La instalación de nuevas plantas para la fabricación de vacunas contra el COVID-19 en países de ingresos bajos y medios se proyecta como el nuevo desafío de la industria farmacéutica y de los Gobiernos para hacer frente a la pandemia de COVID-19.

Hasta el momento naciones como Chile, Ecuador, Egipto, Kenia, Nigeria, Senegal, Sudáfrica y Túnez han revelado que han suscrito acuerdos para establecer pronto plantas para la fabricación de los preparados y sumarse así a los más de 70 países que, en casi 90 plantas de producción, las fabrican cada día y entre los que a nivel continental figuran Estados Unidos, Argentina y Brasil, quienes ya contaban con la tecnología desde antes.

Planta de Sinovac en Ecuador en 2024

En Ecuador, la farmacéutica china Sinovac ya estableció con el Gobierno una hoja de ruta clara sobre las acciones por tomar dentro de este proceso de cooperación y presentó un calendario tentativo de actividades programadas hasta 2032. Aproximadamente en un año y medio estaría instalada la fábrica de vacunas y en unos dos años se iniciaría la producción local.

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La ministra de Salud, Ximena Garzón, anunció que se producirán vacunas contra el COVID-19, que podrían ser contra la variante ómicron, y también vacunas contra varicela, poliomielitis y pentavalentes.

La inversión inicial sería de unos $ 50 millones para una primera fase, según Jack Tang, gerente de operaciones para América Latina de la compañía, y estimó que el proyecto abrirá entre 100 y 200 plazas laborales.

Aún no hay una decisión sobre el sitio específico para la instalación, aunque Tang mencionó que hay una preferencia por un lugar cercano al aeropuerto de Quito.

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La ministra de Salud, Ximena Gárzon (c), el representantede Sinovac, Jack Tang y la ministra de la Producción, Lorena Konanz, asistierón a la firma de cooperación entre el Gobierno de Ecuador y la empresa china Sinovac. Foto: El Universo

Chile empezaría producción desde abril

En cambio, en Chile el proceso está más avanzado. Una planta para relleno y envasado de vacunas se comenzó a construir a fines de 2021 en la Región Metropolitana y se espera que empiece a funcionar en abril.

Además de la planta, la farmacéutica instalará un centro de investigación I+D en Antofagasta y otras oficinas para científicos en una universidad. La inversión está estimada en unos $ 60 millones.

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La farmacéutica china Sinovac aprueba proyecto de planta de vacunas en Ecuador

El Ph. D. en Farmacología y profesor universitario Enrique Terán dice que en el caso de Ecuador aún es necesario conocer a profundidad los detalles del acuerdo con la empresa, dedicada a la fabricación de vacunas “clásicas”, es decir con virus vivos atenuados o virus inactivados.

Terán refiere también que aún es necesario establecer los beneficios que traerá y que “se habla de un convenio tripartito: Gobierno, Sinovac y empresa privada.”

“No existe, al menos públicamente, una declaración respecto al destino de la producción. Es decir, ¿vamos a tener mayor acceso?, ¿mejores precios?, ¿prioridad o ventajas en relación con otros países de la región?”, apunta.

No obstante, a su vez, considera que la construcción de una planta de vacunas en países como Ecuador puede ser positivo, tanto desde el punto de vista financiero como científico-tecnológico, pero que al mismo tiempo puede representar grandes desafíos como “la falta de talento humano suficientemente capacitado, la transferencia tecnológica y aspectos financieros como acuerdos tributarios”.

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“Quizás la pregunta más importante es: va a ser un complejo industrial ubicado en Ecuador o va a ser una industria para desarrollar al Ecuador”, apunta Terán.

Carlos Pesantes, químico farmacéutico, comenta que si bien el contar con una planta de vacunas implicará un aporte económico por las plazas de trabajo que brindará no es muestra de que el país vaya a avanzar en investigación o educación farmacéutica.

“Si el Gobierno invirtiera más en investigación y educación en el área farmacéutica, no necesitaríamos la incorporación de grandes industrias que buscan expandirse con una finalidad política, social y económica, en intereses propios a breves rasgos... las grandes industrias están realizando un pacto comercial para establecerse en una nación en desarrollo y aumentar su producción y ganancias”, cuestiona.

