Hasta quince millones de prendas usadas llegan a Ghana cada semana. Un negocio para algunos, pero un serio riesgo medioambiental.

Al mercado de Kantomanto, en Acra, capital de Ghana, llegan cada día toneladas de ropa donada o desechada por consumidores en Europa, Estados Unidos o China. Artículos que aprovechan muchas personas en Ghana para hacer negocio.

Sin embargo, con la llegada de la llamada moda rápida - de usar y tirar - mucha más ropa es desechada por la baja calidad y acaba en enormes vertederos, que no solo contaminan la tierra, sino también el mar.

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Roberta Annan, embajadora de buena voluntad de la ONU, denuncia que estas prendas “van al lecho marino y ahogan a los peces y la vida marina que hay ahí”. (I)