Al menos 21 personas, incluidas menores, murieron en dos incidentes separados en un estallido de violencia a lo largo de la frontera norte de Siria con Turquía, informó el viernes el Observatorio Sirio para Derechos Humanos (OSDH).

Los ataques se producen en un contexto de aumento de tensiones entre las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) dirigidas por los kurdos y respaldadas por el régimen y las fuerzas turcas.

Las víctimas murieron en dos incidentes separados: uno en Al-Bab, bajo control de facciones sirias leales a Turquía en el noreste de Alepo; y el otro cerca de Hasakeh en el noreste del país, en poder de las FDS.

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En Al-Bab, “los disparos de artillería de las fuerzas prorrégimen contra un mercado mataron a 17 civiles, entre ellos seis niños, e hirieron a otros 35″, dijo el OSDH.

El portavoz de las FFDS, Farhad Shami, dijo que sus fuerzas no tenían “nada que ver” con el ataque.

Un corresponsal de la AFP vio cómo los residentes y el personal de rescate se apresuraban para evacuar a los heridos en medio de puestos de frutas y verduras destruidos.

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En Hasakeh, la administración autónoma kurda informó que un bombardeo turco había “matado a cuatro niños y herido a 11 otros” al impactar “en la noche sobre un centro cerrado para menores”.

El OSDH confirmó este balance.

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Turquía amenaza desde mayo con una ofensiva contra las fuerzas kurdas que controlan una gran parte del noreste de Siria, envuelta en una guerra que ha dejado medio millón de muertos y millones de refugiados y desplazados desde 2011.

Desde julio, drones turcos atacan zonas controladas por las FDS, consideradas como “terroristas” por Ankara, según el OSDH y representantes turcos.

Sin embargo, citado el viernes en medios turcos, el presidente Recep Tayyip Erdogan afirmó que no “tenía interés” en el territorio sirio.

Y que Turquía deseaba “pasar a una nueva etapa” con el régimen de Damasco, ya que la mejora de las relaciones reforzaría la paz en la región. (I)

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