Los chilenos estaban este domingo llamados a votar en las elecciones generales, en las que aún era incierto qué candidato podrá finalmente ocupar la presidencia.
De acuerdo con medios y analistas, estas eran las elecciones más inciertas desde el fin de la dictadura (1990), con dos candidatos favoritos en posiciones antagónicas mientras está en juego un giro en el modelo que trajo estabilidad económica, pero contra el que se alzaron protestas inéditas hace dos años denunciando la desigualdad social.
Un joven diputado de izquierda, Gabriel Boric (35 años), y el candidato de la derecha radical, José Antonio Kast (55), figuraban como favoritos, de acuerdo a los sondeos publicados hace quince días, desde cuando rige una veda electoral.
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Ambos representaban los extremos opuestos en esta elección, mientras que atrás de ellos figuraban, en algo que se podría llamar centroizquierda y centroderecha, Yasna Provoste y Sebastián Sichel, respectivamente. Ellos son los representantes de las dos coaliciones que han gobernado el país desde hace 30 años y que en esta ocasión han quedado un poco relegados ante el escenario político y la polarización. Sin embargo, según las encuestas, tampoco se los podía dar por acabados.
Al cierre de esta edición recién habían cerrado las urnas y se empezaba el conteo, que definiría si habría segunda vuelta y quiénes pasarían.
En un día de primavera austral particularmente caluroso —con más de 30 grados Celsius—, se vieron largas filas en centros de votación en Santiago y ciudades del norte y sur de Chile, según AFP. En Chile, el voto es voluntario desde 2012 y suele haber una baja participación electoral, sobre todo entre los jóvenes.
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“Hay que venir a votar para pasar esta página de división y lío en las calles”, expresó Cristina Arellano, una contadora de 42 años en un colegio de Ñuñoa, comuna de clase media de la capital, adonde acudió a votar.
Un gran número de jóvenes acudió a votar. Ellos fueron los protagonistas del plebiscito que en octubre de 2020 decidió por un 78 % cambiar la Constitución —actualmente se desarrolla una Convención Constituyente con ese fin—, que pese a varias modificaciones durante el gobierno de Ricardo Lagos (2000-2006), nunca pudo quitarse la etiqueta de ser heredada de la dictadura militar de Augusto Pinochet (1973-1990).
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“Hay que votar, el país necesita cambios, estamos aburridos de los mismos políticos. Pero con estas filas y esta desorganización parece que quisieran que no votemos”, se quejó a la AFP Felipe Rojas, estudiante de 24 años.
“Estamos haciendo fila por más de una hora; esto no está bien, queremos votar. Basta de este Chile”, dijo por su parte, muy indignada, Carla Fuenzalida, de 19 años.
En estas elecciones también se votó para renovar la totalidad de la Cámara de Diputados y la mitad del Senado, además de consejeros regionales.
Se tenía previsto que alrededor de las 22:00 se den los primeros resultados oficiales ya con el conteo avanzado. (I)
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