Las personas pueden ser parte del reparto de utilidades anual que hacen varias empresas, como Corporación La Favorita, Holcim o Cervecería Nacional, o del de algunos de los bancos privados, sin ser parte de la nómina de trabajadores de esas firmas.

Se puede acceder a las ganancias proporcionales según la compra de acciones que se haga de esas empresas en el mercado bursátil nacional, es decir, a través de las casas y bolsas de valores de Guayaquil (BVG) y Quito (BVQ), las únicas del país.

Así, el inversionista es dueño de una parte de esos negocios y recibe los denominados dividendos según el monto total que sumen las acciones que tenga; se trata de títulos de renta variable, ya que la ganancia dependerá del desempeño de esas compañías, destaca Mario Mora, analista financiero de la consultora Global Inversores.

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No hay un monto mínimo base para la compra de las acciones, pero la inversión sí tiene que ser mayor al cobro de las comisiones que realizan las casas y las dos bolsas de valores del Ecuador.

Mora recomienda que se acceda al mercado con la compra de un mínimo de mil dólares en acciones como base, aparte del pago de comisiones a las casas de valores, que fluctúan entre $ 25 y $ 85 para montos invertidos de hasta $ 1.000. Y hasta $ 9.999 varía de acuerdo a cada una. “Puede ser entre el 3 % y 5 % de la compra o venta. El costo depende de cada casa de valores”.

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La inversión de $ 1.000 puede requerir un pago de comisiones de $ 40 a las casas de valores, más los $ 4 que normalmente corresponde al valor que cobran las bolsas de valores con montos pequeños, afirma Mora.

Desde la BVG se hace la recomendación de invertir a partir del monto base de $ 500.

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El mercado bursátil es, como su nombre lo indica, un espacio donde se compran y venden activos financieros. A él acuden los agentes económicos, desde empresas, bancos privados y grupos hasta entidades estatales en busca de financiamiento.

En un taller organizado el 12 de abril pasado por la Bolsa de Valores de Guayaquil se lo define como “un segmento del mercado financiero que permite la movilización de recursos desde los ahorristas o inversionistas hacia las actividades productivas que desarrollan las empresas mediante la compraventa de títulos valores emitidos por las propias empresas”.

Las personas naturales invierten su dinero que financian las actividades de los agentes económicos a cambio de beneficios.

¿Cuáles son las formas de invertir en las bolsas de valores de Quito y Guayaquil y cómo se hace?

Hay dos formas de invertir, conocidas como los instrumentos de inversión y financiamiento no tradicionales. Los primeros son los títulos de renta variable (las acciones). “Se llama acción a las partes o fracciones iguales en que se divide el capital de una compañía, así como al título que representa la participación en el capital suscrito”.

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Entre sus características están que se reconocen como bienes muebles, ya que pueden ser transportadas; representan una participación en el capital social de una compañía; son indivisibles, pero puede darse la copropiedad de ellas; se transfieren mediante nota de cesión y son libremente negociables, indica Fabricio Arellano, jefe de Estadísticas y Operaciones de la BVG, quien disertó en el taller.

“Toda acción es un valor mobiliario de renta variable por cuanto su rendimiento depende del resultado del balance anual de una compañía, siendo repartible únicamente el beneficio líquido y efectivamente percibido. En consecuencia, las acciones no pueden garantizar o pagar un rendimiento fijo”.

Es decir, se trata de un instrumento de inversión con más riesgo, ya que puede ocurrir que la empresa haya perdido durante un ejercicio económico, como ocurrió durante la pandemia del COVID-19, dice Mora.

El pago a los que obtengan las acciones se hace en proporción al valor pagado de las acciones, a la fecha del balance. La junta general de accionistas acuerda su pago en relación con los resultados obtenidos. Los accionistas tienen un derecho de crédito para el cobro de los dividendos, que prescribe en cinco años, señala Arellano.

En el sitio web de la BBQ se pueden verificar los dividendos que han dejado las acciones de las empresas que operan en el mercado de valores de la capital nacional (calculadora de rendimiento).

Allí se selecciona la empresa que cotiza en bolsa con títulos de renta variable, las que son específicas, ya que no todas lo hacen, el monto invertido y el tiempo que se ha tenido la acción. De ahí se obtiene el rendimiento total que hubiera tenido la inversión y si el costo de cada acción subió o bajó.

Mora indica que el rendimiento (dividendos) en promedio va del 8 % al 10 % del valor invertido durante un año, porcentaje mayor al que paga el sistema financiero por tener el dinero en una póliza de acumulación a plazos, por ejemplo.

Pero resalta el riesgo, ya que sí hay empresas que reportan cero ganancias. El dividendo puede pagarse en efectivo o en acciones proporcionales al valor, según lo disponga la junta directiva de la empresa emisora.

El especialista financiero afirma que las compañías pagan estos dividendos entre los meses de marzo y mayo de cada año, y que algunas sí avisan a sus accionistas a través de correos electrónicos. De lo contrario, el inversionista debe estar atento a la evolución de la empresa y al porcentaje de utilidades que finalmente gane.

Primero el inversionista debe acudir a una casa de valores, que es la única intermediaria que está legalmente autorizada para intervenir en el mercado bursátil gestionando la compra y venta de valores negociables, como las acciones.

Los requisitos para comprar o vender acciones que exigen las casas de valores son la copia de cédula de identidad y papeleta de votación, un certificado bancario, un comprobante de servicios básicos, que preferiblemente esté a nombre del inversionista; al igual que el rol de pago, si se es asalariado, o el RUC, si es trabajador independiente.

