguridad de un proyecto de infraestructura “humanitario” en Haití.

CTU Security es sospechosa de haber reclutado a una veintena de colombianos, tres de ellos muertos en tiroteos con la policía haitiana, acusados como presuntos responsables del asesinato de Moïse el pasado 7 de julio.

Según Intriago, los colombianos no son “mercenarios” y junto con la policía iban a acompañar a un juez en una orden de arresto contra el mandatario.

El asesinato fue cometido, según las pesquisas, por un comando de un total de 26 mercenarios colombianos que irrumpieron en la residencia presidencial sin hallar resistencia por parte de las fuerzas de seguridad que custodiaban su residencia privada en el sector de Pelerin, en Puerto Príncipe.

La semana pasada, la viuda de Moïse, Martine —quien fue herida durante el asesinato—, dijo que, cuando los atacantes se fueron, creyeron que ella estaba muerta.

Además, mencionó en una entrevista con The New York Times, la primera que ha dado, que las personas que están detrás del magnicidio aún no han salido a la luz pese al alto número de detenciones que se han llevado a cabo, y apuntó a “oligarcas” haitianos como responsables.

Según dijo, los sicarios que asesinaron al presidente hablaban exclusivamente en español y rebuscaron en la estancia hasta que encontraron algo que buscaban en un estante en el que su marido guardaba los archivos.

En su opinión, el rastro del dinero llevará a “oligarcas” de Haití con los que su marido estaba enfrentado, y mencionó en concreto al empresario Reginald Boulous como alguien que podía beneficiarse con la muerte del presidente, aunque evitó acusarlo directamente de haber ordenado el asesinato.

Boulous negó tener algún vínculo con el magnicidio y defendió que, además, sus aspiraciones políticas han resultado dañadas con la muerte de Moïse, pues la oposición a su presidencia era su principal baza.

Por el momento, 26 personas han sido arrestadas, incluyendo 18 colombianos, en su mayoría militares retirados, así como 2 policías haitianos y 6 civiles, algunos de ellos con doble nacionalidad estadounidense.

Al menos diez sospechosos están prófugos, entre ellos, cinco colombianos y otros cinco haitianos, estos últimos acusados de participar en la planificación. (I)