A los que se dedican a vender agua, barquillo o lo que fuere en un semáforo y no buscan empleo porque se cansaron de hacerlo no se los considera como desempleados, según las definiciones que aplica el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), en la encuesta mensual que realiza para medirlo.

Es el caso de Cristian, quien vende barquillo de forma permanente junto a su padre bajo varios semáforos de Guayaquil. Lo ayuda en la labor desde hace una década cuando tenía 15 años, ahora tiene 25.

Cuenta que la última vez que buscó empleo fue hace dos años, después de que a sus 23 terminó su trabajo como mensajero. Antes también hacía albañilería bajo contrato, ambas labores por las que dejaba de ayudar a su progenitor a diario y lo hacía solo uno de los dos días a la semana que le daban libre.

Publicidad

“Después de esos trabajos traté de buscar otro empleo, pero nunca conseguí y encima llegó la pandemia (del COVID-19). Mis anteriores jefes no me llamaron más y para sobrevivir regresé con mi papá a tiempo completo, aunque sea se saca para medio comer. Buscar trabajo es por gusto”, indica.

La jornada de ambos empieza por lo general desde las 14:00 hasta las 19:00. En la mañana elaboran los barquillos y los empacan con lo que completan siete horas diarias de lunes a sábado por lo que laboran 42 horas semanales. “Lo que tengo no es un empleo. Quisiera uno que me diera para terminar de estudiar, comprar ropa o comer mejor, pero no hay. También vendemos agua y cuando estamos los dos sacamos unos $ 80 cada semana de ganancia, a veces menos”, señala Cristian.

La definición del INEC indica que los desempleados son “personas de 15 años y más que, en el período de referencia (la semana antes de la encuesta), no estuvieron empleados y presentan ciertas características”.

Publicidad

El organismo oficial de cifras calcula dos tipos de desempleo: el abierto y el oculto. En el primero están “los que no estuvieron empleados durante la semana pasada (contada desde el día de la encuesta) y que buscaron trabajo e hicieron gestiones concretas para conseguir empleo o para establecer algún negocio en las cuatro semanas anteriores a la entrevista”.

En el desempleo oculto están los “que no estuvieron empleados la semana pasada, que no buscaron trabajo y no hicieron gestiones concretas para conseguir empleo o para establecer algún negocio en las cuatro semanas por alguna de las siguientes razones”.

Publicidad

1.- “Tiene un trabajo esporádico u ocasional”, el de Cristian es permanente (42 horas semanales).

2.- “Tiene un trabajo para empezar inmediatamente”.

3.- “Espera respuesta por una gestión en una empresa o negocio propio”.

3.- “Espera respuesta de un empleador o de otras gestiones efectuadas para conseguir empleo”.

Publicidad

4.- “Espera cosecha o temporada de trabajo o piensa que no le darán trabajo o se cansó de buscar”.

De ahí que Ecuador tenga una de las tasas de desempleo más bajas de la región a partir de que en diciembre del 2007, durante el gobierno del expresidente de la República Rafael Correa, se hicieron cambios en la metodología para medirla.

La tasa de desempleo del Ecuador en diciembre del 2021 (el último mes disponible) fue de 4,1 %, es decir, 356.725 personas no tenían empleo, el 4,1 % de la población económicamente activa (PEA), que incluye a los que tienen empleo y lo buscan. Es un porcentaje apenas menor al registrado en diciembre del 2020 cuando fue del 4,9 %.

Desde el 2007, las mayores tasas de desempleo se registraron en diciembre del 2009 (6,5 %), junio del 2021 (6,3 %), junio del 2010 (6,2 %) y septiembre del 2020 (6,1 %), en su orden. Y las menores en diciembre del 2018 (3,7 %) y del 2019 (3,8 %), justo antes de la pandemia.

Son definiciones ambiguas y que poco reflejan la realidad, coinciden los especialistas consultados, por lo que en las cifras del INEC más bien hay que fijarse en el porcentaje de personas subempleadas (en el que estaría Cristian por insuficiencia de ingresos) y las clasificadas dentro de la categoría de otro empleo no pleno y el empleo no remunerado, a quienes el INEC los clasifica como personas empleadas.

Los subempleados son “personas con empleo que, durante la semana de referencia, percibieron ingresos inferiores al salario mínimo y/o trabajaron menos de la jornada legal y tienen el deseo y disponibilidad de trabajar horas adicionales”.