Una planta para relleno y envasado de vacunas se comenzó a construir a fines de 2021 en la capital Chilena y se espera que empiece a funcionar en abril. Foto: AFP

África producirá vacunas ARNm

Por su parte, en el caso de los países africanos, estos fueron seleccionados para establecer desde este mes de marzo centros de producción de vacunas de tecnología ARNm en este continente con un acceso limitado a las inyecciones. Esa tecnología es utilizada en las vacunas de Pfizer-BioNTech y Moderna.

Con esta iniciativa, la Organización Mundial de la Salud (OMS) busca asegurar que el continente se pueda abastecer de vacunas para luchar contra la pandemia u otras enfermedades futuras. Actualmente, solo el 1 % de las vacunas usadas en África están producidas en el mismo continente de 1.300 millones de habitantes.

El año pasado la OMS instaló un centro de tecnología de ARN mensajero en Sudáfrica para respaldar la producción de vacunas en países de ingresos bajos y medios y asegurar que tienen acceso al conocimiento sobre esta técnica.

En el mundo ya se administraron más de 10.400 millones de vacunas contra el COVID-19, con casi el 62 % de la población con al menos una dosis. Pero en África, solo cerca del 12 % de la población está inmunizada.

Kate Stegeman, coordinadora de Incidencia Política de la Campaña de Acceso de Médicos Sin Fronteras para África, considera que “diversificar la capacidad de fabricación de vacunas ARNm hacia los países de ingresos bajos y medios debería ser una prioridad sanitaria mundial”.

Menciona que un mayor número de regiones que produzcan vacunas ARNm podría reforzar la respuesta no solo al COVID-19 y a futuras enfermedades infecciosas, sino también, potencialmente, a las ya existentes, como la malaria, la tuberculosis y el VIH.

Actualmente, los fabricantes de vacunas de todo el mundo están produciendo unos 1.500 millones de dosis al mes, y se espera que esta capacidad continúe creciendo. Se estima que para junio la producción total de vacunas alcanzará los 24.000 millones, superando la demanda mundial, según datos de la Asociación Empresarial de la Industria Farmacéutica de España.

Los fabricantes de vacunas de todo el mundo están produciendo unos 1.500 millones de dosis al mes.

El ente dice que la capacidad mundial de producción de todo tipo de vacunas era de algo más de 4.000 millones de dosis al año antes de la pandemia y que se ha triplicado en este tiempo.

Terán hace énfasis en que que la fabricación de vacunas requiere de controles permanentes que se realizan durante toda la cadena de producción.

Tener trayectoria farmacéutica es necesario

“Para algunas vacunas se realizan más de 50 análisis durante su fabricación. Estos controles tienen como objetivo demostrar que cada nuevo paso que se da en el proceso reproduce fielmente los mismos resultados que el lote que se empleó para el registro de la vacuna”, cuenta.

Pesantes coincide y refiere que toda planta de vacunas debe cumplir con los más altos estándares de calidad y que en Ecuador, la Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (Arcsa) debe en su momento estar al tanto de todo lo que se debe cumplir.

A su vez, ambos expertos concuerdan en que Ecuador es un país sin trayectoria farmacéutica.

Una persona recibe una dosis de la vacuna contra el COVID-19 en Quito (Ecuador). Foto: EFE

“Esto es clave para comprender que no puede ser de un momento a otro un abastecedor para otros mercados”, dice Terán y menciona que surgen interrogantes como si el volumen de producción va a ser suficiente como para abaratar costos o si la planta será capaz de competir con India, Corea del Sur o inclusive China.

Pesantes, por su parte, dice que en Ecuador no están a disposición los factores que permiten la expansión de la industria como en los países desarrollados y subraya que existe “una investigación escasa, la falta de desarrollo en la industria química/farmacéutica, el comportamiento del mercado sobre lo nacional contra lo internacional y la jerarquía comercial”.

Hasta ahora son nueve las vacunas contra el COVID-19 aprobadas en el mundo (Pfizer-BioNTech, Moderna, Johnson & Johnson, AstraZeneca, en sus dos versiones, Sinovac, Sinopharm, Covaxin y Covavax), pero las investigaciones sobre nuevas vacunas continúan y actualmente hay otras 114 en ensayos clínicos, de las que 23 están ya en última fase. (I)