Según el Banco Central del Ecuador (BCE), 75 de cada 100 ecuatorianos tienen acceso a productos y servicios financieros (datos a septiembre del 2020). Esto equivale a decir que 8,5 millones de adultos se encuentran incluidos en el sistema financiero nacional.

Si bien estas cifras de inclusión son alentadoras, las de educación no. Según el propio BCE, el 96 % de los encuestados para un estudio realizado en 2018 aseguró no haber recibido charlas o material sobre educación financiera.

Desde el año 2013, el sistema financiero ecuatoriano está obligado a ejecutar programas de educación financiera. Es decir, el estudio del BCE revela que los esfuerzos realizados hasta el momento no han dado frutos.

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Y esto es uno de los motivos por los que la mayoría de personas desconoce temas como las características, comprender las ventajas y desventajas, así como los riesgos y el buen uso de productos y servicios financieros, y las clá́usulas esenciales de los contratos que tengan por objeto tales productos y servicios.

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Para aumentar los conocimientos de la población sobre este tema el BCE ha realizado talleres, pero, según sus propias estadísticas, no han tenido el impacto deseado. En 2020, el ente organizó seis eventos en los que participaron 1.299 personas. El taller ‘Inclusión financiera y comercio electrónico para mipymes’ fue el que más público tuvo.

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Los países que tienen índices elevados de educación financiera han creado entes para abordar la temática. Por ejemplo, en Estados Unidos existe la Comisión para el Alfabetismo y la Educación Financiera. Colombia tiene una estrategia liderada por el sector público, pero con participación del sector privado. (I)