Venus, el planeta llamado en varias ocasiones como el “hermano de la Tierra” por sus similitudes, nunca habría albergado océanos, por lo que jamás habría sido posible habitarlo, según un estudio publicado el miércoles por la revista Nature.

El segundo planeta más cercano al Sol -después de Mercurio- había despertado el interés de varios astrónomos debido a algunas de las características parecidas que comparte con la Tierra, como su tamaño y composición.

De hecho, la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA) han decidido enviar tres misiones de exploración durante los próximos diez años. Muchos científicos pensaron que, cuando el planeta era más joven, este habría podido ser habitable, con un clima templado agradable e incluso con la presencia de océanos.

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Venus, un infierno tóxico

En esta nueva investigación, los astrónomos consideraron que Venus siempre ha sido un infierno tóxico inhabitable, como lo es actualmente, lleno de nubes espesas de ácido sulfúrico, con una presión atmosférica 100 veces mayor que la de la Tierra y una temperatura media de 471 grados Celsius.

La teoría de que Venus pudo haber tenido océanos surgió porque antiguamente, cuando el Sol era joven, no tenía la misma intensidad de calor y radiación que posee en la actualidad, lo que le habría permitido al planeta crear un ambiente habitable, explicado de una manera sencilla.

Simulaciones de hace 4.000 millones de años

Sin embargo, los investigadores demostraron no solo que Venus nunca fue como la Tierra, sino que encontraron una respuesta para la supuesta debilidad y baja intensidad que el Sol tenía durante su juventud.

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“Hemos simulado el clima de la Tierra y Venus al principio de su evolución, hace más de 4.000 millones de años, cuando la superficie de los planetas aún estaba fundida”, dijo el director del estudio Martin Turbet, de la Universidad de Ginebra, en Suiza.

“Las altas temperaturas asociadas significaban que cualquier rastro de agua habría estado presente en forma de vapor, como en una gigantesca olla a presión”, agregó.

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El supuesto vapor de Venus nunca se habría condensado

Para que ese vapor se convirtiera en nubes y lloviera sobre la superficie del planeta, Venus tendría que haberse enfriado durante miles de años. Eso, según explicaron los especialistas, solamente habría podido ocurrir si estas nubes bloqueaban el ingreso de la radiación solar.

Asimismo, solo habría sido posible cuando Venus comenzaba a formarse, pero exclusivamente en la parte más fría -nocturna- del planeta. En conclusión, el vapor no se habría podido condensar nunca en la atmósfera, por lo que no habría suficiente agua como para formar océanos que se mantengan durante el tiempo, a diferencia de la Tierra.

A pesar de todo lo mencionado y el rechazo a la teoría de que Venus fue alguna vez habitable, los astrónomos que publicaron la investigación aseguran que los tan diversos caminos evolutivos de la Tierra y Venus están lejos de ser comprobados. (I)