De ahí viene la firma de la documentación, como la carta de cesión de acciones más el contrato de orden de negociación, donde se incluye el número de acciones que se adquirirán y el costo total de la inversión.

El fin es comprobar el origen lícito del valor que se va a invertir, afirma Mora. Hay alrededor de 28 casas de valores legalmente autorizadas en el país.

El listado se puede observar en los sitios web de las bolsas de valores de Guayaquil y Quito.

Todo este proceso solo puede hacerse de manera directa en las casas de valores, ya que no hay forma de hacerlo a través de internet, afirma Mora.

La otra forma de ganar con las acciones es cuando se las vende tras comprarlas, obteniendo la diferencia si el título ha ganado valor en el tiempo. Sin embargo, también puede ocurrir que el valor de las acciones sea menor del pagado cuando se las adquirió.

Las inversiones que dejan una ganancia fija son las que más atraen en el mercado de valores nacional

El segundo instrumento de inversión son los títulos de renta fija, que son los más negociados en las bolsas del país. Se denominan así porque, como su nombre lo indica, “son títulos valores de renta fija emitidos por emisores legalmente facultados, que reconocen o crean una deuda a su cargo, con base en los ingresos futuros que esperan recibir”.

La finalidad de su emisión es financiar sus actividades productivas, como el capital de trabajo, la reestructuración de pasivos, una expansión o nuevos proyectos.

Las inversiones productivas se recuperan tras el primer año de la pandemia y crecen un 25 %, pero la cantidad es insuficiente para acelerar la economía

Las obligaciones son títulos que reconocen o crean una deuda a cargo de la emisora. Existen tres tipos básicos de obligaciones:

Las de largo plazo. En estas, la tasa de interés puede ser fija o variable. En este último caso, el interés que reconoce el título se encontrará vinculado a la evolución de alguna tasa de referencia, por ejemplo, las tasas referenciales del Banco Central o las tasas internacionales, como la Libor o Prime. El pago del capital puede efectuarse al vencimiento o mediante amortizaciones periódicas en un plazo superior a 360 días.

Las de corto plazo (papel comercial). El plazo de las emisiones puede ir de 1 a 359 días y son diseñadas para satisfacer necesidades de recursos de corto plazo (capital de trabajo).

O las convertibles en acciones. Las que dan el derecho al obligacionista (inversionista) para exigir alternativamente que la compañía le pague el valor de dichas obligaciones conforme a las disposiciones generales o que las convierta en acciones.

El 98 % de los $ 85.630 millones de dólares negociados en el periodo del 2011 al 2021 en las bolsas de valores de Guayaquil (BVG) y Quito (BVQ) corresponde a los títulos de renta fija, que, como su nombre lo indica, garantizan una ganancia específica convenida previamente (interés) en un plazo que, al terminar, implica también recibir el capital invertido.

Los bonos del Estado son un ejemplo de títulos de renta fija.

Si la empresa emite obligaciones, estará obligada a obtener una calificación de riesgo, dice Arellano, la cual no es más que una opinión acerca de la capacidad de pago de la deuda contraída con el inversionista.

La ley estipula que para cada emisión de obligaciones se necesita una calificación de riesgo al inicio y una actualización por cada semestre siguiente. Una calificación de riesgo demora aproximadamente quince días si la empresa dispone de información completa y actualizada, agrega.

La factura comercial negociable, en cambio, no requiere de calificación de riesgo, y para el emisor es una forma de convertir cuentas por cobrar en liquidez inmediata, a través del descuento de una factura. Para el inversionista, representa una oportunidad de generar un retorno atractivo en un instrumento de corto plazo.

“Las inversiones en renta variable generan una mayor rentabilidad que las inversiones en renta fija; pero, por consiguiente, representan siempre un mayor riesgo”, asegura Mora.

En los sitios web de la BVG y de la BVQ se pueden observar los títulos, las opciones de renta fija y variable disponibles a la compra y venta (oferta y demanda) durante los días que operan, que es de lunes a viernes.

El monto negociado en las bolsas de valores de Guayaquil y Quito alcanzó los 15.072 millones de dólares durante 2021

Entre las ventajas del mercado de valores para las empresas está que emiten y colocan sus títulos directamente y así evitan al intermediario financiero (que son las instituciones que dan los créditos), dice Arellano.

Agrega que también reciben asesoría profesional y cuentan con diversas alternativas de financiamiento de acuerdo con sus necesidades.

“Pueden elegir libremente las condiciones de emisión, por lo que colocan sus papeles a tasas convenientes y a plazos favorables”, no determinados por el sistema de tasas de interés que rigen el mercado financiero.

Otro de los beneficios es que los agentes económicos tienen una mejor capacidad de negociación con los bancos al tener otra fuente de financiamiento, y el mercado de valores, por regla general, usa garantía general y no específicas, indica Arellano.

A través de la BVG y la BVQ se negociaron 15.072 millones de dólares durante el 2021, año en que se evidenció el efecto económico de la pandemia. El monto representó el 15 % del producto interno bruto del país del año pasado, y es el valor más alto desde el 2011.

Pese a la crisis económica, la búsqueda de financiamiento en el mercado de valores no disminuyó, ya que en 2020 se negociaron 11.888 millones de dólares, un mínimo incremento respecto al valor del 2019 (11.798 millones de dólares).

El 59 % del monto total negociado en el periodo del 2011 al 2021 correspondió a títulos del sector público; y el 41 %, al privado, que cada vez participa más en el mercado de valores. (I)