El 74,2 % de los vehículos nuevos vendidos durante el 2021 eran a gasolina y el 22,9 % a diésel. La diferencia fueron los híbridos (3,6 %) y eléctricos (0.3 %).

Las proporciones se mantienen casi iguales, a excepción de los híbridos, que pueden ser usados como eléctricos y con combustible y han restado participación a los vehículos con motor de gasolina ganando más mercado del 2020 al 2021.

La expectativa es que durante este año haya una mayor venta de los autos que funcionan con diésel, el combustible que es subsidiado por lo que es el más barato del mercado ecuatoriano. Su costo se congeló en $ 1,9 por galón, mientras que el precio de la gasolina extra o ecopaís está en $ 2,55 por galón y el de la súper en la mayoría de estaciones de servicio supera los $ 4.

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Los informes de la Asociación de Empresas Automotrices del Ecuador (Aeade) indican que la mayor parte del parque automotor del país se mueve con gasolina, pero la diferencia es que los de diésel se usan principalmente para el transporte de carga y de pasajeros, es decir, en actividades comerciales y de trabajo.

¿Cuáles son las diferencias entre un carro con motor diésel y uno de gasolina?

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A más del ahorro evidente en combustible, hay otras características que los distinguen.

El cliente ecuatoriano tiene la percepción de que los de diésel son para temas de trabajo o utilitarios, generalmente camiones, buses, furgonetas o camionetas, pero en la realidad no es tanto así, indica el técnico Eduardo Castro, jefe de Soporte de los productos para las líneas de vehículos livianos del grupo Mavesa. “Ya hay productos que son de uso combinado tanto utilitario como particular que emplean diésel. Esta percepción ha ido cambiando en los últimos siete años”.

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La primera diferencia que se percibe es que el motor de gasolina es mucho más silencioso que uno de diésel, que es más ruidoso por el tema de las revoluciones que desarrollan. “Esto depende de la marca, pero la mayoría siempre estarán por encima del ruido de uno de gasolina”, asegura Castro.

El motor diésel es un vehículo más pesado y está pensado para mover carga, mientras que el de gasolina con más potencia tiene más velocidad, dice Andrés Zumárraga, técnico asesor de la Aeade. “Los camiones normalmente usan diésel y los de pasajeros la gasolina, pero esto no quiere decir que no se puedan usar las tecnologías en los dos lados. Actualmente están llegando vehículos más pequeños para uso particular con diésel, la gente quiere aprovechar que es un refinado menos costoso“, afirma.

La vibración se siente más y el motor es más sonoro en un carro que usa diésel respecto de uno con gasolina, agrega Zumárraga.

Los carros con motor diésel tienen la capacidad de cubrir más distancias con el tanque lleno de 12 galones promedio que los de gasolina que tengan la misma cabida de albergar combustible, indica Castro.

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Los que usan diésel pueden recorrer un promedio de entre 700 y 800 km con el tanque lleno y un manejo eficiente, mientras que la autonomía máxima de uno de gasolina es hasta 400 km de recorrido con un uso particular.

Esta es una media entre vehículos que tienen entre 1.600 y 2.000 centímetros cúbicos con un tanque promedio para almacenar hasta doce galones.

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“El manejo eficiente se define en la ciudad como un conductor que no es agresivo, por ejemplo, si a 500 metros se observa que hay un semáforo en rojo no tiene sentido ir volando hasta llegar porque estoy consumiendo más combustible, igual me voy a tener que detener, entonces aquel gastó más combustible y frenos. En cambio, el conductor más precavido gasta menos, esto se aplica para los dos tipos de vehículos con el fin de que cubran las distancias mencionadas”, asegura.

En las vías por las que se va a una distancia más fija se gasta menos al ir en quinta, pero en las ciudades se llega a tercera o hasta cuarta con un buen acelerón. “Las diferencias entre estos dos escenarios hacen que las revoluciones del motor en marchas más bajas sean más altas, al tener revoluciones más altas el motor va a consumir más combustible. Aceleras, frenas, aceleras, frenas, en las ciudades por lo que ese proceso hace que haya más consumo”, explica Castro.

La autonomía variará según la marca, el cilindraje y el tipo de motor, pero siempre la distancia cubierta será mayor entre los motores diésel en comparación con uno de gasolina usando la misma cantidad de combustible.

Otra diferencia entre los de gasolina y diésel se da al arrancar, pero esta brecha se ha ido cerrando con el mejoramiento de las tecnologías. “La rapidez al salir de los primeros será superior respecto a los segundos cuando estos últimos no tienen la característica de ser turbo cargado. Pero la mayoría de la oferta nueva de los carros con motor diésel ya vienen con esta opción, que hace que la potencia de salida sea mucho mayor. Incluso si no fuese por el ruido del motor ya ni se notaría”, asegura Castro.

Lo que se denomina como fuerza de empuje o torque (nombre técnico) de un vehículo que usa diésel es mayor que uno de gasolina, pero la disparidad se nota en el punto de partida, que es cuando se sale desde cero y se pone primera, allí se utiliza más energía.

Los de diésel con turbo cargado tienen una partida muy rápida que se asemeja al de uno de gasolina.

El tiempo que se empleaba para calentar el motor de uno de diésel en ciudades con bajas temperaturas o en estaciones más frías antes de arrancar ya quedó en el pasado, afirma Castro.

“Antes el funcionamiento de alimentación del combustible del vehículo no tenía una gestión muy electrónica, todo era bastante sencillo y esto requería este tiempo de calentamiento en las mañanas con esperas de cinco minutos al encender y apagar, condicionantes que causaban molestias, pero con la evolución la mayoría de las marcas de diésel prácticamente igualaron a un sistema de inyección de gasolina”, menciona.

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Los autos con diésel son un poco más caros y el mantenimiento también es mayor con respecto a los de gasolina, dice Zumárraga. “Como es un motor más robusto que opera con condiciones más extremas, los rangos de compresión son más altos, son motores más costosos, pero duran más, esa es la diferencia con los de gasolina”, indica el especialista.

Todo es un balance de que es lo que se quiere como conductor. A uno de gasolina le va a costar más subir una cuesta, pero será más rápido y viceversa con respecto al de diésel.

El motor de un sedán a diésel puede durar hasta 600 mil km, mientras que uno de gasolina hasta 400 mil km., ambos bien cuidados, antes de bajar la máquina, según Zumárraga. “Si se daña el primero pues si se gastará más en componentes. Solo reemplazar el turbo en uno de diésel costará entre $ 3.000 a $ 4.000. Una reparación en uno de gasolina puede costar $ 800 fáci, pero en uno de diésel puede salir en $ 1.800”.

El costo de los repuestos y del mantenimiento puede ser hasta un 5 % más caro en los motores diésel, dice Castro, sin embargo, hay una compensación con componentes que no requieren los primeros pero sí los segundos.

Los carros con motor de gasolina, por ejemplo, necesitan cambiar sus bujías cada 10.000 kilómetros, mientras que los de diésel tienen unas cuyo promedio de vida útil es cada 80.000 o 100.000 kilómetros recorridos.

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El ahorro del combustible durante la vida útil del auto es un factor importante, pero también todo depende del uso. Si se viaja, por ejemplo, ida y vuelta, de Playas Villamil, Posorja o Salinas a Guayaquil por cuestiones de trabajo casi todos los días de la semana, convendría uno con motor diésel, pero si el vehículo se usa para ir de la casa al trabajo, en un recorrido de 5 km diarios, sí tiene más sentido uno de gasolina. (I)