Las utilidades de los bancos privados que operan en el país crecieron 65 % entre enero y noviembre de este año respecto al mismo periodo del 2020.

Las tasas de interés referenciales oscilan entre 4,9 % y 20,8 % en trece segmentos de crédito en Ecuador.

En utilidades sumaron $ 339′238.130, mientras que en el 2020 obtuvieron un total de $ 205′034.790.

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Las posiciones se mantienen casi iguales, a excepción del Banco del Pacífico, una entidad privada cuyas acciones están en manos de la Corporación Financiera Nacional, que cayó del tercero al décimo lugar.

El Banco Guayaquil, que hasta mayo del 2012 fue administrado por el actual presidente de la República, Guillermo Lasso, como presidente ejecutivo, pasó este año del quinto al segundo puesto, dejando más abajo a Produbanco, Internacional y Bolivariano.

Sin embargo, el Banco del Pacífico sigue entre los más grandes del país, ya que conserva el segundo puesto en activos, con $ 6.970,3 millones, depósitos a la vista ($ 3.066,2 millones) y a plazo ($ 2.294,8 millones), entre otros rubros a noviembre último, solo superado por Banco Pichincha.

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A continuación, el listado de los diez bancos privados que más ganancias obtuvieron este año ordenados de mayor a menor, según el último reporte de la Supeintendencia de Bancos y Seguros.

1.- Pichincha: $ 93′651.320,11

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2.- Guayaquil: $ 58′548.490

3.- Produbanco: $ 38′044.977,6

4.- Internacional: $37′952.560,91

5.- Bolivariano: $ 35′789.032,96

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6.- Diners: $35′597.529,82

7.- Austro: $10′366.653,76

8.- General Rumiñahui: $ 9′151.323,08

9.- Solidario: $ 8′099.125,93

10.- Pacífico: $ 5′009.917,99

La suma de los activos de los bancos privados del país creció 8,7 % y los pasivos totales 9,1 % entre enero y noviembre de este año respecto al mismo periodo del 2020.

“Ha sido un año de recuperación. Desde el punto de vista de las utilidades, este año los bancos han tenido un nivel de actividad mayor, lo que ha permitido conceder más créditos tanto en el lado corporativo como en el de consumo”, indica Santiago Mosquera, decano de la Escuela de Negocios de la Universidad de las Américas.

La cartera bruta de todos los bancos (el total de préstamos) creció 13,4 % en lo que va del año respecto al 2020.

“El crédito en el 2020 no se dinamizó, pero en 2021 sí, en el año cuando las cosas empezaron a normalizarse”, asegura Mosquera.

El nivel de provisiones se ha mantenido constante en lo que va del año, con $ 955 millones.

Los analistas estiman que el producto interno bruto (el valor monetario de todos los bienes y servicios finales producidos por un territorio en un determinado periodo) del país crezca durante 2022 un 3,3 %, lo que implica una mayor actividad económica.

Enrique Serrano, analista y profesor de la Universidad San Francisco de Quito, afirma que la banca ecuatoriana tiene una liquidez a corto plazo muy elevada porque ha preferido la seguridad antes que la rentablidad. Este manejo tiene otro lado de la moneda.

”Las tasas de interés activas, la de los préstamos, no han descendido al mismo nivel que las pasivas, es decir, la de los depósitos y ahorros. En resumen, es una banca sólida, líquida, solvente, pero lo preocupante es que las tasas activas no han llegado a niveles más cercanos a los internacionales, que son más bajos”, dice Serrano.

Hay tres parámetros que este analista observa al estudiar la situación de los bancos, y son el patrimonio técnico, es decir, la solvencia patrimonial; el nivel de morosidad o de préstamos en problemas que tienen respecto al total; y el tercer factor es el nivel de liquidez a corto plazo.

“Se hace una mirada de los activos productivos que califican para tener patrimonio técnico, que es una medida en la que se calcula cuánto debe tener cada banco de acuerdo a lo que tiene en activos, en préstamos otorgados. En eso la banca está muy bien, tiene un nivel muy alto de patrimonio técnico como se llama”.

En cuanto a la morosidad, con dos excepciones puntuales de la banca pública, como la Corporación Financiera Nacional, todos los demás tienen índices razonables a pesar de la pandemia, indica Serrano.

El tercer elemento es la liquidez: cuánto dinero, plata, fondo líquido tiene la banca para sostenerse frente a sus depositantes y sus gastos. “Allí no se ve nada grave, extraño o raro”.

El ingreso de la banca internacional para generar una mayor competencia y empujar las tasas de interés activas a la baja es uno de los pendientes en el país.

“Esto requiere una tranquilidad de largo plazo al inversionista. A esto no se escapa la banca, no es ajena a estos temores, pero el atributo que la distingue de otras inversiones es que la banca tiene capitales muy líquidos, por lo que puede venir a poner una operación, pero tiene que tener la tranquilidad para quedarse, porque si no el beneficio solo es muy temporal y quizás a lo mejor es hasta un perjuicio”, afirma Serrano.

El analista da ejemplos. Hace 30 años se modificó la ley para atraer capitales externos, que llegaron pero de forma oportunista y por poco tiempo. “Estoy hablando de la época del gobierno de Sixto Durán Ballén (1992-1996). Eso hizo más daño que bien. La banca extranjera tiene que venir, pero para quedarse; no puede venir de manera especulativa por corto tiempo. Para eso necesitamos darle tranquilidad. En ese aspecto, el régimen actual hace un trabajo importante dando tranquilidad a cualquier inversionista”, manifiesta.

El Banco Central del Ecuador estableció las tasas de interés activas referenciales para este mes de diciembre, que van del 4,98 % para la compra de viviendas de interés público y social al 20,74 % para los microcréditos de acumulación simple, lo que se ha mantenido durante lo que va del régimen.

“La actitud del régimen actual es la de dejar de competir, de permitir que esos capitales grandes que llegan de afuera en busca de rentabilidad sean los que ayuden a bajar la tasa de interés... Con ese afluente de recursos, mayor oferta de recursos, eso naturalmente va a empujar la tasa hacia abajo. Todo lo que se pretende hacer alrededor de la reducción de la tasa de interés y de poner al ámbito financiero en un entorno más internacional pasa por permitir el acceso de capitales externos al Ecuador, no restringirlos. Las normas pueden ser complementarias, paralelas, pero la ley por sí sola no hará reducir las tasas; lo que lo hará es la realidad contundente de mayor fuente de fondos, que hace que se compita por colocarlos y, por ende, la tasa se reduce. Esto es muy simple y aritmético”, asegura Serrano.