Un antiguo comandante de la guerrilla independentista albanesa comenzó a ser juzgado este miércoles en el primer proceso por crímenes de guerra en el tribunal especial para Kosovo, ubicado en La Haya (Países Bajos).

Salih Mustafa, excomandante del Ejército de Liberación de Kosovo (UCK), está acusado de detención arbitraria, tratos crueles, tortura y asesinato durante la guerra entre Serbia e independentistas de esta antigua provincia yugoslava con mayoría de población musulmana de origen albanés (1998-1999).

“No soy culpable de ninguno de los cargos presentados aquí ante mí por esta oficina de la Gestapo”, dijo al abrirse el proceso Mustafa, de 49 años, comparando al tribunal especial para Kosovo con la policía secreta de la Alemania nazi.

Publicidad

Vestido con sudadera negra con capucha y pantalones deportivos, Mustafa se balanceaba en su silla y jugaba con un bolígrafo entre sus dedos mientras escuchaba la apertura del juicio a través de auriculares.

Detenido el año anterior mientras trabajaba como asesor para el ministerio de Defensa, Mustafa habría torturado al menos seis civiles en un centro de detención en abril de 1999 en Zllash, en Kosovo.

Los fiscales afirmaron que Mustafa y sus hombres “trataron con brutalidad y torturaron” a esos albaneses kosovares a los que acusaban de colaborar con los serbios.

Publicidad

“No eran enemigos de Kosovo, no eran espías”, afirmó el fiscal Jack Smith ante el tribunal en su alegato inicial. “Su único crimen fue tener opiniones políticas que diferían de las del UCK y sus líderes”, agregó.

El proceso cuenta con 16 testigos que declararán en sesiones previstas entre septiembre y octubre.

Publicidad

Torturas, palizas, vejaciones

La guerra de Kosovo, que causó 13.000 muertos, terminó en 1999 por una campaña de bombardeos de la OTAN que forzó la retirada de las fuerzas serbias.

Numerosos dirigentes serbios han sido condenados por crímenes de guerra en tribunales internacionales durante los conflictos que desgarraron en los años 1990 la antigua Yugoslavia.

Creado en 2015, el tribunal especial para Kosovo (KSC) se encarga de crímenes de guerra y contra la humanidad cometidos en Kosovo entre 1998 y 2000, especialmente aquellos cometidos por los independentistas del UCK contra serbios, gitanos y kosovares opuestos a su guerrilla.

Aunque es una instancia penal kosovar, el tribunal se ubica en Holanda para proteger a los testigos que puedan ser objeto de presiones y amenazas y está compuesto por jueces y fiscales internacionales.

Publicidad

Salih Mustafa es el primer en ser juzgado por el tribunal, que también inculpó al expresidente kosovar (2016-2020) Hashim Thaçi.

Otros responsables del UCK fueron procesados en el pasado por el Tribunal Penal Internacional para la ex-Yugoslavia (TPIY), entre ellos el exprimer ministro Ramush Haradinaj, absuelto en 2012 junto a otros dos jefes de la guerrilla.

Mustafa, conocido como “comandante Cali”, su nombre de guerra, dirigió un centro de detención provisional para acusados de espionaje, de colaboración con los serbios o de no cooperación con el UCK, indica el auto de acusación.

Los prisioneros quedaban recluidos en cuadras cerradas con llave y recibían “golpes con diferentes instrumentos, quemaduras y administración de choques eléctricos”.

También obligaron a algunos a orinarse encima ante la mirada de otros detenidos.

El mismo Mustafa habría dado una paliza a un detenido con un bate de béisbol y habría azotado y pateado a otro.

La acusación entiende que el resto de crímenes se ejecutaron bajo sus órdenes, o al menos que el comandante los conocía o tenía motivos para conocerlos.

“Héroes” en Kosovo

Las actividades de este tribunal son materia sensible en Kosovo, donde muchos antiguos dirigentes de la guerrilla dominan el paisaje político y son tratados por muchos como héroes.

“Pueden condenar cien veces a Mustafa y los otros, pero para mi son los héroes que tuvieron el valor de levantarse contra Serbia”, dijo a la AFP Adem Idrizi, de 65 años, un pensionista de Pristina, la capital de este país de 1,8 millones de habitantes.

Otros confían en el trabajo de los jueces.

“Creo que los jueces internacionales establecerán la verdad. Yo solo creo en las pruebas”, indicó Blerta Hyseni, de 24 años y licenciada en derecho. Las tensiones internacionales sobre Kosovo se mantienen más de diez años después de la declaración unilateral de independencia de 2018 de este país balcánico.

Estados Unidos y la mayoría de países occidentales reconocieron la independencia de la antigua provincia serbia, pero Belgrado jamás la ha aceptado. (I)