El porcentaje de subempleados se elevó durante la pandemia con la reducción de los empleos más formales, al igual que la población que labora sin remuneración.

En el empleo no remunerado se incluye a las “personas con empleo en la semana de referencia y que, en el mes anterior a la encuesta, no percibieron ingresos laborales”, es decir, los trabajadores del hogar no remunerados, trabajadores no remunerados en otro hogar y los ayudantes no remunerados de asalariados y jornaleros, según el INEC. A estos no se los considera desempleados. pese a que no reciben beneficio económico.

“Hay que contabilizarlos y medirlos, pero lo que incomoda es que incluyan a los ayudantes no remunerados (dentro de las personas con empleo), eso habría que repensarlo. Esta metodología viene de la época de Correa cuando se criticaba que se trataba de maquillar las cifras, pero (el cálculo) no ha cambiado”, indica Pedro Romero, catedrático de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ).

Durante la pandemia subió el número de personas que cobraron el seguro por desempleo, en ciudades como Guayaquil.

Luis Espinosa Goded, analista y profesor de la USFQ, es crítico con esta categoría ya que considera que el empleo es trabajar a cambio de un salario. “A este grupo se lo puede llamar otras personas ocupadas, pero no empleadas porque el empleo por definición requiere un salario. Esta es otra manera que tiene el INEC de denominar las cosas de forma muy cuestionable”.

En la categoría ‘otro empleo no pleno’ se incluye a las “personas con empleo que, durante la semana de referencia, percibieron ingresos inferiores al salario mínimo y/o trabajaron menos de la jornada legal y no tienen el deseo y disponibilidad de trabajar horas adicionales”.

Una muestra de la precariedad del mercado laboral es el ingreso promedio de cada trabajador del total de población que el INEC considera como ocupada, que fue de $ 421,8 mensuales a diciembre pasado, no se llega ni al sueldo básico de $ 425. Hay diferencias de género. El ingreso laboral promedio de un hombre con empleo fue de $ 455,6, mientras que el de una mujer con empleo fue de $ 368,5.

El total de personas ocupadas percibía un promedio de $ 462,6 al mes en diciembre del 2019. Estos ingresos promedio son más bajos incluso cuando solo se incluye a los subempleados y a los clasificados en la categoría de otro empleo no pleno.

Romero añade que la categoría de desempleo en Ecuador se refiere a que cuando te hacen la llamada o entrevista pues la persona tiene que decir que no tuvo empleo la semana anterior y además estar disponible para trabajar.

“Esto último es importante porque son las que hacen gestiones para conseguir empleo. El desempleo oculto incluye a los que no buscaron trabajo y no hicieron gestiones para encontrarlo o ponerse un negocio y tienen trabajos esporádicos, como salir a vender a la calle o por internet, pero esporádicamente”, indica.

Si tienen copado el tiempo en aquellas labores que las hacen ya de forma permanente porque se cansaron de buscar trabajo, no son parte del desempleo oculto. “Tiene que ser bien esporádico para que lo consideren dentro del desempleo oculto, una o dos veces a la semana lo de vender algo. Si ya es más tiempo como vender agua cuatro veces a la semana y lo haz hecho el último mes o más, ya ese es un subempleado porque algo gana, pese a que no logra acumular ni el sueldo mínimo ($ 425)”, asegura el especialista. Este último sería subempleado por insuficiencia de ingresos.

También hay el subempleado por insuficiencia de tiempo de trabajo, que incluye a los que trabajan menos de 40 horas a la semana sin importar el ingreso que obtengan y están disponibles para trabajar horas adicionales.

“Las encuestas tienen partes técnicas y definiciones que a veces no se comunican al público y no se discuten. Primero hay el error estadístico, que es el margen de error del que se dice más cuando se da el resultado presidencial. Lo segundo es que la gente también puede mentir. Puede incluso decir que gana más del sueldo mínimo, es finalmente una encuesta”, señala Romero.

Estos cambios metodológicos, afirma Andres Albuja docente del Business School de la Universidad Internacional SEK (UISEK), están alineados en teoría a la forma cómo se clasifica el empleo, el subempleo y el desempleo en la región de América Latina.

Una forma de interpretar estas cifras, añade, es observando el grueso de personas ocupadas que no tienen lo que se denomina como un empleo pleno o adecuado.

Para ser considerado dentro del empleo adecuado o pleno en la encuesta del INEC solo se toma en cuenta si obtiene como ingreso el sueldo básico de $ 425 o más.

