Una nueva ruta para un destino conocido.

Desde finales de 2021, miles de cubanos han encontrado una alternativa azarosa para emigrar a EE.UU.: a través de Nicaragua.

En noviembre pasado, el gobierno de Daniel Ortega anunció que levantaba los requerimientos de visa para cubanos -uno de los pocos países de la región en hacerlo- lo que ha generado desde entonces una salida multitudinaria de la isla.

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De acuerdo con datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP), casi 40.000 cubanos llegaron a la frontera sur entre noviembre de 2021 y febrero de 2022.

En todo el año fiscal anterior, entre octubre de 2020 y octubre de 2021, la cifra fue de poco más de 38.000.

Y si bien es imposible saber cuántos de ese total emigraron vía Nicaragua, se puede hacer una idea si tenemos en cuenta que en octubre de 2021 -el mes previo a que Ortega eliminara el requisito de visa- el número de los que llegaron a la frontera de EE.UU. oscilaba en los 5.000, y en febrero de este año superaban los 16.000.

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“Es una especie de Mariel silencioso. Los números y los testimonios que llegan de la cantidad de gente que se está lanzando a través de Nicaragua es preocupante y lógicamente genera una situación de crisis migratoria, no solo en EE.UU. sino también en países de Centroamérica y México”, explica a BBC Mundo Jorge Duany, experto en tema migratorios de la Universidad Internacional de Florida.

BBC Mundo contactó con el Centro de Prensa Internacional de Cuba y con el Instituto de Turismo (INTUR) y el Ministerio de Relaciones Exteriores de Nicaragua para conocer las posiciones oficiales de ambos gobiernos sobre este tema, pero no tuvo respuesta inmediata.

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No obstante, en su justificación de la medida al momento de ser anunciada, Nicaragua indicó que se trataba de una posición humanitaria “ante la cantidad de solicitudes de hermanos ciudadanos cubanos con familiares” en el país centroamericano.

Indicaron, además, que buscaba también facilitar los viajes que realizan muchos cubanos para adquirir productos en Nicaragua para luego revender en la isla (y para lo que antes necesitaban una visa).

“Esa fue la razón oficial. Una segunda lectura lleva a considerar que se trata de una alianza estratégica entre los gobiernos de Nicaragua y Cuba que sirve de válvula de escape a las presiones económicas y políticas que se están dando en la isla en los últimos tiempos. Y también, como una forma de presionar al gobierno de EE.UU.”, opina Duany.

La fuga

“Yo vine con dinero prestado, pero hay gente que ha vendido sus casas y todo lo que tienen adentro para poderse comprar el pasaje”, cuenta Carlos a BBC Mundo*, un cubano de 38 años que llegó en febrero a Miami via Nicaragua.

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Es una ruta inusual para habitantes de la isla, quienes recurrieron por años a botes viejos o improvisados e incluso, balsas hechas con neumáticos inflados para llegar a Florida.

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De acuerdo con Duany, muchas personas se han sentido animadas a hacer el viaje por aire y tierra ahora dado es menos riesgoso que la travesía por mar y porque el gobierno de Joe Biden ha suavizado algunas de las restricciones migratorias de la era de Trump, por lo que gran parte de los migrantes son liberados a los pocos días, en lugar de ser retenido por largo tiempo o devueltos a México, como pasaba generalmente con el gobierno anterior.

En un comunicado enviado a BBC Mundo, la CBP alertó que todavía continúan expulsando migrantes.

“Nuestras fronteras no están abiertas y la gente no debería hacer este peligroso viaje. Las personas y las familias están sujetas a restricciones fronterizas, incluida la expulsión. La migración irregular representa una amenaza importante para la salud y el bienestar de las comunidades fronterizas y para la vida de los propios migrantes y no debe intentarse”, indicó un vocero.

Las autoridades Cuba no se ha referido oficialmente a la nueva ruta de migrantes a través de Nicaragua, aunque el gobierno de Managua ha negado que el país esté siendo utilizado como trampolín para emigrar a EE.UU.

En cambio, el ministerio de Turismo de Nicaragua aseguró el año pasado que los cubanos iban al país centroamericano “para disfrutar de los volcanes”.

