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Alarma y tensión en El Salvador por presunta concentración de poder del presidente Nayib Bukele

La remoción de jueces de la Corte Suprema y del fiscal general provocó críticas de países y organismos. El mandatario dice que seguirán las destituciones.

Organizaciones de la sociedad civil salvadoreña han salido a protestar en las calles en contra de las destituciones recientes de funcionarios del Poder Judicial. Foto: EFE

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La denominada “limpieza de casa” iniciada el fin de semana en El Salvador por el presidente Nayib Bukele con la destitución, bajo el apoyo del Congreso, de un grupo de jueces de la Corte Suprema y del fiscal general encendió las alarmas en el país centroamericano sobre intentos de concentración de poder por parte del Ejecutivo y provocó críticas de la comunidad internacional.

“Aquí nos costó 30 años botar el régimen que nos tenía en la miseria, en la corrupción, en la inseguridad y en la desesperanza”, subrayó Bukele, de 39 años, poco después de conocerse las destituciones.

La primera medida adoptada el sábado por la nueva Asamblea Legislativa unicameral, donde los aliados de Bukele tienen 61 de 84 escaños, fue destituir a los cinco miembros de la Sala Constitucional de la Corte Suprema, la más importante de ese tribunal, y nombrar a sus remplazantes, cuyos nombres ya tenía listos, refiere AFP.

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La Sala Constitucional, cuya misión es velar por el cumplimiento de la Carta Magna, había contenido varias medidas presidenciales relacionadas con el manejo de la pandemia, la mayoría sobre regímenes de excepción, porque consideró que vulneraban derechos fundamentales de la ciudadanía.

El presidente, que ha logrado capitalizar el descontento de la población respecto a los partidos tradicionales y que cuenta con el apoyo y respaldo de las Fuerzas Armadas, ha tenido duros calificativos contra ellos y los acusó de no permitirle cuidar de la vida de sus compatriotas.

Los magistrados destituidos y el fiscal Raúl Melara habían sido electos en la anterior legislatura, que dominaron los partidos tradicionales Alianza Republicana Nacionalista (Arena, derecha) y la exguerrilla izquierdista del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN). Tanto Arena como el FMLN se alternaron en el poder en El Salvador entre 1989 y 2019.

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Este lunes Bukele adelantó la posibilidad de continuar con la remoción de más funcionarios.

“El pueblo no nos mandó a negociar. Se van. Todos”, escribió el mandatario en Twitter sin precisar qué funcionarios siguen en la mira del Parlamento.

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“Ingenuamente se creyó que una vez consumado el triunfo electoral y con la aritmética legislativa a su favor, Bukele apagaría las antorchas y le daría prioridad a los problemas económicos que enfrenta el Estado, endeudado de un modo ridículo el último año, con un presupuesto inflado que se cae en pedazos y con obligaciones pendientes que incluyen a más de un ciento de municipalidades que ahora Nuevas Ideas gobierna”, sentenció este lunes el periódico local La Prensa Gráfica en su editorial.

Las destituciones hicieron también a Bukele merecedor de la censura del Gobierno de Estados Unidos, la Organización de Estados Americanos (OEA) y organismos humanitarios, entre otros, al igual que de organizaciones locales.

“Un poder judicial independiente es fundamental para una democracia sana y para una economía fuerte”, escribió la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, en Twitter.

“La actuación de los diputados oficialistas confirma el temor de que el respaldo popular expresado en las urnas fuera utilizado para concentrar el poder en el Ejecutivo”, aseguró en un pronunciamiento la influyente Universidad Centroamericana (UCA).

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Por su parte, unas 25 organizaciones de la sociedad civil salvadoreña, entre ellas gremios empresariales, emitieron también un comunicado. “Condenamos categóricamente este golpe de Estado, avalado por el presidente Bukele y ejecutado por diputados de los partidos Nuevas Ideas, Gana, PCN y PDC”, dijeron.

No obstante, el mandatario y sus diputados afines han respondido ya a las críticas internacionales sobre los intentos de concentración de poder.

“Si la oposición gana en Nicaragua, dejarían a la Corte y la fiscal sandinista. Si la oposición logra ganar en Honduras, dejarían a la Corte y fiscal de JOH (Juan Orlando Hernández). Si la oposición gana en Venezuela, dejarían a la Corte y fiscal del chavismo. Digo, por aquello del balance de fuerzas”, apuntó Bukele.

Numan Salgado, diputado por el movimiento GANA, que conforma la directiva de la Asamblea Legislativa, restó importancia a las críticas recibidas luego de las destituciones.

“La comunidad internacional puede decir lo que quiera, puede opinar lo que quiera, pero El Salvador es un país soberano, independiente, toma sus propias decisiones. Nosotros no criticamos los problemas de cada país a nivel internacional, y cada uno tiene problemas enormes”, dijo Salgado en declaraciones a la prensa.

En tanto, el banco de inversión Barclay’s señaló este lunes que el aumento de las “tensiones políticas socava las relaciones de Bukele con instituciones financieras estadounidenses e internacionales, incluido el FMI”, y que profundiza sus “preocupaciones sobre la posibilidad de un acuerdo con el Fondo”.

Este lunes, los bonos estatales también empezaron a caer en los mercados internacionales. Los bonos 2023 caían alrededor de un 3%, y los emitidos de cara a la pandemia, que fueron para 32 años, un 10%.

No obstante, el ministro de Hacienda, Alejandro Zelaya, dijo que ha tenido ya llamadas con autoridades del Banco Mundial, el BID y otras instituciones, y que aseguran la continuidad de todas las operaciones. Dijo que lo sucedido sigue siendo “algo interno de El Salvador”. (I)

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