De ahí que en esta categoría se incluya a personas que ganan el mínimo, pese a que no contribuyen a la seguridad social o no ganen el básico que indica la tabla sectorial del oficio que hacen. El de un chofer es $ 614,84 o el de un periodista, $ 800,13.

En el grupo del empleo adecuado o pleno están 2′919.910 personas en diciembre del 2021, un 33,9 % de la PEA.

Es decir, dice Albuja, casi siete de cada diez ecuatorianos no tienen un empleo pleno y están entre el desempleo o con un trabajo precario. “Es complicada la situación, casi el 70 % de la PEA está en esas condiciones”.

Espinosa dice que la categoría de desempleo es minoritaria en Ecuador, ya que son personas que no tienen ninguna fuente de ingresos y están activamente buscando un empleo. La mayoría de los que lo son según el INEC cumplen esas dos condiciones. “Una señora ama de casa que no tiene ingresos y no busca empleo pues no es parte de los desempleados, al igual que un adulto de 60 años”.

Espinosa invita a repensar el nombre de estas categorías porque tienen consecuencias. “Una palabra que se emplea mucho es el trabajador informal. Este es perfectamente formal, cumple con sus obligaciones y horarios, otra cosa es que no cumpla con los increíblemente complicados trámites burocráticos que exige Ecuador para formalizar una empresa”.

Ecuador está en el puesto 167 de 190 países del mundo ordenados según la facilidad para abrir un negocio, indica el último informe del Banco Mundial. Es más difícil en los que están en los últimos puestos.

El empleo pleno (33,9 %) es cinco puntos menor en diciembre pasado respecto al mismo mes del 2019 (38,8 %)

El comercio ambulante se ha incrementado en ciudades ecuatorianas como en la capital, Quito. Foto: Alfredo Cárdenas

Hay dos maneras de ver el mercado laboral ecuatoriano, según Espinosa. “La más importante es ver cuando sube o baja el empleo adecuado o pleno del INEC. La segunda es ver cuántas personas están inscritas y cotizan en el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social”.

El porcentaje de empleo pleno o adecuado fue del 33,9 % de la PEA en diciembre del 2021, cinco puntos menos que el registrado en diciembre del 2019 (38,8 %).

La medición del mercado laboral se hace primero definiendo a la Población en edad de trabajar (PET), que en Ecuador son los que tienen 15 años o más.

Entre ellos se determina la Población Económicamente Activa (PEA) y la Inactiva (PEI).

Las cifras de empleo, subempleo y desempleo se miden de la PEA, que son “los que trabajaron al menos una hora en la semana de referencia” y los que “no tenían empleo, pero estaban disponibles para trabajar y buscan empleo (desempleados)”.

El otro grupo, los de la población económicamente inactiva (PEI), incluye a “todas las personas de 15 años y más, no clasificadas como personas con empleo (ocupadas) o desempleadas (desocupados) durante la semana de referencia, es decir, rentistas, jubilados, pensionistas, estudiantes, amas de casa, entre otros.

En la PEI también hay personas cansadas de buscar trabajo por lo que ya no lo hacen y se dedican a estudiar ya en edades más adultas para obtener una mejor preparación académica.

Entre los desempleados y los que integran la PEI, ambas sumaron 4,5 millones de personas en diciembre pasado, están las personas NINI (ni estudian, ni trabajan).

Los desempleados se cuentan dentro de la PEA, es decir, como parte de los 8,6 millones que tienen empleo o que ejercen presión en el mercado laboral.

“Bajo la metodología utilizada hay hasta cierto punto una manera de camuflar esa población que está desempleada y subempleada. Esto es para cumplir con una imagen política y no generar cifras tan alertantes”, manifiesta Albuja.

Indicadores laborales en diciembre del 2021, según el INEC

Población Total: 17′937.815

Población menor de 15 años: 5′179.377

Población en edad de trabajar (PET): 12′758.438

Población Económicamente Inactiva: 4′155.501

Población Económicamente Activa (PEA): 8′602.937 (100 %)

Población con empleo pleno o adecuado: 2′919.910 (33,9 %)

Población con otro empleo no pleno: 2′381.839 (27,7 %)

Población subempleada: 1′976.088 (23 %)

Población con empleo no remunerado: 926.055 (10,8 %)

Población con empleo no clasificado: 42.320 (0,5 %)

Población con desempleo: 356.725 (4,1 %)

Fuente: INEC (I)