Los eurodiputados dieron este miércoles la luz verde final al certificado digital europeo sobre el COVID-19, destinado a facilitar los viajes dentro de la Unión Europea, y ahora depende de los Estados poner la iniciativa en marcha antes del 1 de julio.

En una votación del martes, cuyo resultado se dio a conocer el miércoles, los eurodiputados adoptaron el proyecto por 546 votos a favor, con 93 en contra y 51 abstenciones.

Son tres documentos que certifican que el portador ha sido plenamente vacunado contra el COVID-19, dio resultado negativo a un test o es inmune tras haber sido contagiado.

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Los certificados se emitirán de forma gratuita, en formato digital o en papel, y deberán permitir evitar la realización de cuarentenas en los países de destino.

El documento no será equivalente a un pasaporte, ya que será posible viajar sin él por Europa, pero facilitará la entrada en otros países y permitirá beneficiarse de las exenciones de cuarentenas, pruebas a la llegada u otras medidas, que muchos países ya están empezando a anunciar, refiere EFE.

“Tras un tiempo récord de negociaciones, menos de dos meses, lo hemos conseguido”, dijo el eurodiputado socialista español Juan Fernando López Aguilar, ponente de este texto que, según él, “revive la libertad de circulación de los ciudadanos europeos”.

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‘Es la respuesta europea para poner fin al mosaico de diferentes reglas”, dijo la legisladora centrista francesa Nathalie Colin-Oesterlé.

Durante un debate el martes en el hemiciclo del Parlamento Europeo en Estrasburgo, el comisario europeo de Justicia, Didier Reynders, animó a los Estados del bloque a emitir de inmediato los certificados para evitar un atasco en los procedimientos a principios del verano boreal.

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Según Reynders, “más de un millón de ciudadanos ya han recibido estos certificados, y muchos más seguirán en las próximas semanas y meses”.

Bulgaria, Croacia, República Checa, Dinamarca, Alemania, Grecia, Polonia, Lituania y España ya han comenzado a emitirlos, y en Francia el pase sanitario entró en vigor el miércoles.

Aunque el proyecto se concentra en restaurar la libre circulación, los estados miembros pueden utilizar los certificados para otros fines (como festivales, conciertos o eventos deportivos) dentro del marco de sus legislaciones nacionales.

A pesar de un amplio voto favorable, varios eurodiputados han expresado reservas sobre la protección de datos personales. La eurodiputada medioambiental francesa Michèle Rivasi dijo que el proyecto “abre un nuevo riesgo en términos de trazabilidad”.

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Además, este certificado “no está consolidado por pruebas gratuitas (...), por lo que abre el camino a riesgos de discriminación”, lamentó la socialista francesa Sylvie Guillaume.

Muchos países están también ajustando desde ya sus requisitos de entrada a la normativa y en las próximas semanas relajarán las restricciones que han venido imponiendo a ciudadanos de otros Estados miembros. (I)