El profesor de izquierda Pedro Castillo se encamina a asegurar su paso a la segunda vuelta electoral en Perú, al liderar con 18,29% el escrutinio parcial de los comicios generales del domingo, aunque la lucha por el otro cupo para la votación del 6 de junio sigue abierta entre tres candidatos de derecha.

Los tres aspirantes con opciones de rivalizar con Castillo en la segunda vuelta del 6 de junio son Keiko Fujimori (13,19%), el economista Hernando de Soto (12,28%) y el empresario Rafael López Aliaga (12,13%), según el último cómputo de la oficina nacional electoral (ONPE), con el 81,23% de los sufragios procesados.

El presidente que surja del balotaje asumirá el 28 de julio, día en que Perú conmemora el bicentenario de su independencia, y tendrá el reto de superar la emergencia sanitaria, que no da tregua, con cifras récord de contagios y decesos en los últimos días, una profunda recesión económica y la crisis política en una nación de 33 millones de habitantes.

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“El cambio y la lucha recién comienzan”, dijo Castillo, de 51 años, quien salió del anonimato en 2017 al dirigir a miles de colegas en una prolongada huelga nacional.

Este maestro de escuela rural recién hace ocho días comenzó a figurar con posibilidades en los sondeos y a destacarse entre los 18 candidatos, tras recorrer silenciosamente el país y tener buen desempeño en los debates electorales por televisión, refiere AFP.

“Con Castillo tenemos una izquierda antiestablishment, conservadora en lo social y que rechaza la economía de libre mercado”, dice el politólogo Carlos Meléndez, quien anticipa un “balotaje complicado”.

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Muchos quedaron sorprendidos por los resultados de la votación, que busca poner fin a un convulso quinquenio en un país sin partidos políticos fuertes y donde el candidato importa más que la ideología.

Los peruanos, que han tenido cuatro presidentes desde 2018, votaron para elegir nuevo mandatario entre 18 candidatos, sin ningún favorito.

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“Lastimosamente nos sorprendió lo de Castillo y estamos, pues, preocupados; pero a la vez, también, viendo que realmente el país está dividido”, dice la limeña Rumi Cahuana, de 38 años.

Los medios locales especulan este lunes sobre posibles alianzas para la segunda vuelta, pero De Soto dijo que “todo esto va a tener sentido” cuando tengan las cifras finales de la votación.

La encuestadora Ipsos anticipó que Keiko terminará en el segundo lugar, aunque inicialmente ese puesto lo ocupaba De Soto.

“Cuando lleguen [las actas de sufragio de] las zonas rurales veremos que Keiko tiene más apoyo que el que registra la ONPE e irá desplazando a De Soto y López Aliaga”, dice el jefe de Ipsos Perú, Alfredo Torres.

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La hija del encarcelado expresidente Alberto Fujimori (1990-2000) se postula por tercera vez y dice que tiene “mucha fe” de que en las próximas horas se confirme su paso a la segunda vuelta.

Ipsos pronosticó que “va a ser una segunda vuelta polarizada, porque ambos (Castillo y Keiko) tienen bastante antivoto. Hay un sentimiento antifujimori en un sector de la población y en otro hay un sentimiento anticomunista”.

“El anticomunismo se debe a la experiencia terrible con (la guerrilla maoísta de) Sendero Luminoso... y en alguna medida también se debe a la evidencia del fracaso del régimen chavista en Venezuela”, indicó Torres.

“En Perú hay un millón de emigrantes venezolanos y eso lo perciben como una mala señal los peruanos”, añadió.

Para Meléndez, “va a ser una segunda vuelta de dos antivotos”, y dice que además habrá un enfrentamiento geográfico: “La elección deja una división Lima/costa norte versus el resto del país, andino y rural”, comenta.

No obstante, gane quien gane finalmente en las elecciones generales peruanas que se disputaron el domingo, ya sea la izquierda radical o la derecha autoritaria, el resultado traerá también la certeza de que el pensamiento conservador, tradicional, hostil a la equidad de género y a los derechos de las minorías sexuales es el ganador de los comicios, según analistas.

“Claramente, el pensamiento conservador, que es también el machismo y el patriarcado, ha salido bien librado en estas elecciones. Nos queda saber quién está en la segunda vuelta, pero entre los cuatro primeros puestos todos tienen el factor común del conservadurismo recalcitrante y contrario a la expansión de los derechos civiles, sexuales y sociales”, dice a EFE la antropóloga feminista Alejandra Ballón.

Tanto Castillo, el candidato más votado por el partido de extrema izquierda Perú Libre, como su potencial rival en el balotaje, Keiko Fujimori, son socialmente partidarios de la “mano dura”, contrarios al aborto, a la educación con enfoque de género, a los derechos civiles para la comunidad LGTBI+, y profesan una explícita religiosidad.

También Hernando de Soto, un hombre blanco, rico y mayor, es ciertamente un conservador social; así como Rafael López Aliaga, que no solo es muy conservador, sino que además es abiertamente hostil a cualquier tendencia progresista.

De los 130 diputados del Congreso salido de esta votación, tan solo 12 mantendrían posturas progresistas en lo social. El resto serían conservadores.

“Los candidatos pueden tener posiciones a favor o en contra del mercado, pero coinciden en su agenda conservadora”, coindice Meléndez.

Esta situación también se puede leer como un fracaso de las posiciones más progresistas, representadas electoralmente por el partido Juntos por el Perú (izquierda) de Verónika Mendoza y el Partido Morado (centro liberal), que han quedado muy lejos y que, sumados, no llegarían ni al 11% de los sufragios.

Para Ballón y Meléndez, este conservadurismo social extendido tiene su origen en la gran presencia y el tutelaje histórico de la Iglesia católica en el país, el avance de otras iglesias evangélicas y el machismo tradicional de las culturas andinas. (I)