La Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (APCE) quiere que sus 46 Estados miembros desmitifiquen el discurso antivacunas y actúen contra las informaciones falsas con datos que justifican la pertinencia de la inmunización colectiva.

En una resolución adoptada este viernes, la APCE hace un llamamiento para que “se combata la difusión de falsas informaciones con políticas, reglamentos y otras medidas pertinentes, incluyendo una buena utilización de las tecnologías de la información y la comunicación”.

En la resolución se insiste en que "las actitudes antivacunación deben combatirse con un contradiscurso sistemático y específico, adaptado al contexto y con base científica".

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Por ello, la APCE apuesta por "la responsabilidad social para luchar contra la desinformación sobre la vacunación" y anima a los intermediarios de internet para que hagan una labor de "sensibilización sobre los riesgos potenciales de la desinformación para la protección de la salud pública".

La resolución de la cámara europea salió adelante por 27 votos a favor, dos en contra y nueve abstenciones.

La ponente del informe en que se asentó, la senadora por Orense del Partido Popular Carmen Leyte, expresó su preocupación por el descenso de las tasas de vacunación y destacó la importancia de la confianza en el sistema público de salud, "como ocurre en España".

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Recordó Leyte que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las vacunas evitan cada año entre dos y tres millones las muertes y podrían salvar un millón y medio más con una mejora de la cobertura mundial.

La diputada del PNV Nerea Ahedo puso el acento en que las vacunas son "la mayor y mejor herramienta de la salud pública, porque salva vidas". Aseguró que en algunos lugares del mundo "el problema no es el negacionismo, sino el acceso a las vacunas".

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La mejora de la cobertura de la vacunación pasa, según consta en el informe, por "la promoción de la paz, la lucha contra la pobreza, servicios de sanidad pública sólidos, duraderos y que inspiren confianza a la sociedad".

La asamblea expresa su preocupación por la polarización y politización del debate público sobre las vacunas en los últimos años, y por el hecho de que siete de los diez países más escépticos con las vacunas estén en Europa.

Destaca el texto que “la reticencia a las vacunas parece afectar más a las generaciones más jóvenes”. Por el contrario, los mayores tienen más confianza, “al haber sido testigos de epidemias de enfermedades contagiosas y de su erradicación mediante la vacunación”.

En la resolución se defiende el interés superior del menor e insta a revisar la legislación para permitir que un niño sea vacunado también cuando uno de los dos padres se opone. (I)

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