Ellos son amantes de nuestros volcanes. Ellos no tienen volcanes, entonces es impresionante para ellos que nosotros tengamos ese volcán de lago de lava activo y que lo pueden ver de cerca”, dijo a EFE la directora de Promoción y Mercado del INTUR, Ana Carolina García.

Altos precios

La alta demanda en los trayectos entre La Habana y Managua ha conllevado a que los precios de los vuelos se disparen.

“La gente está como loca buscando los pasajes. Se hacen colas kilométricas frente a las agencias esperando a ver si hay algún boleto. Están dispuestos a pagar lo que sea”, dice Carlos.

Una búsqueda realizada por BBC Mundo mostraban que pasajes para la ruta La Habana a Managua en aerolíneas que cubren esos destinos (incluidos con escala) están agotados para numerosos días y, los que estaban aún disponibles, tenían precios que oscilaban entre los US$3.000 y US$4.000.

“Yo salí desde Pinar del Río (en el occidente de la isla) y me fui por carretera hasta Holguín (en el oriente, a casi 900 km) porque fue donde conseguí el vuelo a Managua, con escala en República Dominicana. Es cazar los vuelos a ver por dónde te puedes ir”, cuenta Luisa*, una cubana que llegó a EE.UU. en enero pasado.

Tanto Luisa como Carlos aseguran que, además de los boletos de avión, luego tienen que pagar altas sumas a coyotes que los trasladan, muchas veces en caravanas de carros hasta la frontera.

“Cuando llegas a Nicaragua te están esperando y de ahí te llevan rumbo a Honduras. Cuesta como promedio unos US$10.000 en total porque no es solo el pasaje carísimo, sino que es dándole dinero a los coyotes por cada país que pasas y dándole dinero a los policías si te paran para que no te lleven preso y te deporten”, relata Carlos.

Cubanos protestaron frente a la embajada de Panamá en La Habana. INPHO

Dada la escasez de vuelos directos entre Cuba y Nicaragua, muchos han tenido que recurrir a viajes por terceros países, ya sea en el Caribe o Centroamérica.

“Yo pasé por cinco países, monté aviones, rastras, botes, buses, camiones llenos de mierda de vaca... Crucé la selva, subí lomas que pensé que moría. Salí de Cuba el 22 de diciembre y llegué finalmente a la frontera el 10 de enero de este año”, narra Luisa.

La situación ha generado que varias naciones del área comiencen a imponer restricciones para el paso de cubanos por sus aeropuertos.

Colombia anunció el mes pasado que requeriría una visa de tránsito para cubanos que quisieran hacer escala en su territorio y más recientemente, Panamá y Costa Rica también pusieron en práctica una regulación similar.

El anuncio de estos últimos generó una protesta multitudinaria frente a las embajadas de estos país en La Habana, principalmente entre personas que ya habían comprado sus vuelos con escalas en Bogotá o San José.

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, anunció la semana pasada que visitaría Cuba en mayo próximo para abordar, entre otros asuntos, el tema migratorio.


Los cubanos en Managua

por Ismael López, especial para BBC Mundo desde Nicaragua

Miles de cubanos han aterrizado en el país centroamericano para emprender el rumbo hacia Estados Unidos.

Pueden verse en los supermercados de Managua comprando con dólares estadounidenses comidas enlatadas y productos no perecederos y de aseo para un largo viaje hacia Estados Unidos.

Yúnior González es uno de los que va a emprender ese viaje dentro de pocos días. Médico radiólogo, aterrizó en Managua en enero y su viaje se ha atrasado porque espera a otros familiares que no han podido salir de Cuba porque no han encontrado vuelo o porque los boletos están muy caros.

“Por la amplia demanda los boletos están en US$3.000 y hasta US$5.000 si es que logras encontrar en la ruta La Habana-Managua”, dijo González, quien permanece en la casa de un primo aguardando el momento en el que le toque partir hacia Estados Unidos, país donde él piensa que tendrá muchas oportunidades laborales.

González deberá pagar $6.000 que un familiar le enviará desde Estados Unidos vía remesas. “Se pagará en cada país que vaya pasando, la totalidad son seis mil”, especificó.

