Dos días después del potente terremoto que sacudió Haití, matando a más de 1.400 personas, los trabajadores de rescate se afanaban en la búsqueda de desaparecidos posiblemente atrapados en las ruinas, mientras una tormenta amenazaba este lunes con empeorar aún más la situación y los pedidos de ayuda a la comunidad internacional se multiplican.

La depresión tropical Grace amenaza con dejar inundaciones y deslizamientos de tierra en Haití y la vecina República Dominicana, advirtió el estadounidense Centro Nacional de Huracanes, con sede en Miami.

Pero Haití, que padeció recientemente un magnicidio, aún lidia con el desastre de un potente terremoto el sábado en la mañana que causó 1.419 fallecidos y a 6.900 heridos y casi 30.000 viviendas destruidas o dañadas, según informó la Protección Civil.

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En la pequeña ciudad costera de Port Salut, al igual que en el resto de las zonas afectadas, los residentes se enfrentaban a un dilema: permanecer al aire libre para protegerse de las réplicas o trasladarse a los edificios dañados para refugiarse del fuerte temporal que se espera con la depresión tropical Grace.

El hospital de la ciudad decidió intentar proteger a los pacientes que se hacinan en el patio bajo lonas de plástico desde el terremoto. Al mediodía del lunes, los pacientes estaban siendo trasladados al interior de las instalaciones a pesar del temor a las réplicas. recoge AFP.

“Los médicos nos piden que volvamos bajo la losa de hormigón esta noche, pero hasta ahora no estamos seguros. Todavía está temblando, así que por eso estamos fuera”, dice Wilfried Labaye, de 41 años, antes de que se tomara la decisión de meter a todo el mundo dentro.

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Vista de lluvias generadas por la tormenta tropical Fred en Puerto Rico. Foto: EFE

En tanto, muchos países, entre ellos Estados Unidos, República Dominicana, México y Ecuador, ofrecieron su ayuda enviando personal, raciones de emergencia y equipos médicos.

El Ejército estadounidense anunció este lunes la formación de una misión militar conjunta y desplegó un equipo encargado de evaluar la situación en las zonas afectadas con recursos de observación aérea tras el sismo de magnitud 7,2. También se han movilizado cuatro helicópteros para el transporte.

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El primer ministro haitiano, Ariel Henry, quien declaró el estado de emergencia durante un mes en los cuatro departamentos afectados por la catástrofe, agradeció el domingo a la comunidad internacional.

“Queremos dar una respuesta más adecuada que en 2010 tras el terremoto. Toda la ayuda que venga del exterior debe ser coordinada por la Dirección de Protección Civil”, exigió el jefe de Gobierno.

También pidió a sus conciudadanos que dieran muestras de “unidad nacional”.

“Olvidemos nuestras rencillas”, pidió Henry, quien dirige el país más pobre de América tras el asesinato del presidente Jovenel Moise el 7 de julio.

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El embajador de Haití en España, Louis Marie Montfort Saintil, apeló también este lunes a la solidaridad y la cooperación internacionales para afrontar los efectos devastadores del terremoto. Los daños son “enormes” tanto en lo material como en lo personal y humano, indicó a EFE.

Autoridades panameñas empacan productos de ayuda humanitaria para Haití en un centro de acopio en Ciudad de Panamá. Foto: EFE

Las autoridades confeccionaron una primera lista de necesidades urgentes, también un canal de comunicación y contacto para todos aquellos que quieren brindar su apoyo o ayuda: Direction Générale de la Protection Civile, secretariat@protectioncivile.gouv.ht, teléfono (509)46050505.

“Agradecemos a todos aquellos que han expresado de una manera u otra su apoyo al pueblo haitiano en estas terribles circunstancias”, concluyó el embajador.

Por su parte, Marleine Bastien, directora ejecutiva de Family Action Network Movement (FANM), una organización humanitaria de la comunidad haitiana en Miami que participa en el diseño de un plan de ayuda para los damnificados del reciente terremoto dijo que “no se pueden repetir los errores de 2010”.

Bastien dijo que hay “numerosas personas” todavía desaparecidas, así como más de 900 estructuras destruidas, desde viviendas a edificios públicos e iglesias e hizo hincapié en que la zona es la misma que sufrió el impacto del huracán Matthew en 2016 y, dijo además, que Haití “aún no está recuperado del terremoto de 2010”.

La directiva de FAMN agregó que es necesario diseñar bien el plan para que la ayuda que los haitianos de EE. UU. envíen a su país llegue a los que de verdad la necesitan y no ocurra como en el terremoto de 2010.

Bastien recordó que ese año millones de dólares donados a Haití no beneficiaron a los afectados por el terremoto.

En este momento lo que más se necesita es dinero, medicinas y equipos médicos, y subrayó que se les ha desaconsejado enviar comida y agua, algo con lo que coincidió Sandy Dorsainvil, administradora del Centro Cultural de la Pequeña Haití en Miami. (I)