Los cubanos tienen dos líneas áreas disponibles para viajar hacia Managua. Una de ellas aterriza a las 9:00 de la noche. A esa hora, según pudimos comprobar en las afueras del Aeropuerto Augusto C. Sandino, vehículos doble tracción y microbuses esperan a los pasajeros cubanos que bajan de los aviones y rápidamente emprenden el viaje hacia el norte. Otros se quedan a esperar a otro grupo.

“Ni 5 minutos pude hablar con un familiar que vino, el grupo de él salía ya y solo nos saludamos, quedamos que allá en Estados Unidos nos vemos”, dijo González la noche que hablamos con él en el aeropuerto de Managua.


En busca de las causas

No es la primera vez que Nicaragua flexibiliza las restricciones de visa para cubanos.

De hecho, otros países de la región, como Ecuador, también lo han hecho en algunos momentos, lo que ha provocado también éxodos numerosos de la isla.

Managua ya otorgaba “visas consultadas” para cubanos que quisieran viajar al país para realizar compras, en la que fue vista como una medida de apertura luego de que a finales de 2015, cerrara su frontera a cientos de migrantes de la isla que buscaban ingresar desde Costa Rica.

Nicaragua cerró sus fronteras en 2015 a cientos de migrantes cubanos. AFP

El anuncio de la exención de visas tuvo lugar poco después de que Daniel Ortega fuera reconocido como el ganador de unos controvertidos comicios cuyos resultados no reconocen gran parte de los países occidentales y que llevó a EE.UU. a imponer nuevas sanciones contra su gobierno.

Es por eso que analistas como Duany creen que la decisión de levantar el requerimiento de visa ahora tiene motivos que van más allá del econonómico.

El experto opina que la apertura para la salida de Cuba y el tránsito por Nicaragua pueden ser también estrategias de los autoridades de ambos países para obligar a EE.UU. a negociar las sanciones.

“Recurrentemente, el gobierno cubano ha amenazado -o incluso ha puesto en práctica las amenazas en su conflicto con Estados Unidos- de abrir las compuertas, de permitir que la gente salga del país por razones políticas y económicas. Y eso ha llevado al gobierno de EE.UU. en otras ocasiones a sentarse a negociar”, dice.

Otros contextos

Los contextos que se han vivido en la isla en los últimos tiempos, sumida en una profunda crisis económica, ha aumentado también las muestras de descontento social.

“Creo que no es secreto que en los últimos tiempos, sobre todo a partir de las protestas del 11 de julio y otras manifestaciones públicas, que en Cuba existe un ambiente de una gran inconformidad acumulada, que es propicia para un estallido social. Si a eso añadimos todas las carencias elementales por la que están pasando, se entiende que la isla toda es una olla de presión”, señala.

“Entonces, tal parecería que esta última coyuntura migratoria es coherente con una práctica histórica de las autoridades cubanas, que es abrir la válvula para que los más descontentos emigren, como hicieron durante la crisis de Camarioca en el año 65, la del Mariel, en el 80 y la del 94, la llamada crisis de los balseros”, agrega.

El experto cree que la emigración hacia Estados Unidos puede resultar igualmente en beneficios económicos para el gobierno de la isla.

“También hay que tener en cuenta que mientras más personas emigren no solo se van los descontentos, sino que esos descontentos después enviarán remesas para su familia, que son también un salvavidas para el gobierno”, considera.

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Pero Duany cree que no solo hay responsabilidad en la actual situación entre los gobiernos de La Habana y Managua, sino que también hay una razón en fallidas políticas migratorias de EE.UU. hacia Cuba.

“Ya los cubanos no pueden emigrar a Estados Unidos a través de la política de “pies secos, pies mojados”, que terminó en 2017 y que permitía que aquellos que tocaran tierra pudieran quedarse. A raíz del gobierno de Trump se suspendió también la emisión de visas para Estados Unidos en La Habana. Hay cubanos que tienen que ir hasta Guyana para tramitar su visa”, dice.

“Entonces, eso produce un potencial migratorio enorme de personas que no han podido obtener las visas que antes se otorgaban a razón de 20.000 al año y, por lo tanto, esta demanda no satisfecha busca alguna manera de canalizarse. Y creo que esta salida a través de Nicaragua es también una de esas formas”, agrega.


*Estos entrevistados solicitaron que su identidad fuera protegida.